La rosa amarilla crece en Sant Jordi
Los floristas esperan vender 600.000 flores de este color y siete millones de la roja tradicional
La rosa amarilla entra con fuerza en las floristerías en la Diada de Sant Jordi de este año. La gran cita con la cultura en Cataluña, donde calles y plazas se inundan de libros y rosas, se verá salpicada por la presencia de 600.000 rosas amarillas, una cifra, al menos, diez veces superior a la habitual. El presidente del Gremi de Floristers de Catalunya, Joan Guillén, ha justificado este jueves la altísima demanda debido a la campaña de Òmnium Cultural, iniciada en marzo, que invita a la gente a comprar una rosa de este color en solidaridad con los líderes independentistas encarcelados. Desde el gremio también han recibido encargos de incorporar lazos amarillos.
El llamamiento de Òmnium preocupó, en un inicio, al gremio de floristas. Guillén señala, ahora, que traer flores amarillas "ha costado más". La demanda de estas rosas se ha disparado, así como su precio en las subastas. El 90% de las rosas que se venden en Sant Jordi, ya sean rojas o amarillas, provienen del exterior. Holanda, Colombia y Ecuador son los principales cultivadores. El Gremi de Floristers venderá la flor amarilla como un "servicio", comenta Guillén, a la ciudadanía, ya que calculan que no sacarán mucho beneficio. El precio, sin embargo, será el mismo para ambas rosas.
Como cada año, la protagonista del 23 de abril será la roja tradicional roja. En una rueda de prensa, junto a los representantes de los gremios de panaderos y libreros, Guillén ha explicado que los floristas esperan vender siete millones de flores rojas, un 10% más que en 2017. El sector justifica esta elevada cifra por la "creciente recuperación económica" y el hecho de que la festividad tenga lugar el próximo lunes día laborable. El Gremi de Llibreters de Catalunya también se muestra "optimista" por la venta de libros, aunque no se marca ningún objetivo por el "contexto de incertidumbre actual". El año pasado el sector facturó 21,80 millones de euros, un 4% más que en 2016.
Miquel Dornay, presidente del Consell de Gremis del Comerç, ha reivindicado la festividad en el Día Internacional del Libro en unos "momentos convulsos en los que necesitamos dar a nuestra ciudadanía motivos de alegría". Por su lado, la directora General de Comerç, Muntsa Vilalta ha celebrado Sant Jordi como una tradición de "cohesión" entre las personas y que demuestra "como mostramos Cataluña al mundo". La Generalitat y el Gobierno empezaron hace un año el camino para que Sant Jordi sea reconocida como Patrimonio Inmaterial por la UNESCO. Un proceso, ahora "parado", según Guillén, por el actual clima político y la intervención del gobierno catalán.
El Gremi de Llibreters ha invitado a una veintena de periodistas extranjeros para que "vivan la Diada en persona" desde la Casa de les Punxes, como epicentro de la jornada, ha explicado su presidente, Pere Fàbregues, que ha reprochado a los partidos políticos que tengan "las mejores paradas" de Sant Jordi. Desde el Gremi de Flequers, Jaume Beltrán, ha anunciado el concurso del pan de Sant Jordi para celebrar el 30 aniversario de este alimento hecho con sobrasada y nueces.
Los floristas piden menos licencias
El regidor de Comercio del Ayuntamiento de Barcelona, Agustí Colom, ha anunciado que la capital catalana acogerá a 3.892 paradas de rosas, una cifra excesiva para el representante de los floristas, Joan Guillén, que considera que la ciudad está "saturada" de puestos. Guillén ha pedido un "plan de reubicación" de las paradas que, según su criterio, no deberían superar las 2.500 y actualizar la ordenanza actual de 1994.
El florista también ha señalado los "3.000 puestos con cubas de agua" de personas, dice, que venden sin licencia y el "fenómeno de empresas que utilizan estudiantes para solicitar licencias masivamente". Colom ha contestado que el Consistorio "controla" las vendas sin licencia, pero, éste, no puede ser "más exhaustivo" debido a los trabajos de la Guardia Urbana de seguridad en el contexto del nivel de alerta 4 antiterrorista de España.
La policía local intensificará el próximo lunes los controles de seguridad. Como novedad, también se cerrará el tráfico la calle Consell de Cent, entre paseo de Gràcia y Rambla de Cataluña, las dos calles que concentran la mayoría de las 980 paradas de libros que albergará Barcelona.
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