Venganza familiar en tres actos con dos muertos y tres años de diferencia

Luis R. D., el hombre de 31 años que murió la tarde de ayer viernes asesinado de un disparo en la cabeza en Madrid, iba a sentarse este lunes en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Madrid. Un jurado popular tenía que determinar si era el culpable de haber matado a tiros a su suegro en septiembre de 2015 en un polígono industrial de Arroyomolinos. La policía busca a sus cuñados como supuestos autores del tiro que acabó con su vida. La rivalidad entre ambas familias viene de lejos y está plagada de venganzas entre ellos.

El supuesto homicida salía ayer por la tarde de entrevistarse con su abogado, Carlos García Montes, en el despacho de este, en la calle de Fernando el Católico, en el distrito de Chamberí. Iba acompañado de su madre y de su esposa Yolanda, cuando se le acercaron tres personas vestidas de oscuro. Una de ellas sacó un revólver y efectuó varios disparos. Los testigos hablan de entre dos y cuatro detonaciones. Una de las balas le entró directamente en la cabeza.

La madre intentó ayudarle, pero recibió un culatazo en la cabeza, del que fue atendida posteriormente en el servicio de urgencias del hospital Clínico.

La policía busca a los cuñados del muerto tras ser reconocidos por la madre, que presenció los hechos

Los hombres pasaron por delante de un autobús de la EMT que circulaba muy despacio y, según la grabación de un testigo, se marcharon por el inicio de la calle. Se montaron en un BMW azul donde les esperaba una cuarta persona. Huyeron a toda velocidad. Este vehículo fue hallado después calcinado en Pozuelo de Alarcón, según han confirmado fuentes de la Jefatura Superior de Policía de Madrid.

Los asesinos actuaron a cara descubierta, ya que la madre de Luis R. D., conocido como el Luisito, los reconoció sin lugar a dudas. La mujer apunta a que son los cuñados del fallecido y, por tanto, los hijos del hombre asesinado a tiros en Arroyomolinos.

Este crimen se produjo a las 10.15 del 29 de septiembre de 2015 en la calle de Miguel Servet, en Arroyomolinos. Juan Fernández, de 64 años, recibió al menos cuatro disparos por parte de dos personas que se bajaron de un Opel Astra. Según el fiscal, "lo hicieron de forma sorpresiva e inesperada, eliminando todas las posibilidades de defensa de la víctima". El hombre fue trasladado con pronóstico crítico al hospital Rey Juan Carlos de Móstoles, pero murió a las pocas de ingresar.

Mientras, su hija y mujer del Luisito, Yolanda preparaba la huida de los supuestos autores. Esta concluyó en Sant Feliu de Guíxols (Gerona). Alquilaron una vivienda en la que se escondieron hasta el 25 de febrero de 2016, cuando fueron arrestados por la Guardia Civil.

Luisito estaba entonces de permiso penitenciario, ya que estaba cumpliendo condena en la cárcel de Navalcarnero. Tenía que haber regresado el 2 de octubre de 2015, pero se fugó a Gerona tras cometer, presuntamente, el asesinato.

Los desencuentros entre ambas familias ya venían de lejos. En 2013, Juan Fernández ya estuvo implicado en otro tiroteo ocurrido en Móstoles. Según explicaron fuentes de la Guardia Civil, era él el que llevaba un arma de fuego con el que intentó matar a una mujer. Esta pertenecía a una familia con la que supuestamente mantenía una fuerte enemistad. El fallecido tenía pendiente una orden de búsqueda y captura por un delito de homicidio en grado de tentativa.

Fuentes de la Jefatura Superior de Policía han explicado esta mañana que hasta el momento no se ha efectuado ninguna detención por este crimen. Estas fuentes afirman que han centrado las investigaciones en los cuñados del fallecido, dado el testimonio de la madre, pero no descartan otras líneas de investigación. También están comprobando dónde y cuándo fue robado el BMW utilizado en la huida.