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El sótano del descuartizador de Majadahonda olía a “carne fresca”, según un policía

Los agentes han declarado que en el registro se hallaron muestras de sangre tapadas con pintura

El acusado, Bruno Hernández Vega, junto con su abogado durante la primera jornada del juicio.
El acusado, Bruno Hernández Vega, junto con su abogado durante la primera jornada del juicio.Fernando Alvarado (EFE)

El sótano del presunto descuartizador de Majadahonda desprendía un “característico olor a carne y sangre fresca” en el momento en el que fue inspeccionado por la policía, según ha declarado este jueves el jefe del servicio del laboratorio de la Guardia Civil de Tres Cantos durante la cuarta sesión del juicio. El agente ha afirmado que el olor se encontraba en las escaleras y en las paredes del sótano. Según ha descrito, el lugar estaba recién pintado y encontraron un cubo de pintura aún fresca. Los agentes han asegurado que en el techo había machas rojizas, "típicas de una salpicadura" tapadas de pintura blanca. "Raspamos la pared y con un hisopo cogimos muestras de la mancha", han descrito.

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Los testigos han destacado que, además del olor a sangre, fetidez que les recordaba a otras escenas policiales, se distinguía uno de “putrefacción” en el momento del registro en el piso de Majadahonda (calle Sacedilla), donde observaron “manchas de sangre” en el suelo. Otro de los agentes ha destacado que, tras examinar el interior del sótano con luz ultravioleta, se hallaron “muestras de haber arrastrado algo en sangre”.

La policía judicial ha informado de que en el interior de la vivienda se encontraron diferentes productos de limpieza, cuchillas de picadora, un fragmento metálico de un puente dental, armas blancas como machetes y documentación que pertenecía a la inquilina desaparecida. "En el comedor encontramos una maleta azul y, junto a ella, localizamos una mancha de sangre. También encontramos ropa femenina con la placa de Adriana -una de las supuestas víctimas- de la hamburguesería".

Además, en la casa donde el acusado Bruno H.V. residía ocasionalmente junto a su padre en Móstoles, los agentes encontraron dos pistolas, un rifle, un silenciador, munición, un chaleco antibalas, un pasaporte, un permiso de conducir y joyas de la mujer presuntamente asesinada. Debido a que ambos cadáveres, el de la tía del acusado y el de la inquilina, no se han encontrado (se cree que fueron triturados en una picadora industrial que se encontró oculta en el sótano del acusado), la policía ha acudido al vertedero de la localidad de Pinto para iniciar una búsqueda. Los agentes han indicado que debido a la gran extensión del basurero “es muy difícil encontrar restos humanos”.

El presunto asesino ha negado ser autor de ambos crímenes por los que se le acusa, el de su familiar, cometido en 2010, y el de la inquilina en 2015. Además, se le imputan un delito de falsedad documental, uno de tenencia ilícita de armas y otro de estafa. La Fiscalía pide 30 años de internamiento en un psiquiátrico por una esquizofrenia paranoide que sufre, mientras que la acusación particular le pide 24 años de cárcel. El juicio se reanuda mañana con la declaración de más testigos.

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