El exjugador del Barça Oleguer Presas, a juicio por disturbios con la policía
Este jueves llega a juicio el ‘caso Bemba’ por los altercados entre agentes y jóvenes independentistas ocurridos en 2003 en Sabadell
El 26 de septiembre de 2003 Jaume cumplía 18 años. Decidió celebrar la destacada fecha con su pareja y después de cenar fue a tomar una copa al bar Bemba, ubicado en pleno centro de Sabadell y regentado por jóvenes independentistas. Era la última noche del local y celebraba una fiesta de despedida. Después de permanecer allí un rato, Jaume explica que se marchó con su pareja a otro bar. Justo después se presentó un grupo de agentes de la policía local y la nacional, acompañados por el entonces alcalde Manuel Bustos (PSC) y varios concejales del Consistorio, entre ellos el responsable del cuerpo y hermano del alcalde Paco Bustos, por las quejas de los vecinos, según justificaron entonces. “Los políticos se acercaron en actitud chulesca pidiendo que la gente se marchara”, explica Jaume. Más de 200 personas permanecían en el exterior del bar.
La relación entre los jóvenes de izquierda y el gobierno de Bustos era tensa desde hacía tiempo. El encontronazo fue inevitable y empezaron las cargas policiales y las carreras por el centro de la ciudad. A Jaume los disturbios le pillaron en otro bar. “Vi que los policías se metían con mi amigo y los empecé a insultar, así que al final vinieron a por mí”. Jaume fue uno de los 11 detenidos de esa noche, entre los cuales también está el sabadellense Oleguer Presas, exjugador del Barça. Para ellos el fiscal pide hasta dos años de prisión por daños, desorden y atentado contra la autoridad.
Los disturbios agitaron fuertemente la ciudad. Los jóvenes denunciaron a los policías –pero la denuncia se archivó– y los agentes hicieron lo propio. Su demanda es la que llega a los juzgados de Sabadell. Políticamente provocó la dimisión, entre lágrimas, de Paco Bustos, por el acoso, decía, que recibía de los jóvenes. No obstante, el concejal continuó en el Consistorio, con un cambio de cartera, y en 2015 fue condenado a prisión e inhabilitado a raíz del caso Mercurio.
Más de 14 años después de los sucesos del bar Bemba y tras varios aplazamientos, el caso llega a juicio. Las defensas de los acusados pedirán el archivo del caso porque consideran que ha prescrito y que el expediente contiene muchas falsedades. “El juicio no debería celebrarse. Hay que tener en cuenta que fue en la época Bustos con la unidad de antidisturbios de la policía local recién creada y la noche del Bemba fue su debut. La policía se extralimitó y hubo una acción desproporcionada. Además hemos detectado algunos atestados falsos”, denuncia Jordi Busquets, abogado de Jaume.
Los abogados de los cuatro agentes demandantes, del despacho de Cristóbal Martell, no han querido hacer declaraciones a este diario. El Ayuntamiento –que en 2008 se presentó como acusación pero se retiró poco después– corre a cargo de estos costes “para garantizar los derechos de la policía a denunciar si ven sus derechos lesionados”, apunta el actual alcalde, Maties Serracant (CUP), que recuerda que una de las decisiones de su gobierno fue disolver la unidad antidisturbios.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.