Los votantes independentistas se cansan del ‘procés’
Solo el 23% de los catalanes defienden continuar por la vía independentista de Puigdemont
Los votantes constitucionalistas no son los únicos que sienten hartazgo por el proceso soberanista catalán. Los independentistas también quieren pasar página de forma mayoritaria a una etapa de más de cinco años que no ha reportado ningún avance para el autogobierno y que ha acabado con la Generalitat intervenida y con sus protagonistas inmersos en duros procesos judiciales. Hoy por hoy solo el 23% de los catalanes quiere continuar con el proceso emprendido por Artur Mas y continuado por Carles Puigdemont.
El estrés político a que se han visto sometidos muchos catalanes por el proceso independentista ha hecho que en estos momentos ya solo los votantes de la CUP, partido que logró solo cuatro escaños el pasado 21 de diciembre, pidan continuar con la actual situación. En los partidos mayoritarios del bloque independentista la sensación de las bases es que toca pasar página, sin renunciar al independentismo, pero abandonando la vía unilateral que tantos problemas ha provocado. De esta forma, hasta el 61% de los votantes de Esquerra Republicana y el 50% de la coalición Junts per Catalunya, liderada por el expresidente Carles Puigdemont, abogan ahora por buscar una estrategia negociadora como la que se ha dado en el País Vasco. Así, solo un tercio de los electores republicanos y el 46% de los seguidores de Puigdemont abogan por seguir adelante con el proceso soberanista. En el caso de la CUP son mayoría los partidarios de continuar adelante, pero ya solo alcanzan el 57% del total.
Estas cifras, reflejadas en el último sondeo de Clima Social de Cataluña elaborado por Metroscopia, parecen acompañar la estrategia que comienza a imponerse en buena parte del bloque independentista: aparcar la vía unilateral, resguardarse en los cuarteles de invierno y tratar de recuperar cuanto antes la autonomía y el control de la Generalitat. La estrategia la defiende en mayor medida Esquerra Republicana, partido que tiene en prisión preventiva a su líder, Oriol Junqueras.
Como es lógico, la voluntad de pasar página a la situación política es mucho mayor entre los constitucionalistas, con porcentajes por encima del 80% a favor de abandonar el proceso. Además, esta tendencia va en aumento si se compara con la última encuesta, del pasado 12 de diciembre. Entonces los partidarios de abordar la vía vasca eran el 68% y ahora ya alcanzan el 72%.
Esta tendencia va también en consonancia con la pérdida de apoyos de las tesis nítidamente independentistas en favor de una tercera vía que garantice para Cataluña nuevas y garantizadas competencias en exclusiva. Cuando se deja elegir a los encuestados entre la independencia, esta tercera vía y mantener el actual sistema autonómico, la vía intermedia resulta claramente vencedora, con el 51% de partidarios. La independencia se mantiene como segunda opción (26%) pero se queda en su cota más baja desde noviembre de 2015. De hecho, en esta eventual consulta el único partido cuyas bases se mantendrían nítidamente fieles a la independencia sería la CUP (64%) mientras que en el caso de Esquerra Republicana y de Junts per Catalunya se quedarían en un 52% y un 50% respectivamente. La tercera vía, en cambio, cosecha apoyos muy mayoritarios entre el Partit dels Socialistes (76%) y de Catalunya en Comú (81%).
Las semanas que se avecinan estarán marcadas por si los independentistas consiguen investir presidente a Carles Puigdemont pese a que el Gobierno ha anunciado que tratará de impedirlo por todas las vías. Algunos sectores independentistas, especialmente el propio expresidente, amenazan con forzar una repetición de las elecciones si su investidura acaba siendo imposible. Pero las bases secesionistas también están lejos de apoyar esta teoría. En el conjunto de Cataluña solo el 16% desea unas nuevas elecciones y entre los partidarios de esta vía están básicamente votantes de Ciudadanos (26%) y del PP (19%). En las filas independentistas la voluntad mayoritaria es que los partidos lleguen a un acuerdo para formar Gobierno. Entre las bases de Esquerra Republicana, cuyos resultados se quedaron por debajo de las expectativas el 21 de diciembre, el 86% quiere un acuerdo. Y en Junts per Catalunya, la candidatura de Puigdemont, la voluntad de acuerdo alcanza el 85%.
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