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Jordi Turull, el tamborilero de Junts pel Sí

El diputado del PDeCAT será el portavoz del 'Govern' tras significarse como el principal valedor de la coalición con ERC

Cristian Segura
Jordi Turull, junto a Artur Mas.
Jordi Turull, junto a Artur Mas.A. Garcia

Jordi Turull (Parets del Vallès, 1966) es de aquellos casos en los que las apariencias engañan: su aspecto recuerda al de un contable de empresa de hilaturas pero por dentro le hierve la patria. Ha sido el primero y el último de los valedores convergentes del pacto con ERC en Junts pel Sí (JxSí). Como presidente del grupo parlamentario de JxSí se ha significado más por la coalición y por el objetivo de la independencia exprés que por los intereses de su partido, el PDeCAT. Tras la baja de Artur Mas, Turull es quien ha mantenido en el Parlament la retórica épica que insufla coraje a la tropa: “Este es el paso político más importante de los últimos 300 años”; “treinta y seis años después, el Tribunal Constitucional y el fiscal son una versión del 'todos al suelo' [en referencia al golpe de estado fallido de Tejero]. Su cita más repetida es de Nelson Mandela: “Todo parece imposible hasta que se hace. Y lo haremos [añade él]”. Turull entra en el gobierno como portavoz y consejero de la Presidencia, en un gesto de coherencia patriótica que puede inmortalizarle en los libros de historia o acabar con su carrera institucional.

La política lo ha sido todo profesionalmente para Turull. Licenciado en Derecho, su trayectoria no ha pasado nunca por el sector privado: con 16 años, en 1983, empezó militando en las Juventudes Nacionalistas de Cataluña (JNC). Cuatro años más tarde, en 1987, ya era concejal de Parets, responsabilidad que ocupó hasta 2003; fue representante de su municipio y de CDC en la Diputación de Barcelona entre 1991 y 1996. Desde 2004 es diputado en el Parlamento de Cataluña. Su perfil es el de un político profesional pero también el del convergente de toda la vida: católico moderadamente practicante, xirucaire –“el excursionismo es una manera de querer a tu país”, comentó en una entrevista en 2009– e hiperactivo luciendo su determinación independentista tras décadas en un partido –CDC– que se había caracterizado por el pragmatismo y el consenso por España. Por herencia de su abuelo es seguidor futbolístico del Espanyol, posiblemente el único rasgo con el que Turull se sale notablemente del guión.

Turull ha evolucionado al margen de la dirección del partido heredero de CDC. El pasado marzo, la dirección del PDeCAT promocionó a Albert Batet y Lluís Guinó como adjuntos de Turull al frente del grupo de JxSí, una medida que fuentes del partido señalaron a Efe y a La Vanguardia que tenía como objetivo garantizar los intereses de la formación ante las decisiones más autónomas de Turull. El nuevo consejero de la Presidencia de la Generalitat fue uno de los principales opositores a flexibilizar el régimen de incompatibilidades para formar parte de la ejecutiva del PDeCAT –no acumular más de dos cargos electos o orgánicos–. Estas medidas, más estrictas que en los socios de ERC, han provocado una atomización del poder en el PDeCAT y que ha cuestionado la influencia de la ejecutiva en cuestiones como la renovación de los consejeros de la Generalitat.

Las convicciones identitarias de Turull le llevaron a ser la principal figura política que en 2016 dio apoyo al pregón alternativo que organizaciones nacionalistas convocaron contra el pregón oficial de las fiestas de la Mercè en el Ayuntamiento de Barcelona. El pregonero de las fiestas fue el escritor Javier Pérez Andújar, duramente criticado por los sectores más reaccionarios del PDeCAT por sus crónicas en EL PAÍS sobre el proceso soberanista.

Turull también se ha caracterizado desde 2014 por ser un motivador del independentismo desde las redes sociales en las que se ha enfrentado, frecuentemente con un tono provocador, con los líderes de los grupos de la oposición pero también con periodistas. Y a raíz de la noticia publicada por EL PAÍS sobre las advertencias de Lluís Llach a los funcionarios catalanes, Turull presionó públicamente al autor de este artículo para que, en vez en de informar sobre aquellas palabras del diputado Llach, lo debería hacer sobre pasajes del pasado del cantautor. Turull será a partir de ahora el consejero que canalizará la comunicación del ejecutivo catalán con los medios de comunicación.

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Sobre la firma

Cristian Segura
Escribe en EL PAÍS desde 2014. Licenciado en Periodismo y diplomado en Filosofía, ha ejercido su profesión desde 1998. Fue corresponsal del diario 'Avui' en Berlín y en Pekín. Desde 2022 cubre la guerra en Ucrania como enviado especial. Es autor de tres libros de no ficción y de dos novelas. En 2011 recibió el premio Josep Pla de narrativa.

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