Los barrios echan en cara a Colau sus incumplimientos
La alcaldesa de Barcelona debate con las asociaciones vecinales en la asamblea de la FAVB
Una reforma de la Meridiana que arranca donde menos tráfico hay. Los equipamientos que no llegan a Glòries. Las obras inacabadas en la estación de metro de la Teixonera. La Sagrada Familia que sigue trepando sin licencia de obras. El futuro recorrido del bus 33. Las Barracas del Camí de la Cadena que ahí siguen. La imparable gentrificación de Gràcia. El futuro equipamiento del antiguo cine Pere IV. La denegación de subvenciones para rehabilitar fincas en Montbau...
El debate entre la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y las asociaciones de vecinos de la ciudad se convirtió ayer por la tarde en una sucesión de “alcaldesa, ¿qué hay de lo mío?”. El acto con Colau cerró la asamblea de la Federación de Asociaciones de Vecinos (FAVB), en un formato —preguntas agrupadas por temas y luego respuestas agrupadas— que devino en un rosario de reproches de los barrios a Colau por sus incumplimientos.
Se impuso la corrección en una sesión que al estructurarse en preguntas concretas de cada asociación, no fomentó un debate con mirada amplia sobre la gestión de la ciudad. Pero permitió constatar en un par de horas las tragaderas de las asociaciones de vecinos al reclamar lo mismo durante décadas, mientras ven pasar alcaldes. Hasta que llega alguien hábil y exige, “no resoluciones de grupos políticos, calendarios y presupuesto, sino que liciten tantas obras como puedan”.
El Besòs, “abandonado”
El movimiento vecinal ve a Colau como uno de los suyos. Creció políticamente en la calle y además perteneció a la junta de la FAVB. Pero también por eso la exigencia es mayor. Porque las expectativas eran muy elevadas. “Y el programa prometía cosas que no podrán hacer”, decía uno de los representantes que más veces tomó la palabra.
Y si cada entidad preguntó por sus cuestiones pendientes, las respuestas de Colau podrían resumirse en un “estamos en ello”. En ocasiones defendió decisiones —como el doble uso vecinal y administrativo del cine Pere IV—; en otras argumentó que a veces la tramitación “es de una lentitud exasperante”; lamentó reiteradamente la falta de gobierno e interlocutor en la Generalitat; y también sacó pecho. Como cuando desde el Besòs manifestaron que se sienten “abandonados”. “Me sabe mal que tengan esta sensación cuando hemos hecho un cambio de mirada y nos hemos focalizado en una zona que acumula una deuda histórica”, respondió. La alcaldesa también lamentó que en el año que falta será difícil aprobar proyectos “porque los partidos están pensando en las elecciones”.
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