Concentraciones en decenas de ciudades para seguir el pleno en el Parlament

La intervención de Carles Puigdemont en el Parlament se siguió con atención no solo en las calles de Barcelona, sino también en plazas de decenas de municipios de toda Cataluña. En ciudades como Girona o Reus (Tarragona), tradicional vivero de votos del nacionalismo y, en los últimos años, del independentismo, se instalaron pantallas gigantes para que los vecinos escucharan en directo el discurso del presidente catalán ante la Cámara. A las 18.00, el reloj se paró en algunas de esas localidades, que llegaron a cerrar sus comercios.

Centenares de personas siguieron en silencio —solo roto, en ocasiones, por aplausos al president— la comparecencia de Puigdemont a través de una pantalla gigante instalada en la Plaça del Vi, de Girona. La policía local cifró el número de asistentes en 5.000. Habían sido convocados por la plataforma Girona Vota, que reúne a ocho entidades y a los partidos independentistas de la ciudad, para congregarse a partir de las seis y seguir en directo la comparecencia frente al Ayuntamiento.

La plaza rompió en aplausos cuando Puigdemont se sintió legitimado por los resultados de la consulta ilegal para convertir a Cataluña “en un Estado en forma de república”. Ese ánimo quedó pronto diluido cuando mencionó la suspensión de los efectos de la declaración de independencia durante varias semanas para emprender el diálogo.

La plaza de Reus

En Reus (Tarragona) se reservó la plaza de las grandes citas para seguir el pleno del Parlament. La Asamblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural, las dos principales entidades secesionistas, habían llamado a llenar la plaza del Mercadal, allí donde retumban los petardos de la Tronada por la fiesta mayor y la misma que se abarrota por Navidad para contemplar el juego de luces y las proyecciones que decoran la fachada del Ayuntamiento.

También hubo pantallas gigantes para seguir el debate en Vic (Barcelona) y en Ripoll (Girona), dos de las ciudades que más participación registraron en el referéndum del 1 de octubre. En el caso de Vic algunos comercios que cerraron para escuchar el discurso, como la librería La Tralla, que lo anunció a través de las redes sociales con un “Visca la República!”.

En Vic (Barcelona), la pantalla fue instalada por el autodenominado Comité de Defensa del Referéndum (CDR) de la ciudad. Se instaló en la plaza Mayor. En la capital de Osona, además, muchos de sus comercios decidieron que abrirán sus puertas el 12 de Octubre, pese a ser festivo.

La comarca del Bages, en el interior de la comunidad, es otro de feudo secesionista. Su capital, Manresa (Barcelona), también tuvo pantalla gigante. Se instaló en la plaza de Sant Domènech, donde se concentraron desde primera hora de la tarde decenas de personas de todas las edades. Como en la concentración de Barcelona, muchas de ellas aparecieron con banderas esteladas confiando en que Puigdemont proclamaría, con los resultados del 1 de octubre en la mano, el nacimiento de la república catalana.