Más de 300 años de moda catalana en la red
El Museu Virtual de la Moda de Catalunya crea un relato histórico del vestir con más de 600 prendas de 38 museos
Una chupa de terciopelo de seda roja y una capa de seda marrón, que se llevaron entre 1626 y 1675, son las piezas más antiguas documentadas en el Museu Virtual de la Moda de Catalunya, un nuevo recurso para conocer la historia del vestido en Cataluña, que incorpora más de 600 prendas de 38 museos diferentes. Estas piezas vetustas corresponden al Museu Tèxtil de Terrassa, e inician un recorrido de más de tres siglos, que acaba a principios del siglo XXI, con creaciones que han desfilado en la pasarela 080 Barcelona Fashion hace pocos años como un vestido de Manuel Bolaño o un jersey de Miriam Ponsa.
Los ropajes antiguos conservados están muy dispersos en diferentes museos y centros de todo el territorio, y este museo los sube a la red para crear un recorrido de la moda catalana. Han empezado despacio, porque, de hecho, se calcula que 6.499 prendas de vestir históricas están custodiadas por diferentes museos catalanes, pero solo un 6% de ellas se exhiben.
La mayoría se conservan en almacenes de los museos donde fueron donados, porque no hay espacio para exponerlo todo. La ideóloga del museo, Laura Casal-Valls, explica que “se han unido las colecciones de forma virtual sin deslocalizarlas” para ofrecer “un relato de la historia del vestido ” en Cataluña, puesto que por ahora era "muy parcial y anecdótica”. De este modo han empezado una “colección de colecciones” en línea que permite hacer difusión y didáctica de la historia textil catalana.
De momento, solo hay prendas de mujer y de hombre, de indumentaria civil y de ceremonia, y muchas de ellas sin un autor conocido, aunque otros sí. En la página se pueden encontrar las biografías de modistas, de las más antiguas conocidas como Joana Valls o Fanny Ricot, de finales del siglo XIX al XX; y de diseñadores, algunos tan reconocidos como Mariano Fortuny, autor de la mítica túnica Delphos, o Manuel Pertegaz, que desde su taller de Barcelona internacionalizó su firma en los años cincuenta.
Para que este museo vaya creciendo, la idea es hacer campañas para incluir ropa de niños, zapatos, ropa interior y otros complementos del vestir. La página web tiene diferentes filtros, de forma que la búsqueda es ágil y se puede hacer por diferentes características en función del interés, como el tipo de pieza, los años de creación y uso, el color, el material o el centro donde está conservada.
Entre los que más vestidos han aportado al Museo Virtual hay espacios de referencia de la moda como el Centre de Documentació i Museu Tèxtil de Terrassa o el Museu del Disseny de Barcelona, pero también museos más pequeños, de municipios, como el Museu de la Garrotxa o el de Granollers, y temáticos, como el Museu del Joguet de Catalunya o el Museu de la Vida Rural. Es sorprendente la cantidad de museos que tienen prendas de vestir guardadas, apunta Casal-Valls.
“La memoria de una sociedad no son solo los grandes hitos; también se encuentra en cosas tan cotidianas como el vestido ”, opina ésta historiadora del arte especializada en indumentaria, quien añade que quieren “generar más contenido, hacer catalogaciones, conferencias, seminarios,...” y dar vida a este proyecto, destinado a profesionales e investigadores pero también al público general. Detrás del Museu Virtual de la Moda de Catalunya está la asociación Walden, un grupo de jóvenes gestoras del patrimonio cultural que en 2016 ganaron el concurso de la Fundació Carulla con este proyecto, por el cual han recibido 100.000 euros.
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