La oposición en Cataluña afronta dividida el pleno de la independencia

A la espera de conocer la fecha para celebrar el pleno del Parlament en el que los partidos independentistas pretenden declarar la independencia de Cataluña, lo que sí se sabe es que los cuatro grupos de la oposición (Ciudadanos, PSC, Catalunya Sí que es Pot y PP) no han logrado consensuar una propuesta alternativa a la de Junts pel Sí y la CUP. Su diversidad ideológica y las propuestas que hacen para afrontar la anunciada secesión dibuja un escenario imposible, más allá de la unanimidad en denunciar la vulneración de sus derechos como diputados.

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El PSC insiste en su propuesta de diálogo, negociación y pacto y reclama que se activen los mecanismos para una reforma de la Constitución que reconozca las “aspiraciones nacionales” de Cataluña y aumente el autogobierno de la comunidad. Ciudadanos aboga por que se active ya el artículo 155 de la Constitución —que faculta al Gobierno a dar instrucciones a las autoridades autonómicas para obligarles a cumplir la ley— con el único fin de convocar elecciones. Desde Catalunya sí que es Pot insisten en intentar pactar con el Estado un referéndum legal y el PP catalán se limita a apoyar al Gobierno en todo lo que acuerde.

Este es el panorama que se dibuja en la bancada de la oposición en el Parlament, que suma 63 diputados frente a los 72 que tienen Junts pel Sí y la CUP. Los partidos de la oposición estuvieron unidos cuando se aprobó la ley del referéndum y la de transitoriedad jurídica a principios de septiembre; incluso tres de los cuatro grupos (todos menos Catalunya Sí que es Pot) se fueron de la Cámara regional cuando se votaron esas normas, pero nada más.

Miquel Iceta, primer secretario del PSC, descartó ayer a EL PAÍS la posibilidad de articular o visualizar un “frente común” contra el secesionismo. “Cada uno tiene sus propuestas y es razonable que así sea”, dijo. En el escenario más que previsible de que se presente una resolución o una declaración para proclamar la independencia, Iceta anunció que los diputados del PSC abandonarán sus escaños a la hora de la votación.

“Es un error, un disparate que no conduce a ningún sitio y que ya no asusta a nadie”, afirmó el líder los socialistas catalanes. “Lo que hay que preguntarse es quién seguirá pagando las pensiones y cobrando impuestos”, añadió. “Los efectos que pueda tener una declaración de independencia catalana se han devaluado mucho”.

Desde Ciudadanos también parece muy claro su posicionamiento. “Creo que todavía hay días y que todavía hay vías para que el Gobierno de España solucione el problema y ponga las urnas de verdad”, dijo la líder de la oposición en Cataluña, Inés Arrimadas, tras reunir a la dirección del partido en Barcelona.

Como la competencia para convocar elecciones autonómicas corresponde exclusivamente al presidente de la Generalitat y este no tiene intención de hacerlo, Arrimadas reclamó la intervención del Gobierno para que fuerce la convocatoria de comicios en Cataluña y superar así “los años del nacionalismo, de la inactividad, del bloqueo y de la confrontación”. La propuesta de aplicar el artículo 155 de la Constitución con esa finalidad fue trasladada al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, por el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, durante la entrevista que mantuvieron ambos ayer.

La necesidad de convocar elecciones es una constante en el discurso de Arrimadas desde hace meses, al punto de llegar a realizar algún que otro brindis al sol. Así, hace menos de cuatro semanas, la líder de Ciudadanos anunció que iba a impulsar una moción de censura, pese a que la oposición solo suma 63 diputados. Al margen de que entre esos cuatro partidos existen planteamientos políticos muy dispares, para que prosperase una medida así habría sido necesario además el apoyo de unos cuantos diputados tránsfugas de Junts pel Sí, algo que en el desenlace del proceso independentista se antojaba muy difícil.

Convocar elecciones

Arrimadas dijo que solo pretendía, si ganaba la moción de censura, convocar inmediatamente elecciones, pero desde el primer momento se aventuró que la medida tenía pocos visos de prosperar y nunca más se supo de la propuesta.

Mientras, el PP de Cataluña mantuvo ayer perfil bajo a la espera de la reacción del Gobierno y de conocer los detalles del pleno de esta semana. Su estrategia será la de pedir un frente común de toda la oposición para poner las máximas dificultades posibles a cualquier cambio en el orden del día que facilite la votación de una eventual declaración de independencia.

El objetivo ahora de la formación de Mariano Rajoy en Cataluña es evitar el desgaste por la gestión del dispositivo policial para abortar el referéndum. El presidente del PP catalán, Xavier García Albiol, insistió en la idea de que la policía no es “responsable directa” de los heridos durante la actuación llevada a cabo para evitar las votaciones.