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Puigdemont bloquea cualquier salida al proponer que le sustituya otro imputado

Junts per Catalunya y ERC continúan las negociaciones para llegar a un acuerdo

El expresidente de la ANC y ahora diputado de Junts per Catalunya, Jordi Sànchez. En vídeo, declaraciones de Roger Torrent, presidente del Parlament.Foto: atlas | Vídeo: MASSIMILIANO MINOCRI

Ya despejada la incógnita de la declaración de los líderes independentistas ante el Tribunal Supremo, Junts per Catalunya y ERC pisan el acelerador de las negociaciones para formar Govern. Todos están a la espera de la renuncia formal de Carles Puigdemont, para quien preparan un cargo simbólico. El expresident no lo ha verbalizado pero sí ha reconocido implícitamente que tirará la toalla al señalar a Jordi Sànchez, en prisión preventiva desde hace cuatro meses.

Desde el sector de Junts per Catalunya más alejado de la órbita del expresident y desde Esquerra dan por hecho que nadie con una mochila judicial tan abultada como la de Jordi Sànchez, expresidente de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), o cualquiera de los otros exconsejeros imputados pasará los filtros para lograr la investidura. Están seguros de que el Gobierno encontrará una manera de impedirla. Sin embargo, Puigdemont insiste en escoger esa vía para así mantener su pulso con el Gobierno de Mariano Rajoy y dejar claro que, si bien tiene limitada su libertad de acción y de regresar a España, mantiene intacta su capacidad para influir en la vida política.

Fuentes de la negociación confirman que Puigdemont ha hecho saber a su círculo más próximo que su apuesta pasa por reservarse un papel simbólico para seguir moviendo los hilos de la política catalana desde su refugio belga. Pero al mismo tiempo, al señalar a un posible sucesor, ya admite que no podrá presidir la Generalitat tal y como siguen defendiendo formalmente sus compañeros de la candidatura Junts per Catalunya.

El propio expresident usó ayer Instagram para disculparse por la lentitud en la formación del nuevo Gobierno. Explicó que “las negociaciones tendrían que haber ido más deprisa”, si bien recuerda que “la situación es compleja para todo el mundo, con múltiples frentes, amenazas y coacciones”. También volvió a hacer un llamamiento a la unidad entre el independentismo. “Es importante recordar que todos somos aliados y que los reproches solo alimentan a la caverna”, explicó.

La formación de Puigdemont sigue insistiendo en su apuesta de cambiar la ley de presidencia de la Generalitat para incluir la posibilidad de una investidura telemática, algo que ERC no ve claro. La Mesa del Parlament, que se reúne mañana, tiene en el orden del día la petición de Junts per Catalunya de activar la comisión del reglamento pese a que las propias leyes de la Cámara niegan esa posibilidad. La estrategia es agotar todos los cartuchos posibles antes de decantarse por la vía Sànchez.

Abanico de candidatos

Sin embargo, el plan de continuar con el pulso con el Gobierno choca con numerosas dificultades y no excluye en absoluto que al final acabe siendo president alguno de los miembros de la formación que no tiene cargas judiciales, encabezando la lista de preferencias la número diez por Barcelona, Elsa Artadi. Pero sobre la excoordinadora del Govern también pesa la posibilidad de ser imputada, por lo cual algunos alcaldes del PDeCAT, ahora también diputados de Junts per Catalunya, podrían ser posibles salidas.

Pero antes, Puigdemont quiere intentar provocar un nuevo choque con el Gobierno y el Tribunal Supremo señalando a Sànchez como sucesor. El expresidente de la ANC, al igual que el resto de encarcelados o en libertad condicional, no tiene suspendidos los derechos políticos, pero Mariano Rajoy ya ha advertido de que no levantará la intervención de la autonomía catalana mientras no haya un Gobierno que pueda tomar posesión “físicamente”.

Esquerra, socio imprescindible para la operación que busca Puigdemont, defendió para la presidencia del Parlament que no la ostentara una persona con problemas judiciales. Pero fuentes de la dirección del partido admiten que no serán ellos quienes aparezcan en público vetando a nadie. “Nosotros vamos a proponer nuestros nombres para integrar el Govern y Junts per Catalunya que proponga los suyos”, afirman. Fuentes de ERC, sin embargo, consideran que pretender investir como president a alguien que esté en prisión o a punto de ser inhabilitado no tiene recorrido. “Caerá por su propio peso”, insisten esas fuentes. El discurso oficial del partido es que apoyarán al candidato que proponga Junts per Catalunya, en una designación que no implique consecuencias penales para quien la promueva o la vote.

Especulaciones

El propio Sànchez se desmarca de cualquier operación que le incluya. “Todas las especulaciones son sobreras, es tiempo para hacer política, no especulaciones. Mi candidato, el candidato de Junts per Catalunya y el candidato de una gran parte del electorado es Carles Puigdemont”, aseguró en una entrevista al digital El Nacional. El exlíder de la ANC cree que sostener que se deben buscar candidatos sin mochilas judiciales por el tema del independentismo es “aceptar el razonamiento de La Moncloa” y “fulminar la autonomía parlamentaria y reconocer la culpabilidad de los hoy investigados”.

El nombre del presidente es sin duda la pieza más suculenta de las negociaciones pero no la única. Desde la dirección de Esquerra incluso ven posible un acuerdo en menos de dos semanas. Ambos equipos negociadores ponen nombres a la matriz de consejeros, directores y secretarios generales. El reparto es de un 50% de las consejerías para cada formación.

Fuentes cercanas a las conversaciones aseguran que todo está muy atado si bien aún queda por cerrar el poderoso departamento de Presidencia y la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA) que gestiona TV-3 y Catalunya Ràdio. Los republicanos son partidarios de no hacer muchas modificaciones a la disposición actual de los departamentos para evitar más retrasos en la formación del Govern.

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