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Arran, el nuevo azote en las calles

El movimiento juvenil vinculado a la CUP protagoniza las últimas protestas que violentan a Colau

Rebeca Carranco
Fotografía de la luna del bus pintada por activistas de Arran.
Fotografía de la luna del bus pintada por activistas de Arran.

Desde la llegada al poder de Ada Colau en Barcelona y el papel de la CUP como socio del gobierno de Junts pel Sí, formaciones que tradicionalmente han liderado las protestas en las calles, la situación es de relativa calma. Ya no queda rastro de las manifestaciones enconadas que provocó el desalojo del centro okupado de Can Vies. Tampoco se han repetido huelgas generales como las de 2012, que acabaron con heridos, centenares de contenedores quemados, establecimientos apedreados y escaparates rotos. Ni siquiera el desalojo del autodenominado Banc Expropiat, el verano pasado en Gràcia, tuvo el apoyo de otras épocas. En los últimos meses, lo único que genera inquietud en la calle son las acciones de Arran, a quienes algunos definen como las juventudes de la formación anticapitalista de la CUP. Ellos lo niegan, y aseguran que son una organización independiente, con unos 500 afiliados repartidos en unas sesenta asambleas en Cataluña, Comunidad Valenciana e Islas Baleares, que pertenece al heterogéneo conglomerado de la Esquerra Independentista catalana, del que también forma parte la CUP.

Arran dio el pistoletazo de salida a su campaña en la calle, bautizada como La Clau, en marzo, con el intento de okupación de la sede del PP en Barcelona. La actuación fue criticada por todos los partidos, menos la CUP que le dio su apoyo explícito con la presencia de la diputada Anna Gabriel y el exdiputado David Fernández.

Después se encadenaron en la Bolsa de Barcelona, siempre bajo el mismo lema y repartieron sus acciones por Lleida, Valencia o Mallorca. A través de su cuenta de Twitter, Arran ha reivindicado cada uno de sus actos, que dividen en los 10 ejes que consideran irrenunciables en una Cataluña independiente, como puede ser el feminismo, el anticapitalismo o las acciones en contra del turismo masivo.

Del Partido Popular a la operación bikini

Arran saltó a los medios por su intento de ocupación de la sede del Partido Popular que llevó a cabo en Barcelona. Antes, en Lleida, ya fueron conocidos por retirar placas con nombres franquistas de las calles. Finalmente, el alcalde, el socialista Àngel Ros, renunció a seguir adelante con el juicio previsto contra ellos. En Andorra, serraron las señales que marcaban la frontera con Cataluña y Francia. También difundieron un cartel en el que mantenían relaciones sexuales el obispo de Solsona y el arzobispo de Valencia. Dos de sus militantes en Mallorca fueron detenidos por negarse a atender la citación de la Audiencia Nacional por la quema de fotos del Rey.

Una de sus últimas acciones en Barcelona fue contra la operación bikini. Empapelaron diversos escaparates de centros de estética con un mensaje contra la "represión estética": "L'operació bikini en la passem per la xona".

El ataque contra un bus turístico el pasado jueves, que pararon cuatro personas encapuchadas, y al que pintaron la luna y pincharon las ruedas, ha sido la más criticada hasta ahora por la violencia que entraña. Arran defiende que es un acto de “autodefensa”.

“El debate de la violencia está sesgado. Nosotros plantamos cara a la violencia que vivimos día a día”, defiende un portavoz de la organización, que afirma que la calle es un elemento clave para conseguir la república independiente, feminista y anticapitalista que buscan. “La calle debe estar articulada y dispuesta a defender sus objetivos”, insiste, y tacha de “gran fracaso” que se vea la institución como “el único espacio de batalla posible”.

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La campaña del colectivo sigue activa, con nuevas acciones previstas, que por ahora no desvelan. Y están dispuestos a hacer frente a las consecuencias que puedan derivarse. “Es obvio que si ponemos contra la espada y la pared al sistema, responderán con represión, ya sea judicial, económica o en clave política o mediática”, explica. Y añade: "Si hay un repunte de la represión por parte del Estado español, no tendremos ningún problema de actuar en consonancia”.

Hasta ahora los Mossos d’Esquadra han vivido con cierta tranquilidad esta última etapa, con manifestaciones con escasa violencia comparadas con las vividas durante el mandato de Felip Puig como consejero del Interior, después de que eclosionase en las calles el movimiento de 15 de mayo de 2011, espoleado por las consecuencias de la crisis económica. Fuentes policiales señalan en general a las personas más jóvenes de las organizaciones anticapitalistas y libertarias como quienes protagonizaron parte de los actos vandálicos en la ciudad. “Ser joven y no ser revolucionario es una contradicción”, concede el portavoz de Arran, parafraseando a Salvador Allende, que pide explícitamente no ser citado por su nombre. Y repite, antes de acabar, que su grupo no está en contra de los turistas: “La gran mayoría son clase trabajadora, como nosotros. Estamos en contra de un sistema económico, que nos convierte en esclavos”.

Sobre la firma

Rebeca Carranco
Reportera especializada en temas de seguridad y sucesos. Ha trabajado en las redacciones de Madrid, Málaga y Girona, y actualmente desempeña su trabajo en Barcelona. Como colaboradora, ha contado con secciones en la SER, TV3 y en Catalunya Ràdio. Ha sido premiada por la Asociación de Dones Periodistes por su tratamiento de la violencia machista.

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