Miles de personas se concentran frente al juzgado en apoyo de los detenidos
La ANC y Òmnium amenazan con cronificar la concentración hasta que liberen a todos los arrestados
Las entidades independentistas Òmnium y la Asamblea Nacional Catalana (ANC) concentraron ayer a miles de personas —20.000 en el momento más multitudinario según la Guardia Urbana— frente a la sede del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC). Allí, reclamaron la libertad de los detenidos en la operación contra el referéndum independentista. Los convocados amagaron con mantener la protesta hasta que todos los arrestados queden libres.
Cientos de manifestantes, sobre todo universitarios y jubilados ocuparon a media mañana las primeras filas de la concentración. Decenas de mossos se desplegaron ante la puerta del TSJC para garantizar el orden público. Agentes que actuaron como convidados de piedra ya que la concentración de ayer, a diferencia de la de la madrugada anterior frente al Departamento de Economía, fue, en todo momento, pacífica.
La ANC desplegó su servicio propio de seguridad —compuesto por voluntarios — en un intento de evitar las escenas de tensión y los destrozos provocados la madrugada del jueves frente a la Consejería de Economía. Los voluntarios se vistieron con chalecos verdes con los que se autootorgaban la autoridad para dirigir la colocación de andamios, perimetrar y dar permisos, o no, a reporteros y fotógrafos para colocarse “aquí o allá”.
Los asistentes se animaron a base de cánticos. “Votaremos”, gritaban a la fachada del TSJC. Otros silabeaban el clásico “independencia” mientras lucían esteladas. Los manifestantes, muchos de edad avanzada, heredaron proclamas antisistema: “Fuera las fuerzas de ocupación”. Pocos cánticos contra el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy y ninguna proclama antimonárquica, ni contra los tribunales. Sí que entonaron ripios apuntando a los medios. En especial coreaban: “Prensa española, manipuladora”.
Sobre el escenario, los voluntarios del chaleco verde, confeccionaron la palabra “democracia”. “Escriban que la Guardia Civil detiene a personas como hacía Franco”, exigía un anciano de Berga (Barcelona) a los medios de comunicación.
Pronto aparecieron los primeros políticos. El vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras; la presidenta del Parlament, Carme Forcadell; la consejera de Gobernación y Relaciones Institucionales, Meritxell Borràs; el exalcalde de Barcelona Xavier Trias o el primer teniente de alcalde de la capital catalana, Gerardo Pisarello fueron algunos que se acercaron a la concentración.
Los altavoces emitían el Break On Through de The Doors cuando apareció el presidente de la ANC, Jordi Sànchez. Muy afónico, se apoderó del micrófono y proclamó: “Estaremos aquí, ante el TSJC, hasta que todos salgan en libertad. No son delincuentes”. Sánchez aseguró que con las detenciones del miércoles “se cruzaron todas las líneas, ya nada será igual, no daremos ni un paso atrás. El 1 de octubre será el día de la gran movilización. Votaremos y ganaremos. Esta será la única apuesta que Rajoy no podrá impedir”.
Jordi Cuixart, presidente de Òmnium Cultural, añadió: “Hoy, ayer y los días que haga falta el pueblo de Cataluña está parando un golpe de Estado. No queremos saber nada más de él. No tenemos miedo”.
La presidenta del Parlament, Carme Forcadell, animó: “Votar sí, votar no, pero votar con dignidad, por Cataluña, por el futuro y por la democracia”.
Durante todo el día animaron a las masas políticas del PDeCAT, ERC, BComú o Podem. Pese a la amenaza de cronificar la marcha los asistentes no llevaban tiendas de campañas ni provisiones más allá de algún bocadillo.
Por otro lado, los funcionarios del Departamento de Trabajo y Asuntos Sociales recibieron la mañana de ayer un correo electrónico dándoles permiso para asistir a la manifestación. El líder del PP, Xavier García Albiol, denunció el ofrecimiento en Twitter pero horas más tarde una portavoz de la Asuntos Sociales negó que la consejera concediera la autorización. Desde la consejería aseguraron que el correo lo envió una trabajadora a la que se abrió un expediente.
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