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Sant Jordi, ventas optimistas y tranquilo ante el ‘procés’

Cerca de 4.900 paradas de libros y flores, la mayoría en el centro de Barcelona que estrena más zonas sin tráfico

Animación de público en domingo en la Casa del Libro de Rambla de Catalunya.Foto: atlas | Vídeo: CARLES RIBAS/ATLAS
Carles Geli

Los deberes medio hechos (las ventas en librerías del sábado y de ayer, excepcionalmente abiertas en Barcelona, fueron “notables”, coinciden algunos de los consultados) y el acuerdo tácito de que la reivindicación política del procés no enturbie la fiesta cívica. Con esa doble tranquilidad, más unas previsiones atmosféricas sin lluvia, el sector del libro catalán afronta hoy con bastante optimismo la diada de Sant Jordi, la primera que recae en día laborable tras las dos últimas ediciones en festivo. Buen augurio: niños en escuelas y trabajadores en sus oficinas y talleres hacen pensar que las ventas podrían acercarse fácilmente a los 23 millones de euros, superando los 21,8 millones del año pasado (que ya significó un 4% de incremento en relación a 2016).

Sin agenda reivindicativa política clara (este año no hay recepción oficial de la Generalitat y solo Òmnium Cultural ha pedido que se compren y depositen rosas amarillas en la plaza de Cataluña para hacer un mural), se espera un Sant Jordi “como corresponde, aparcando por un día lo político”, comentaba ayer un veterano librero barcelonés, en una tregua entre la notable afluencia de público que ayer avanzó sus compras librescas. Casa del Libro, Laie o La Central, por citar tres del centro de la capital catalana, han mostrado estos días mucho movimiento.

“La fiesta de Sant Jordi es de todos”, ha manifestado en las jornadas previas en diversas ocasiones la presidenta del Gremio de Libreros de Cataluña, Maria Carme Ferrer. Todos son muy conscientes de lo que se juegan: por un lado, la imagen internacional de Cataluña, en una jornada festiva y de corte cultural muy icónica de la idiosincrasia catalana y que se exporta: están previstas medio centenar de actividades vinculadas a la festividad del libro y de la rosa en otras tantas ciudades del mundo. El año pasado, San Jordi se celebró en 25 países. Además, en esta edición la Generalitat ha invitado a 19 periodistas extranjeros de una decena de nacionalidades para que vivan la jornada. Por otro lado, está la faceta económica: la diada significa, según el tamaño de las librerías, entre un 7% (las más grandes) y hasta un 30% (las más pequeñas) de su facturación anual. En la presente jornada están depositadas las esperanzas de un repunte que anime un primer trimestre de ventas casi planas.

Dueñas, Lluís, Finn y Gironell, ‘parrilla’ de salida de los más vendidos

Invirtiendo la tendencia comercial del resto del año, en Sant Jordi se venden más libros en catalán (casi un 53,4%, el 15% de su facturación anual) que en castellano (45,5%, pero que significa solo un 8% del año). Esas cifras quedan eclipsadas por saber quién será el más vendido de la jornada, si bien esos efímeros títulos de los 10 primeros del ranking apenas se traducen en “un 5% de las ventas”, según el Gremio de Libreros.

En cualquier caso, en esa parrilla de salida se perfilan ya en narrativa los thrillers La mujer de la ventana, de A. J. Finn, y La bruja, de Camilla Läckberg, así como la epopeya de tres hijas de un emigrante español en el Nueva York de los años 30 de la autora del best-seller El tiempo entre costuras, María Dueñas: Las hijas del capitán. En catalán, la ficción tiene sus bazas en dos obras con galardón: Jo sóc aquell que va matar Franco, de Joan-Lluís Lluís (premio Sant Jordi), i La força d'un destí, de Martí Gironell (premio Ramon Llull), este último sobre la vida del viticultor Jean León, que triunfó como restaurador y como amigo entre las estrellas del Hollywood de los años 50.

En el ensayo no estrictamente vinculado al procés asomarían la cabeza la crónica de Antoni Bassas sobre sus años al frente de El matí de Catalunya Ràdio (Bon dia. Són les vuit!, premio Josep Pla) y las reflexiones, entre lo personal y lo colectivo, sobre el devenir de Barcelona de la filósofa Marina Garcés, Ciutat Princesa.

Donde sí puede dejar su huella la situación política es en la venta de rosas: el Gremio de Floristas de Cataluña calcula que de los casi siete millones de roses que se repartirán (1,2 millones más que en 2017; en total, un tercio de las que se venden en todo el año), un 10% serán de ese color (en pasadas ediciones, el porcentaje era de un 3%) Por lo que respecta a los libros, sin que acaben convirtiéndose hoy en los más vendidos, las primeras listas apuntan a que tendrán buena salida algunos de los vinculados al procés, como el de Jordi Borràs, Díes que duraran anys (crónica fotográfica del 1-O), o el de los periodistas Laia Vicens y Xavi Tedó, Operació Urnes, de los preparativos del referéndum.

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El atentado que sufrió Barcelona el pasado agosto no ha hecho más que acelerar un proceso, iniciado por el Consistorio hace ya un par de años, para esponjar la celebración de la Diada, que se concentra peligrosamente en el centro la ciudad. La Guardia Urbana cifra entre 1,2 y 1,5 millones de personas las que pasean en busca de libros y rosas, básicamente entre los distritos del Eixample y Ciutat Vella. De las 4.872 paradas oficiales (3.892 de rosas y 980 de libros) que habrá en la capital catalana, más de la mitad estarán ahí. En concreto, en una línea recta que une La Rambla, plaza de Cataluña y Rambla de Cataluña. Por vez primera se cortarán al tráfico dos calles transversales para que hagan de pasarelas con el Paseo de Gràcia: unos 90 metros de Consell de Cent, entre ese Passeig de Gràcia y Balmes, y unos 80 metros de la Diagonal para cerrar el circuito por arriba, convirtiendo la línea en pequeño rectángulo. Y acercándose ya a una futura zona de ampliación, els Jardinets, saltando así a Gràcia.

 

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Sobre la firma

Carles Geli
Es periodista de la sección de Cultura en Barcelona, especializado en el sector editorial. Coordina el suplemento ‘Quadern’ del diario. Es coautor de los libros ‘Las tres vidas de Destino’, ‘Mirador, la Catalunya impossible’ y ‘El mundo según Manuel Vázquez Montalbán’. Profesor de periodismo, trabajó en ‘Diari de Barcelona’ y ‘El Periódico’.

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