El mosaico de Miró reaparece en La Rambla tras la retirada de los memoriales
Un equipo de 30 personas trabaja desde las 22.30 hasta las 6.00 para archivar todos los elementos de los altares
Andreu Donato es un vecino del barrio barcelonés de El Putxet que acude periódicamente a La Rambla. Cuando el pasado 17 de agosto se produjeron los atentados en la emblemática avenida barcelonesa sus visitas fueron cada vez más continuadas. “Soy aficionado a la botánica y ya en las primeras ofrendas vi aquella maceta de allí con un olivo”, señala. “Es el único objeto que todavía tiene vida dentro del memorial”, asegura. Llevaba días yendo hasta el Pla de l’Os y su vista siempre se clavaba en el pequeño árbol que alguien había dejado allí para homenajear a las víctimas. El lunes por la mañana optó por la vía burocrática. Se presentó en la Oficina de Atención al Ciudadano (OAC) de la plaza Sant Miquel. Donato explicó a uno de los trabajadores municipales que su intención era cuidar aquel olivo que alguien había dejado y seguir así honrando a las víctimas. El funcionario escuchó la idea y resolvió el incidente haciéndole rellenar una hoja de petición. Le entregó una copia de color rosa y le dijo: “Esta noche lo retiran todo, vaya con esto y a ver si le hacen caso”.
A las 22.30 de ayer lunes estaba todo preparado junto al Pla de l’Os en La Rambla. Allí acudieron 30 operarios de parques y jardines y de los servicios de limpieza y voluntarios. También el primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, y la concejal de Ciutat Vella, Gala Pin. Todos ataviados con un chaleco amarillo escuchaban las instrucciones que daban los encargados del archivo municipal y del Museo de Historia de Barcelona (MUHBA).
Primero montaron unas decenas cajas de cartón y dividieron las tareas. Acto seguido, entraron ordenadamente en el Pla de l’Os y con extrema precaución fueron recogiendo todos los elementos. En una especie de jaula con ruedas se guardaron todas las velas, los capazos eran para ir recogiendo las flores secas. Estas serán procesadas, se eliminarán los lazos y luego se destinarán a hacer compostaje. En las cajas de cartón guardaron los objetos que la ciudadanía fue depositando en la zona: peluches, banderas, globos, crespones… Al finalizar la noche, las cajas de objetos se fueron directas a los almacenes del Museo de Historia de Barcelona (MUHBA) y las de documentos escritos al archivo municipal.
Pisarello agradecía a los trabajadores la función que realizando: “Este es un trabajo muy importante para toda la ciudadanía y os doy las gracias”. Josep Bracons, jefe del departamento de colecciones y centros patrimoniales del MUHBA, aseguró que era necesario retirar los elementos: “Podían empezar a deteriorarse por las inclemencias del tiempo y podíamos perderlos”. Las velas se entregarán a alguna entidad social que recicle la cera y haga composiciones conmemorativas de los atentados. Los documentos escritos y los elementos se someterán a los criterios archivísticos se documentarán y una comisión será la encargada de resolver qué se conservará.
A la 1.50 el mosaico de Joan Miró ya había reaparecido por completo. A las 6.00 los operarios ya habían recogido todos los memoriales de La Rambla. Quedaba algún objeto en los árboles que hoy retirará personal de archivos municipales. Poco antes de las 23.00, Andreu Donato pudo hablar unos minutos con Bracons. Le explicó que le gustaría tener el olivo que seguía en el medio del mosaico y le enseñó la instancia que había presentado en la OAC. Tras revisarla, Bracons le entregó la maceta: “Tenemos todos sus datos por si le requiere Parques y Jardines”. Donato se fue de La Rambla con un olivo que necesitaba agua de manera inminente. De momento intentará trasplantarlo y darle más vida, “era el único elemento que la tenía de los que había allí dentro”.
Hoy La Rambla sigue pugnando por recuperar la normalidad. Los agentes cívicos serán los encargados de sugerir a todo aquel que quiera depositar sus homenajes que podrá seguir haciéndolo en el cruce de La Rambla con la calle de Pelai. Tres equipos de limpieza se encargarán durante varios días de eliminar la cera incrustada en el suelo de La Rambla con agua caliente a presión.
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