Dirigido por… Ida Lupino
Una cineasta que llevó tras la cámara los asuntos y perspectivas que no podía representar como actriz
Con humor se llamó a sí misma “la Bette Davies de los pobres” y se dijo de ella que era “la lady Macbeth de los suburbios”. Una actriz de carácter, resistente, menuda de estatura, que se midió en la pantalla con prototipos masculinos fuertes. También dirigió. Ida Lupino, nacida hace cien años en Londres, necesitaría tiempo para ser conocida y reconocida como directora cinematográfica. Menos recordadas aún son sus facetas de compositora y cantante. Un ciclo de seis películas, cuatro como directora y dos como actriz, la recuerda este mes en la Filmoteca. Una ocasión estupenda para la especie en extinción que somos los amantes del cine clásico hollywoodiano, ya que ni las televisiones ni las plataformas de pago nos permiten revisarlo ni descubrirlo. En el caso de la Lupino estamos ante cine de autor de primer orden. Cine de autora. Y no se trata de revisarla sino de ver, por fin, algunos de sus films, no estrenados nunca por aquí ni disponibles en dvd.
Antes como hoy. Maneras de mujer de tratar los temas, una mujer tras la cámara. A finales de mes, se verá Outrage (Ultraje), de 1950, imprescindible retrato de lo que supura alrededor de una violación, uno de los primeros films en abordarla como trama principal. Es una de las seis películas que dirigió para su productora The Filmakers[SIC], que llegó a producir tan solo ocho. La cineasta había montado la productora con su marido como productor ejecutivo y otro colega en 1949. Ultraje es posiblemente su mejor film. La ha convertido en pionera del cine feminista, aunque ella nunca se declaró así. Sus films permiten decirlo, por su decidida aproximación a temas y personajes entonces vetados en la pantalla. Fue la única directora en Hollywood en los 50, cuando ya se había retirado Dorothy Arzner. Si como actriz, Ida Lupino trabajó en producciones de primer orden, como directora tuvo a su cargo películas de serie B, donde a menudo se podía contar con mayor libertad expresiva.
Imágenes inspiradas, un guión audaz, sabio y delicadamente controlado, actores muy bien dirigidos. Ultraje es una película que casi nunca se programa y no disponible en otros formatos. La palabra “violación” no se utiliza en la narración, se habla de “asalto” o “ataque”. Lo interesante es ver cómo hace casi setenta años se acercó la directora al tema, tratando el trauma ocasionado en la muchacha, una contable de una fábrica de madera, sus causas y efectos sociales culpabilizan a la víctima. Las leyes y su interpretación, la dificultad de hablar de cómo ha sucedido el ataque, cómo la víctima se avergüenza. Un retrato que también resulta moderno hoy por su misma calidad visual añeja, valga la contradicción aparente. En blanco y negro, contado con aire casi documental, con la iluminación propia de una forma de hacer cine que ha cambiado mucho y no obstante parece de ahora mismo.
Nacida en una familia dedicada al espectáculo desde el siglo XVII, de origen italiano, Ida Lupino (Londres, 1918 - Los Angeles, 1995) se trasladó a Hollywood de joven para participar en el gran sueño cinematográfico. Lo logró. Fue la estrella de El último refugio de Raoul Walsh (1941), dando la réplica a Bogart, y la periodista de Mientras la ciudad duerme, de Fritz Lang (1956). Los dos filmes se pasan también este mes en la Filmoteca. Cuando llevaba ya dos décadas protagonizando todo tipo de géneros, los papeles interesantes que le estaban reservados empezaron a menguar y se lanzó entonces a escribir sus guiones y a dirigir. Sus relatos “ponen en evidencia el papel pasivo de las mujeres en el cine de Hollywood”, ha dicho Scorsese.
Realizó el primer film noir dirigido por una mujer, El autoestopista (The Hitch-Hiker), en 1953. Su puesta en escena de la paranoia rivaliza con las de directores como Nicholas Ray y Joseph Losey en los mismos años. Este sábado, en la Filmo se verá. También se programan Never Fear (No tengas miedo nunca), de 1949, su primera película, sobre una bailarina que debe dejar su arte, y El bígamo, de 1953, que protagoniza junto a Joan Fontaine, la otra esposa del relato. Lupino trató también temas poco habituales entonces, como las relaciones de poder entre madres e hijas.
Y después, la tele. Las primeras series de impacto. Dirigió más de cien episodios de las más conocidas: Los intocables, El fugitivo, El virginiano, Alfred Hitchcock presenta, Embrujada, La dimensión desconocida. Mucho trabajo le costó su trayectoria, mucho hizo. Memorable Ida Lupino. En la Filmo.
Mercè Ibarz es escritora y profesora de la UPF
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