El refugio espiritual de Refree
El músico y productor barcelonés actúa en solitario en el Festival de Arte Sacro
Raül Fernandez Miró, alias Refree, es el muñidor de una ola enorme: la que levanta desde hace meses Los Ángeles, su disco a medias con la novísima e irresistible cantaora flamenca Rosalía. "Llenar dos veces el Price ha sido una barbaridad, no lo podíamos imaginar", suelta a propósito del par de fechas madrileñas del dúo, dentro del pasado festival Inverfest. "El rol difícil corresponde a Rosalía, sometida a tanta exposición. Conmigo atrás, donde me siento más cómodo". Y atrás se erige en palabra clave: desde allí, o a la vera, Refree no solo ha respaldado y propiciado el lucimiento de Rosalía. También el de Silvia Pérez Cruz, su otra alianza en forma de álbum con una garganta prodigiosa (Granada, 2014). O el de los ya múltiples artistas a los que ha producido discos. Sin ir más lejos, por ejemplo, el Transilvania de Josele Santiago, una cumbre de 2017, y otro que puede alcanzarla este año: el nuevo trabajo de Niño de Elche.
Pero ¿dónde se encuentra su carrera solista como músico y cantautor poliédricos? La respuesta, el lunes 19 en la sala Cuarta Pared. Un concierto en solitario dentro del Festival de Arte Sacro, recién abierto a otros géneros fuera de la música religiosa. "No me sorprendió que me llamaran, porque la improvisación que practico ahora tiene un punto de elevación mística". En cualquier caso, la formación reglada de Raül le facilita "el gusto por oratorios y réquiems". Y hay algo más: "Fui monaguillo y aún me vienen las canciones de misa a la cabeza", admite, dispuesto a acumular argumentos de afinidad con el festival. Aunque lo suyo nada tenga que ver con sotanas.
En la Cuarta Pared, aparecerá armado de los dos primeros volúmenes de una colección en formato 10 pulgadas proyectada hacia el infinito y con nombre en euskera, Jai Alai. "Así llaman a la pelota vasca. Fermín Muguruza me explicó que significa "fiesta alegre" y me pareció que lo de golpearla con la mano y reaccionar cuando te la devuelve el muro encajaba con mi afán improvisador. Además, mis compromisos no me dejan tiempo para un álbum de canciones [desde Nova Creu Alta en 2013]".
En sus probetas para esta serie se instaló desde el principio la semilla flamenca. Con una empresa del Madrid céntrico, la fábrica de guitarras artesanas Ramírez, en la génesis. "Su árbol genealógico explica casi entera la historia del instrumento. Fliparon con Rosalía y conmigo en Casa Patas, sede de nuestro primer show en Madrid. Luego me ofrecieron uno de sus modelos construidos a mano, un cañón. Grabé una improvisación para ellos. Y quien vino a registrarla, un buen amigo, se empeñó en que debía grabar más. Seleccioné las mejores [ocho cortes instrumentales a las seis cuerdas, Ramírez, Telecaster o Gibson en mano, según los casos] y El Segell del Primavera [sello del festival barcelonés] se mostró feliz de publicarlas". Y en vivo, el lunes asomarán muestras del segundo capítulo de Jai Alai: la banda sonora de Entre dos aguas, de Isaki Lacuesta, continuación de otro filme suyo de hace 15 años, La leyenda del tiempo. "Bajé a San Fernando para empaparme de Cádiz, y el equipo me hizo llegar la grabación a capela de un niño con el que se toparon por la calle. Ahí imaginé esta entrega: añadir mi guitarra a tomas vocales preexistentes, varias de ellas de Rocío Márquez [Raül ha producido dos de los discos de la cantaora onubense] o de Niño de Elche. La mayoría, sampleadas y tratadas".
"Nunca he intentado reproducir lo que bordan los guitarristas de flamenco"
Lo curioso es que Raül creció ajeno al flamenco y se inició como músico en el hardcore. "En mi casa se escuchaban clásica y cantautores, poco más. Nunca me había interesado por el género hasta que Kiko Veneno [al que produjo Sensación térmica en 2013] y Rocío Márquez me descubrieron un flamenco distinto al de la televisión: Marchena, Caracol, la Niña de los Peines, Farina… Y con un sonido de guitarra que me recordaba al del blues de los años treinta o cuarenta".
No hablamos de un tocaor: "Kiko me enseñó el primer rasgueo, y después valoro mucho los ánimos y consejos de Pepe Habichuela, pero nunca he intentado reproducir lo que bordan los guitarristas de flamenco. Miles Davis vio una vez al brasileño Hermeto Pascoal tocando una tetera y le preguntó que por qué no la trompeta. 'Porque ya la tocas tú', le dijo". Josele Santiago subrayaba en su entente la libertad que concedía el Refree productor: "Cierto, trabajas para otro, aunque si te buscan es por algo. Creo en la preproducción, conocer a la persona y sus canciones, para luego sugerir qué paso podría dar el artista, sea solo para el disco o para darle continuidad. Y si se siente cómodo, adelante". Con Niño de Elche y su flamante Antología del cante flamenco heterodoxo (Sony Music, 2018), claro, sintonía perfecta: un vanguardista radical, mano a mano con un creativo de la pecera como Refree recreando a outsiders de lo jondo. "Tampoco hubo problema con Rocío, que enseguida se aficionó a las vueltas de tuerca, ni Rosalía, proclive a cantar lo más complicado", rememora el barcelonés.
Refree atisba una carrera internacional tras producir dos discos a Lee Ranaldo, ex de los icónicos Sonic Youth. "Me recomendó la gente del Primavera, él no sabía de mí. Yo prefiero que me vengan a buscar expresamente, pero fue bien: vamos a grabar un tercer trabajo en abril en Nueva York". Raül prepara nuevos discos a medias: Richard Youngs, Cheikh Lô (su enfermedad abortó un show conjunto en el Festival de Arte Sacro). Y en el Sònar presentará un proyecto de electrónica. Mientras, un poco de todo en la Cuarta Pared, incluidas quizá cosas de su etapa en el sello madrileño Acuarela. "El primero en confiar en mí", concluye agradecido.
Refree actúa en la sala Cuarta Pared el 19 de febrero, en el Festival Internacional de Arte Sacro de Madrid.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.