De Lara investiga el secuestro de una mujer en un burdel de Lugo

Como en una película sobrada de violencia, la grabación de una cámara de seguridad mostraba cómo una mujer en camisón fumaba en el pequeño porche del club Tritón de Lugo. Y cómo a continuación bajaban dos hombres de un coche, uno del asiento del copiloto y otro de la parte de atrás, mientras el conductor seguía al volante para arrancar en cuanto fuese preciso. Los hombres enfilaban las escaleras del porche, directos hacia la mujer. La agarraban con fuerza, la empujaban hacia fuera. Y ella se resistía y luchaba por librarse de sus raptores. Uno de los dos la agredía en medio del forcejeo, y al final lograban meterla en el vehículo a la fuerza, con su cuerpo doblegado y vencido, casi en horizontal. El conductor arrancaba al instante y el coche huía como un rayo.

La escena tenía lugar hace tres días en este burdel situado en O Corgo, uno de los más grandes y conocidos de Lugo, y la mujer, una joven de nacionalidad rumana y unos 20 años de edad, ha aparecido esta mañana deambulando por la estación de autobuses de Betanzos (A Coruña). Dos de sus tres captores han sido ya detenidos gracias a la grabación y está en busqueda el tercero, supuestamente expareja sentimental de la secuestrada. También ha sido localizado el auto en el que los hombres se llevaron a su víctima y ha quedado precintado.

La investigación ha sido asumida de momento, en funciones de guardia, por Pilar de Lara, titular del juzgado de Instrucción número 1 de Lugo, que dirige también el caso Carioca contra la mafia de proxenetas y agentes de todos los cuerpos de seguridad que dominaban el negocio en la ciudad. La Guardia Civil custodia ahora a la víctima, que ha sido trasladada a un centro hospitalario para un examen médico. Todavía no se conocen las causas del secuestro ni se han llevado a cabo los interrogatorios.

La voz de alarma la dio la compañera de habitación de la joven después de extrañarse de su ausencia y buscarla durante dos horas. Ella contó que la desaparecida había recibido una llamada e inmediatamente había bajado a la entrada del prostíbulo. Lo demás, lo relató la cámara.