La moda de la Cañada Real
CaixaForum acoge un desfile de niñas cuyos trajes han sido diseñados y confeccionados por sus madres en el asentamiento
Look casual, look formal y look de fiesta. Estos son los tres pases que realizaron las niñas participantes en el desfile infantil que tuvo lugar ayer sábado en el auditorio de CaixaForum. Los trajes que lucían estas niñas habían sido diseñados y confeccionados por sus propias madres, mujeres de la Cañada Real que han participado en el curso de patronaje y costura, impartido por Voluntarios de "la Caixa" de Madrid y financiado por el Fondo de Reequilibrio Territorial, gestionado por la Junta Municipal de Vicálvaro.
Este taller forma parte del Proyecto de Intervención Comunitaria Intercultural (Proyecto ICI) impulsado por la Obra Social, en colaboración con la Fundación Secretariado Gitano-ACCEM y el Ayuntamiento de Madrid. Bajo el lema "Desfilamos por la inserción laboral de la mujer", este acto se enmarca en las celebraciones del Día Internacional de la Mujer y uno de sus objetivos es el de contribuir al empoderamiento de las habitantes de una de las zonas más desfavorecidas de la capital.
Junto a las pequeñas de la Cañada, desfilaron también las hijas de algunos voluntarios de la entidad, todas ellas niñas de entre 6 y 13 años que exhibieron con soltura los 20 modelos salidos de este taller, cuyo objetivo iba mucho más allá de aprender a manejarse con el hilo y la aguja. "Aparte de coser, las mujeres sociabilizan, salen de casa, respiran un poco. Casi todas son madres de familias numerosas y siempre están muy agobiadas, así que en el ratito que están los niños en el cole, aprovechan para venir al curso", explica María Dolores Muñoz -a la que todas conocen como Lola-, la voluntaria que impartió el curso de patronaje. Reconoce que ha sido duro, especialmente por las condiciones, a veces adversas, en las que tenían que dar las clases, pero que ha valido la pena al ver lo que todas ellas han logrado.
Lola también fue la encargada, junto a la presidenta de Voluntarios de "la Caixa" Trinidad Castillo, de hacer entrega de los diplomas a las alumnas del taller. Para algunas, aprender a coser ha sido una forma de aprender un oficio con el que quizá, más adelante, puedan llevar algo de dinero a casa y contribuir a la economía familiar. Para otras, el factor relacional pesaba más, el poder dejar a un lado los problemas cotidianos durante unas horas y centrarse en una actividad con la que, además, practicaban castellano y aprendían a trabajar en equipo en un ambiente de complicidad, apoyo mutuo y gran diversidad cultural.
Lucía, una de las alumnas del taller, destacaba la camaradería que ha reinado durante el curso. "Cuando tenemos alguna duda o dificultad, siempre nos ayudamos entre nosotras. Eso lo hace todo mucho más sencillo". Para Zohra, asistir a estas clases de costura fue una forma de obligarse a salir de casa cuando atravesaba una situación personal complicada. "En el curso hay una energía muy positiva y siempre salgo de allí muy contenta. Nunca pensé que podría llegar a diseñar y coser un vestido, pero he acabado comprándome una máquina de coser para seguir practicando en casa. Para mí, el curso ha sido como una rehabilitación, me ha ayudado a tener algo en lo que pensar, una ilusión para seguir adelante. Pero además, nos ha servido a todas para saber que hay gente que piensa en nosotras, que nos da importancia y eso, claro, nos da mucha confianza".
El desfile fue un acto muy emocionante que, tanto para las alumnas del curso como para los voluntarios de "la Caixa", supuso la culminación de muchos meses de trabajo. Al finalizar, y tras agradecer la labor de su profesora Lola, la propia Zhora recalcaba: "No olvidéis que estamos ahí, no os olvidéis de nosotras, de todas las mujeres de la Cañada y de nuestros hijos".
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