La prisión de Sánchez y Cuixart da oxígeno al independentismo
Miles de personas se concentran en Barcelona para pedir la libertad de los presidentes de la ANC y Òmnium
El independentismo interpretó ayer como un aval a su tesis de ruptura con España el encarcelamiento de los dos líderes civiles del secesionismo: el presidente de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), Jordi Sànchez, y el de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart. Miembros del Govern, de Junts pel Sí y de la CUP, además de ambas entidades, sostuvieron que la vía negociadora es cada vez más difícil y algunos de ellos apuntaron a una proclamación formal de la independencia “en pocos días”, según afirmó una diputada de la CUP. El Ayuntamiento de Barcelona suspendió sus actividades durante dos días. Miles de personas se manifestaron anoche en la capital catalana y en otras ciudades para exigir la libertad de Sànchez y Cuixart.
“Nosotros hemos venido aquí a hacer lo que hemos venido a hacer [la independencia], y no cambiaremos por mucho que nos repriman”, afirmó Lluís Corominas, el presidente de Junts pel Sí, la coalición en la que conviven el PDeCAT y ERC en el Parlament. Miles de personas —200.000, sostuvo la Guardia Urbana, dependiente del Ayuntamiento de Barcelona— se concentraron anoche con velas y en silencio en la avenida Diagonal para mostrar su apoyo a los detenidos. La junta de portavoces del Consistorio aprobó suspender dos días la actividad institucional. Barcelona en Comú, Grup Municipal Demòcrata, ERC y la CUP, que suman 28 concejales sobre 41, apoyaron la decisión. El PSC, Ciudadanos y el PP se opusieron.
“Ha llegado el momento, y ya se dan las condiciones para proclamar la república”, aseguró la diputada de la CUP Mireia Boya. Para los anticapitalistas, la declaración de independencia “ya no es solo un deseo, sino que es una necesidad básica” para mantener en Cataluña el autogobierno. Junts pel Sí aceptó que trabaja con los anticapitalistas en un plan para poder hacer una proclamación solemne de secesión en la Cámara catalana. Boya dijo que será “en los próximos días”.
La fecha y la forma en que se realizaría la votación —en la que previsiblemente no participarán las formaciones constitucionalistas— es un misterio. “No podemos ser transparentes porque tenemos la represión del Estado encima”, afirmó la portavoz de Junts pel Sí, Marta Rovira, de ERC. Ya la semana pasada, la CUP opinó que el requerimiento del Gobierno central sobre si se había declarado o no la independencia era motivo suficiente para sacar de la hibernación la proclamación hecha por el president Carles Puigdemont en el Parlament y no dialogar con el Ejecutivo de Mariano Rajoy.
Nuevas movilizaciones
El independentismo ve en el encarcelamiento de los dos líderes de las entidades promotoras de las multitudinarias Diadas una línea roja que no se debía cruzar y un empujón al proceso, alicaído tras la declaración frustrada de independencia. La nueva cara visible de la ANC, Agustí Alcoberro, pidió a Puigdemont en una entrevista en Nació Digital la proclamación “de una vez por todas” de la independencia. El dirigente avisó horas después de que, pese al encarcelamiento, no desistirán en su objetivo: “Aunque decapiten la presidencia y encarcelen a nuestros líderes, habrá relevos y más relevos. Somos entidades con decenas de miles de socios”.
Ante los manifestantes en Barcelona, insistió: “En el auto por el que han ido a la prisión, la juez alega que si [Sánchez y Cuixart] estuviesen en la calle, reincidirían en sus delitos. Y no hay más que ver esta multitud para saber que quien reincidiremos somos nosotros. Son presos políticos y rehenes del Reino de España”.
La ANC y Òmnium reaccionaron con rapidez y presentaron su nueva organización interna ante unos encarcelamientos que prevén que duren meses. Las dos entidades, que seguirán presididas por los dos encarcelados, intensificarán las movilizaciones —preparan una manifestación para el sábado—. Su aspiración también es no fiarlo todo a la calle.
El Govern asegura estar indignado y su portavoz, Jordi Turull, calificó a los dos líderes independentistas de “presos políticos”. Sin embargo, el encarcelamiento no altera de entrada los planes de Puigdemont de cara al segundo plazo para responder el requerimiento de La Moncloa, que vence mañana. Tras la reunión semanal del Govern, Turull avisó que la Generalitat “no se moverá”. Más duro se mostró el consejero de Asuntos Exteriores, Raül Romeva, que describió así la encrucijada: “Diálogo o represión”.
Turull atribuyó el encarcelamiento de los responsables de las movilizaciones separatistas a “un tribunal incompetente y un delito inexistente”. La carta enviada por Puigdemont en respuesta al requerimiento de Rajoy pedía, además de una reunión personal, “revertir la represión contra el pueblo y el Gobierno de Cataluña” y mencionaba expresamente a Sànchez y Cuixart. Turull argumentó que el envío a prisión de ambos líderes, acusados de sedición, desoye esa condición. “Ya obviaron una [petición]; a ver qué pasa el jueves con la otra”, dijo.
Aunque La Moncloa ha sido muy clara y no piensa sentarse a negociar, el consejero defendió la necesidad de agotar el plazo de dos meses propuesto por el president para demostrar que su oferta “es sincera”. Con todo, el Govern insistió en que continuará con la vía independentista. “A partir del jueves también nos moveremos en la línea de los compromisos que tenemos, derivados del resultado del referéndum”, defendió su portavoz.
La falta de debate parlamentario ha impedido que Puigdemont escuche a los diferentes partidos. Por ello, el líder del PSC, Miquel Iceta, pidió por carta al president que se reúna con los presidentes de los grupos parlamentarios antes de mañana a las 10.00.
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