Tres detenidos en una nueva operación contra ‘narcopisos’ en el Raval
La Guardia Urbana y los Mossos desmantelan dos pisos donde se traficaba con drogas
Los Mossos d’Esquadra y la Guardia Urbana de Barcelona desmantelaron ayer dos ‘narcopisos’ en el barrio del Raval y detuvieron a tres personas a las que acusan de traficar con cocaína y heroína en el interior de inmuebles ocupados en el centro de la capital catalana. La operación conjunta de ambos cuerpos policiales permitió clausurar dos de los más de 70 pisos desde los que, según los vecinos, se vende droga a diario en el barrio.
Pasaban pocos minutos de launa de la tarde de ayer cuando una decena de agentes de la policía local y autonómica reventaron la puerta de un local situado en el número 5 de la calle de la Riereta. Justo en el mismo momento, otros agentes accedieron al 29 de la calle Nou de la Rambla. En el interior de ambos pisos encontraron escenas a las que los policías están acostumbrados: suciedad, miseria y consumidores de heroína y cocaína junto con los traficantes que les venden las sustancias.
Ambos cuerpos policiales llevaban semanas investigando las actividades que se llevan a cabo en el interior de los dos inmuebles. Los agentes habían redactado diferentes informes policiales, realizado fotografías y recopilado pruebas que se entregaron a las autoridades judiciales. Pasaron varios días hasta que un juez les dictó una orden de entrada y registro. Ayer, a las 13.00, fue el día elegido para la operación policial.
Los agentes decomisaron las sustancias estupefacientes, detuvieron a dos presuntos traficantes en la calle de la Riereta y a otro en Nou de la Rambla y desmantelaron los inmuebles sabiendo que acababan de desarticular —según fuentes cercanas a la investigación— “granos de arena dentro de un desierto”.
Organizaciones y vecinos de diferentes calles del Raval llevan meses organizados protestando contra los narcopisos. Saben que el trabajo de los cuerpos policiales no es fácil. Son centenares los pisos vacíos en el barrio que son propiedad de entidades financieras, fondos de inversión o particulares que, según denuncian, se despreocupan de los inmuebles. Los traficantes de drogas son conocedores de estas circunstancias y cuando detectan un piso vacío acceden a él y montan un supermercado de la droga sabiendo que tarde o temprano acabarán detenidos. Cuando les arrestan, según fuentes policiales, otros —normalmente antiguos compradores— toman el relevo.
El Ayuntamiento de Barcelona no puede tapiar pisos sin el consentimiento de los propietarios. El papel del Consistorio es contactar con los dueños y exigirles el cuidado de sus propiedades. Una tarea que no siempre es fácil ya que algunos fondos de inversión tienen su sede en paraísos fiscales.
Tras la acción policial de ayer los vecinos sospechaban que poco después de que los policías abandonaran la zona, los pisos volverían a ser ocupados y destinados al tráfico de drogas. Estaban dispuestos a plantarse en la puerta para impedirlo cuando llegaron unos operarios, ordenados por el propietario, y tapiaron el acceso. Según informó ayer el Ayuntamiento de Barcelona, desde principios de este año, la Urbana y los Mossos han realizado 27 entradas en diferentes pisos en el barrio del Raval y han sido detenidas 33 personas.
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