La cara no conocida de los museos
El Ayuntamiento repetirá la jornada InMUSEU que muestra depósitos y talleres de restauración de centros municipales
En unas cajas pulcramente apiladas e identificadas en un almacén de la Zona Franca descansan cientos de restos de barceloneses que han sido encontrados en decenas de hallazgos arqueológicos que explican el pasado de Barcelona. Se examinan, se limpian, se documentan y se etiquetan uno a uno para quedar depositados en el Centro de Colecciones del Museo de Historia de Barcelona. Unas grandes naves que acogen 90.000 piezas y en las también se encuentra el Archivo Arqueológico. “Aquí se analizan y se tratan todas las piezas y en esa otra parte se restauran los objetos y obras de arte. Ahora se está trabajando junto con técnicos del MNAC en la restauración de esta pintura que refleja la entrada del general Prim en Barcelona”, explicaba una de las especialistas ante un grupo de personas que habían llegado en autocar a las naves de la Zona Franca que ocupan 5.000 metros cuadrados.
6.000 ciudadanos participan en la experiencia que se repetirá en febrero
Los visitantes eran algunos de los 200 grupos de ciudadanos que participaron ayer en la jornada InMUSEU organizada por el Ayuntamiento de Barcelona para mostrar lo que habitualmente no se ve y todo el proceso previo para que un fragmento de cerámica, un vestido, un cuadro, o un objeto de la época romana hallado en el subsuelo de la ciudad llegue a una vitrina en una sala de exposiciones. En la experiencia — gratuita— participaron 6.000 personas que visitaron diferentes espacios con guías especializados, como el Castillo de Montjuïc, el laboratorio de Natura del Museu de Ciències Naturals o los almacenes del Museo del Disseny, entre otros. El éxito de la convocatoria ha propiciado que el consistorio repita la experiencia el 3 de febrero.
En altísimas estanterías del almacén de la Zona Franca se ven trozos de cerámicas utilizadas en la construcción de la volta catalana, bombas que cayeron en el Born, unas grandes losas de piedra que se retiraron hace tres o cuatro años de la fachada del Ayuntamiento de Barcelona con la leyenda “plaza de la Constitución”. También está almacenado el busto del Rey emérito, Juan Carlos, retirado del salón de plenos. Menos suerte ha tenido la estatua ecuestre de Franco que resultó gravemente dañada en la plaza del Born y cuyos restos descansan en el exterior de las naves de la Zona Franca envueltos en una lona azul entre palés. Muy cerca le acompaña la estatua franquista de la Victoria de Frederic Marès, retirada en enero de 2011.
Inventariadas 800 inscripciones de presos en celdas del castillo de Montjuïc
En el Museo del Disseny en la plaza de las Glòries el uso de batas es obligado para entrar en los depósitos de la planta menos uno. 1.500 metros cuadrados que almacenan 68.000 piezas de las 70.000 que integran las colecciones del centro que exhibe una parte mínima de sus fondos que aglutinan las colecciones de artes decorativas, artes gráficas, diseño industrial, textil y de cerámica. Grandes tapices y alfombras completamente cubiertas, módulos deslizantes que guardan escritorios, tocadores, lámparas, ollas a presión, secadores. Trajes y vestidos modernistas convenientemente identificados cuelgan en un módulo en el que también se guardan corsés y fajas de todas las épocas en cajones. “Todos estos fondos son, como el propio centro, propiedad de todos los barceloneses”, resumía Pilar Vélez, la directora del Museu del Disseny.
Celdas de Montjuïc
La experiencia InMUSEU también ha propiciado el conocimiento de algunas zonas del castillo de Montjuïc que han permanecido cerradas y que se abrirán al público el año que viene. Como el corredor que alberga cinco celdas que fueron ocupadas por presos brigadistas en la República y luego por los soldados republicanos que fueron detenidos ya por las tropas de Franco. En las paredes de esas celdas —hasta ahora solo utilizadas para algunas filmaciones— se han conservado hasta 800 inscripciones de los que allí estuvieron detenidos y también de los soldados de guardia de ese pasadizo. Hay de todo, desde calendarios en los que se tachaba el paso de los días, “Vivas” a España o a la República, un “Viva Popeye” —el líder anarquista— también algún dibujo pornográfico —cada una de las celdas estaba ocupada por 30 ó 40 hombres— y hasta un fragmento de un obra de Pedro Muñoz Seca que fue detenido tras el estallido de la guerra civil por milicias anarcosindicalistas y conducido al castillo de Montjuïc.
Clasificación de los objetos de homenaje tras el atentado de La Rambla
Los ositos, las muñecas, las camisetas, los dibujos, los juguetes.... Todo lo que alfombró el Pla de l'Os los días posteriores al atentado terrorista de La Rambla del pasado 17 de agosto —y lo que también se depositó en otros puntos del paseo— está ya en proceso de clasificación e identificación en una de las salas del Centro de Colecciones del Museo de Historia de Barcelona situado en unas naves del polígono industrial de la Zona Franca.
Solo una parte de los cientos de objetos recogidos ha empezado a ser inventariada con una pauta similar a la de otros trabajos de arqueología, como la concreción en planos topográficos que marcan la ubicación exacta del paseo donde fueron depositados.
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