Valencia-Barcelona: el tren que cada vez era más lento
El deterioro de la conexión entre la segunda y la tercera ciudad de España ha expulsado a gran parte de las personas que lo usaban para ir a trabajar
La conexión ferroviaria Valencia-Barcelona se ha deteriorado progresivamente desde finales de los noventa. El tren más rápido entre la segunda y la tercera ciudad de España cubría entonces el trayecto en dos horas y 45 minutos. Hoy, el más veloz tarda tres horas y nueve minutos. La ralentización se ha producido mientras el AVE se desplegaba por el país. El Gobierno ha anunciado ahora una inversión de más de 2.000 millones para reducir el tiempo a dos horas. Los expertos estiman que ello no se materializará hasta mediados de la próxima década.
El directivo Jorge Pueyo vivió en carne propia el declive del tren. Empezó a usarlo para ir y volver de Valencia a Barcelona dos veces por semana en 1997. “Acababan de poner el Euromed y fue un boom, no tanto por la velocidad como por la infraestructura, parecida a la del AVE Madrid-Sevilla”. En los años siguientes, los vagones se fueron desgastando, el tiempo aumentó y los incidentes se hicieron frecuentes. “Cuando un día, en 2008, tardó tres horas 45 minutos por culpa de un desvío, dije: ‘Se acabó”.
Como Puyol, muchas personas dejaron de considerar operativo el tren. “Si subes por la mañana al AVE Valencia-Madrid, ves que el 90% de los pasajeros va a trabajar. En el Valencia-Barcelona es al revés. Hay estudiantes, familias y turistas, pero no ves gente vestida con traje. Ves gente con maletas grandes, pero no con maletín”.
Muchos pasajeros laborales se han pasado al coche. Una alternativa cara —160 euros ida y vuelta entre combustible y peajes— que no permite trabajar mientras se va al volante. O se ven obligados a alquilar un piso o una habitación en la otra ciudad, cuenta Mireia López, que hizo regularmente el trayecto entre 2007 y 2014 para trabajar como profesora en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona.
La conexión Valencia-Barcelona empezó a funcionar en 1868, pese a haber sido una de las primeras en proyectarse en España, en 1845, explica la historiadora Inmaculada Aguilar. En la década de 1980, el Gobierno inició una fuerte modernización de la línea manteniendo el servicio existente. Las actuaciones se alargaron y el AVE empezó a absorber las inversiones. “Probablemente, si se hace un análisis detallado, se pueda llegar a la conclusión de que el coste de haber hecho una línea de alta velocidad nueva hubiera resultado menor”, afirma el profesor de la Universidad Politécnica de Valencia Ricardo Insa.
El Gobierno ha anunciado ahora dos “grandes hitos”, indica el experto Francisco García Calvo. La mejora (desigual) de los tramos entre Valencia y Tarragona, y el túnel pasante en esta primera ciudad. Pero es improbable, cree García Calvo, que ambas obras, que reducirán el trayecto a dos horas, se acaben antes de 2025.
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