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Carmena logra reducir un 36% la edificabilidad de Castellana Norte

La estación Chamartín se ubicará en el corazón de la futura 'city' financiera de Madrid

Vista general de la zona de Chamartín desde las Cuatro Torres.
Vista general de la zona de Chamartín desde las Cuatro Torres.Victor Sainz

El Ayuntamiento de Madrid, dirigido por Manuela Carmena, está a punto de cerrar un acuerdo con los operadores de la Operación Chamartín, el desarrollo de la zona norte de la Castellana. Según el borrador, la homónima estación se convertiría en el corazón de un nuevo barrio de servicios, mientras que la edificabilidad global, de acuerdo con las exigencias municipales, caería un 36% con respecto al plan de Ana Botella (PP). Para compensar a los operadores privados de la reducción de sus plusvalías, el Consistorio asumirá el coste de las infraestructuras viarias previstas. Solo falta la firma del Ayuntamiento.

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Los actores involucrados en la Operación Chamartín (Fomento, Comunidad, Consistorio y Distrito Castellana Norte, sociedad formada por el BBVA y la constructora San José) tienen sobre la mesa un borrador de acuerdo, al que ha tenido acceso EL PAÍS, que podría firmarse en los próximos días. El nuevo proyecto reduciría en un 36% la edificabilidad global con respecto al diseño avalado por la exalcaldesa Ana Botella (PP). El uso residencial global también disminuiría, hasta un 36% (muy por debajo de la última oferta de DCN, que proponía un 20%), gracias a que se excluyen los terrenos de vías ferroviarias, que no se transforman.

El área afectada llegaría así a los 2 millones de metros cuadrados —el anterior era de 3,2— y se distribuiría en cuatro ámbitos con desarrollos distintos y equilibrados a cada necesidad. La densidad de las viviendas y del uso terciario se moldearía según cada barrio: más residencial al norte de la M-30 y menos al sur. Los cuatro ámbitos (Fuencarral-Tres Olivos; Fuencarral Malmea; Las Tablas y el distrito de Negocios) tendrían coeficientes de edificabilidad independientes.

Un proyecto de futuro en la capital

Estación y comercios. Chamartín se convierte en el corazón del proyecto, pasando de ser un lugar de paso a un lugar de encuentro. Tendrá dos vestíbulos (norte y sur) que contarán con áreas comerciales y accesos para usuarios.

Zona verde. La prolongación de la Castellana generará un eje verde que pretende unir El Prado con El Pardo. Se dará la prioridad al peatón.

Edificabilidad. La superficie total se reduce un 36%, pasando de los 3,1 millones de metros cuadrados del anterior plan apoyado por Ana Botella (PP) a los 2 millones actuales.

Viviendas. También las viviendas caerán un 39%, hasta las 10.860. En el anterior proyecto, el uso residencial alcanzaba las 17.740 viviendas.

Cuatro ámbitos. La actuación se desarrollará en cuatro ámbitos independientes: Fuencarral-Tres Olivos; Fuencarral Malmea; Las Tablas y el Distrito de Negocios. Se asigna un coeficiente de edificabilidad propio a cada uno de los cuatro ámbitos previstos.

En cuanto a la iniciativa del proyecto, el Consistorio quiere dar un giro copernicano a toda la operación, tal y como adelantó EL PAÍS. La gestión del plan pasaría de manos privadas a públicas, permitiendo al Ayuntamiento decidir los tiempos y las prioridades en cada actuación.

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Este punto fue defendido por el gobierno local, cuyos técnicos se encargarían de la reforma a través de una modificación del Plan General y ordenaciones concretas. Así, el Ayuntamiento —si el concejal de Desarrollo Urbano Sostenible, José Manuel Calvo, rubrica el acuerdo— se erigiría en impulsor del desarrollo de la Castellana. Calvo, afiliado a Podemos, es un edil muy remiso al proyecto, lo que genera fricciones en el Consistorio. Portavoces de la concejalía han preferido este lunes no hacer comentarios sobre la operación.

Nueva estación de trenes

De cerrarse el acuerdo, la estación de Chamartín se convertiría en el centro neurálgico de la zona. Su remodelación transformaría la terminal, que tendrá dos vestíbulos (norte y sur) y zonas comerciales, en uno de los nudos ferroaeroportuarios más importante de España. A 15 minutos del aeropuerto Madrid-Barajas, la nueva estación se ubicará en el corazón de un nuevo barrio de servicios. Una city financiera madrileña que mejoraría la imagen de la capital y atraería a grandes empresas, tal y como afirmó el coordinador de alcaldía, Luis Cueto, en una entrevista a este diario.

El nuevo distrito empresarial dispondrá de una superficie de 740.000 metros cuadrados, de los que un 80% será para uso público (dividido en 30% de zonas verdes; un 50% para equipamientos, y un 20% de suelo residencial y de ocio).

Eso tendría, además, efectos en el empleo. Las estimaciones hablan de unos 200.000 nuevos puestos de trabajo para la fase de construcción de toda la Operación Chamartín. Las infraestructuras, como por ejemplo el nudo norte, estarían a cargo del Ayuntamiento, mientras que otras obras, como las estaciones de metro, se financiarían a través de la inversión público-privada.

El boceto de acuerdo refleja, además, cambios significativos en cuanto a movilidad. El gobierno de Carmena bloqueó el proyecto avalado por Botella, entre otras cosas, porque el tráfico rodado era un protagonista indiscutible. Ahora, la sostenibilidad entraría en la Operación Chamartín. El peatón y la bicicleta serían los principales beneficiados. "La Castellana se prolonga con la idea de ser un eje verde que una El Prado con El Pardo", explican fuentes de la operación, que destacan la importancia de crear zonas para la "estancia" y el "ocio".

Todavía falta el visto bueno del Ayuntamiento a un proyecto que contaría con miles de millones de inversión pública y privada. Si Carmena oficializa el nuevo diseño, el desarrollo del norte de Madrid, bloqueado durante 20 años, podría comenzar ya este año.

Transporte público a 100 metros de cada edificio de la futura 'city'

En el nuevo distrito de Negocios que se levantará al sur de la M-30, cada edificio tendrá a 100 metros una opción de transporte público. El enfoque es hacer de esa zona, que pretende convertirse en la city de Madrid, en un punto de máxima accesibilidad y con el menor impacto de movilidad.

Esa zona tendrá un diseño único y compacto, aunque todavía no está claro cuántos rascacielos se podrán construir. En el anterior proyecto de la sociedad Distrito Castellana Norte, ese barrio habría lucido el rascacielos más alto de Europa: una torre de 70 plantas. Además, se planteaba levantar otros cinco rascacielos.

La mejora de la zona está pensada para atraer a grandes empresas de todo el mundo. Madrid, según los estudios de sector, padece de oficinas de calidad. Esto implica que muchas firmas ya estén decantándose por abrir sedes en otras ciudades europeas. Las instalaciones seguirían los modelos más modernos de construcción y las conexiones se mejorarían.

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