El aeropuerto de El Prat camina hacia los 50 millones de pasajeros
Los viajeros crecen un 7,1% más que el año anterior, con un récord de 47,2 millones de usuarios
El aeropuerto de Barcelona-El Prat vive un noviazgo con la palabra récord. El techo de tráfico de pasajeros se volvió a romper en 2017 y se alcanzaron los 47,2 millones de usuarios. Supone un 7,1% más que el año anterior, cuando, con 44,1 millones de pasajeros, ya se marcó un máximo histórico. Ni la incertidumbre política, ni las obras que inutilizaron la pista principal, ni tan siquiera el caos vivido durante el verano por la huelga de los empleados de seguridad mitigaron su crecimiento. En 2018, con más rutas y aviones de mayor capacidad, la progresión seguirá adelante hacia la barrera de los 50 millones.
El aeropuerto de Barcelona transita en permanente velocidad de crucero. Las cifras logradas en 2017 certifican el buen momento de forma que exhibe la instalación. La foto de 2008 y 2009, cuando el año se cerraba con apenas 27 millones de pasajeros, aparece hoy descolorida y ajada. Diciembre registró un 6,4% más de usuarios que los que pisaron El Prat en el mismo mes de 2016 y ponía el broche a una temporada con abundantes sobresaltos pero óptima en resultados. Según las previsiones, es solo el preámbulo de lo que está por llegar. La barrera de los 50 millones queda a la vuelta de la esquina.
El aumento anual del 7,1% de usuarios es inferior al que registró en 2016, cuando el estirón fue del 11,2% y se rebasaron por primera vez los 40 millones de pasajeros, pero sigue suponiendo la mayor crecida de los tres principales aeropuertos españoles. Madrid-Barajas suma 53,4 millones de pasajeros pero su aumento se limita a un 5,9% y Palma, 27,9 millones, ha tenido un incremento del 6,5%.
El ejercicio 2018 depara más desarrollo para el aeropuerto barcelonés, al que ya le aprietan las costuras. Habrá que buscar huecos para encajar a los nuevos actores que suma el largo radio. El varapalo que supone el adiós de Aerolíneas Argentinas y la cancelación del vuelo de Level a Punta Cana queda compensado con nuevas frecuencias. La propia Level operará la conexión con Boston y su rival en el bajo coste transoceánico, Norwegian, incorpora los 787 Dreamliner, más grandes, para cubrir sus rutas a Oakland-San Francisco, Los Ángeles, Miami y Nueva Jersey. Una estrategia que también van a seguir compañías como United Airlines en el vuelo Nueva York-Newark, o la canadiense Air Transat en la ruta con Montreal.
Las camisetas del Barça ya no lucen el logo de Qatar Airways, pero la aerolínea del emirato sigue alimentando su idilio con la capital catalana y durante algunos días de verano recuperará la tercera conexión, ahora son dos diarias, del vuelo Doha-Barcelona. La celebración del Mobile World Congress en la última semana de febrero multiplicará el tráfico aéreo en El Prat. Varias compañías aumentan su oferta. Es el caso de Fly Emirates que ofrece un tercer vuelo para completar las dos frecuencias diarias entre El Prat y Dubai. La progresión de esta ruta es notable. Los colosales Airbus A380 representan una propuesta semanal de 14.400 plazas. En 2012, cuando se estrenó este vuelo salían al mercado un máximo de 5.000 billetes a la semana.
Una de las incógnitas de la temporada es la evolución que pueda seguir el vuelo Tashkent-Barcelona. La conexión con Uzbekistan, hasta ahora inédita, se activa en primavera, un vuelo semanal, y abre la puerta al enlace directo de Barcelona con Asia central. En mayo también se estrenará el vuelo directo de Air China entre Barcelona y Shanghai. A su vez, Asiana Airlines aportará competencia a Korean Air en los vuelos directos entre Barcelona y Seúl.
La internacionalización de El Prat no penaliza el tráfico doméstico. Las conexiones internas siguen ganando usuarios al ritmo al que crecen las frecuencias. En algunos casos, a grandes zancadas. Los vuelos a Bilbao, azuzados por una fuerte competencia entre Vueling y Norwegian hasta que los escandinavos claudicaron, sumaron en 2017 un 31% más de pasajeros. El enlace con Coruña registró un aumento del 22%, el de Granada y Málaga del 13% y 16%, respectivamente. Vuelos tan amortizados como Palma siguen ganando tráfico, 9,8%, e incluso la ruta con Madrid orilla la pugna con el AVE y gana un 0,6% de pasajeros.
La estacionalidad es el gran lastre del aeropuerto de Girona. Rubricó una buena temporada de verano y llevaba ritmo óptimo para llegar al objetivo de los dos millones de usuarios. Sin embargo, el otoño trajo un frenazo súbito de la actividad en las instalaciones de Vilobí d'Onyar, con resultados incluso peores que el tramo final de 2016.
Ryanair es el gran motor del aeropuerto Girona-Costa Brava y ya anunciado para este verano vuelos a Riga (Letonia) y a Frankfurt (Alemania). La compañía irlandesa ofertará 41 conexiones durante el 2018, aun lejos de las 53 del año 2009.
Satisfacción en Reus y Girona, y fiasco en Lleida
El aeropuerto de Girona se ha quedado a un paso de alcanzar los dos millones de usuarios, 1.946.000, pero celebra un aumento del 16% del tráfico de pasajeros en relación con 2016. El aeropuerto de Reus superó la barrera del millón de pasajeros gracias a una crecida del 25% con respecto al año anterior.
El aeropuerto de Lleida-Alguaire, que no gestiona Aena sino que es competencia de la Generalitat, suma otro ejercicio de malos resultados. Apenas 30.400 usuarios pasaron por sus instalaciones el año pasado, un descenso interanual del 14%.
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