La música barroca busca espacio en Barcelona

Barcelona cuenta con el Auditori, el Palau de la Música y, por supuesto, el Liceo. Espacios magníficos para la música sinfónica y la ópera pero no tanto si se trata de una formación de música barroca, habitualmente de pocos componentes, que utilizan instrumentos de época y con un repertorio de compositores como Bach, Händel o Vivaldi, con obras con una sonoridad peculiar. Así lo considera Pere Saragossa, director junto con Dani Espasa y promotor de la orquesta barroca Vespres d’Arnadí , que nació en 2005. La orquesta impulsó en 2016 un nuevo festival que lleva su nombre para acercar el repertorio barroco a un público más general en la iglesia de Sant Felip Neri.

Este año el festival gira en torno a uno de los compositores favoritos de la formación, Friedrich Händel, también en Sant Felip Neri. “Se trata de un espacio ideal para la música barroca por la sonoridad y por todo. Tenemos suerte de poder contar con esa ubicación”, reconocía Saragossa que se lamenta de que Barcelona no tenga un espacio para formaciones de música antigua que además de la barroca, abarcaría la del Renacimiento y la de la Edad Media. Un tipo de música que, a excepción del ciclo de Música Antigua del Auditori y el Festival de Bachcelona del Palau de la Música, no tiene demasiada proyección. De hecho, los integrantes de Vespres d’Arnadí reconocen que no logran realizar más allá de 17 conciertos al año y muy concentrados en tres épocas: Navidad, Semana Santa y los festivales de verano. Por contra, la orquesta ha actuado en importantes festivales de música antigua y clásica de Europa como el Festival Händel de Halle, o los de Praga o Madeira. Y también son asiduos del Universo Barroco de Madrid, el de  Peralada y Torroella de Montgrí.

“Barcelona necesitaría un centro de producción de música antigua porque hay suficiente potencial. Un lugar apropiado, por su tamaño y por su sonoridad aunque habría que adecuarlo, sería el Teatro Principal”, añade Saragossa. De momento, se trata solo de una idea. No han contactado directamente con el grupo Balañá, propietario del teatro de La Rambla– que vuelve a estar cerrado desde hace medio año después de la última intentona fallida de explotación-, y creen que para una propuesta de ese tipo deberían contar con el apoyo de las administraciones: Generalitat y Ayuntamiento de Barcelona. La administración catalana les reconoció en 2015 como “orquesta prioritaria”, lo que les supone cierta tranquilidad para organizar el festival de verano de Barcelona porque comporta una subvención bianual. En cambio, con el Ayuntamiento todavía no han tenido la misma suerte.

De momento, la acústica de Sant Felip Neri ya les va bien y reconocen que la iglesia supone “un plus para el festival”, afirma el coodirector de la orquesta Dani Espasa. El Festival Vespres d’Arnadí de este año contará con el tenor internacional Roger Padullés que será protagonista del primer concierto, el próximo jueves. Junto con seis músicos interpretarán varias obras de Händel del periodo del músico en el que paulatinamente se quedó ciego, un proceso que también sufrió Bach. “De hecho, en el concierto la iluminación bajará progresivamente hasta quedar prácticamente a oscuras”, explica Padullés.

El segundo concierto será el seis de julio con la cantata La terra è liberata (Apolo e Dafne) con una formación de músicos un poco mayor, 16, y la soprano Maria Hinojosa y el barítono Josep-Ramón Olivé. Será una experiencia singular ya que estará acompañada de Marina Durany que pintará en directo lo que la música le inspire en ese momento. El último de los conciertos será el 3 de julio y las suites de la Música Acuática serán interpretadas por una formación de 27 músicos.