“Hay un malestar justificado con el turismo, vinculado a la masificación”

Gerardo Pisarello (Tucuman, 1970), portavoz y primer teniente de alcalde del gobierno de Ada Colau, es el alcalde accidental durante el permiso de maternidad de la alcaldesa. Unas semanas que coinciden con el ecuador del mandato y con la puesta en marcha del nuevo partido de los ‘comunes‘.

Pregunta. Estamos a medio mandato y las convulsiones no son pocas, ¿Cómo valora el trabajo de su gobierno?

Respuesta. De forma moderadamente satisfactoria. Hemos cambiado la agenda política de la ciudad, las prioridades. La inversión social ha aumentado un 50%, hemos cuadruplicado la inversión en vivienda, haremos 10 guarderías, triplicaremos el carril bici, trabajamos para hacer del turismo una actividad sostenible y compatible con la ciudad, un operador energético municipal... El gran reto es plantear los temas clave de la próxima década.

P. ¿Cuál será su herencia para la ciudad?

R. Se notará un salto cualitativo en vivienda, una apuesta nunca vista para hacer un parque público de alquiler, guarderías, tendremos buena parte del parque de Glòries, nuevos centros de referencia en tecnología avanzada, un operador energético público... vamos diseñando los primeros pasos de la Barcelona del futuro.

P. Han abierto muchos frentes. ¿Temen no poder responder y generar frustración?

R. La gestión de las expectativas siempre es compleja, sobre todo cuando la ciudadanía espera cambios inmediatos. Creemos que los cambios son palpables, las prioridades presupuestarias han cambiado y hablamos de proyectos concretos: el cierre de la Modelo, el metro a la Zona Franca... No fallar a la gente que ha confiado en nosotros es una de nuestras principales preocupaciones. En un contexto europeo donde el malestar por la brecha social genera respuestas xenófobas, la responsabilidad que tenemos es enorme.

P. ¿En qué se han equivocado?

R. Si cada día tomas 10 decisiones, seis son acertadas y en cuatro te equivocas. Debes ser capaz de hacer autocrítica y revisar decisiones y hablar con más sectores. Pero somos un gobierno en minoría que ha sido capaz de pactar con todo el mundo.

P. Muchos no ven esta voluntad de pacto, sino todo lo contrario. Los hoteleros han recorrido el Plan de Hoteles. ¿Lo van a modificar?

R. Las quejas del sector hotelero no son una enmienda a la totalidad a la estrategia turística, sino aspectos concretos. Siempre hemos estado abiertos a discutir y escuchar los argumentos. Y si son contundentes, considerarlos.

P. ¿Les preocupan las muestras de rechazo al turismo?

R. A los barceloneses nos gusta viajar, hacer turismo y recibir gente en la ciudad. Lo que no podemos negar es que hay un malestar justificado, seguramente desenfocado, pero vinculado a la masificación turística y no podemos cerrar los ojos. Tenemos que hacer el debate, estamos a tiempo, veníamos de una situación descontrolada y tenemos que regularla para que el turismo se pueda expandir en determinadas áreas de la ciudad. Es fundamental dejar sin razones al malestar en los barrios donde la presión excesiva y se ve como una amenaza a la calidad de vida.

P. Madrid negocia con Airbnb y ustedes son la única ciudad del mundo que les multa. ¿Su estrategia es acertada?

R. Estamos dialogando con Airbnb y vemos que da algunos pasos interesantes, pero son insuficientes. Las plataformas tienen que estar reguladas para garantizar el derecho a la vivienda. Si tenemos que elegir entre no regular, o los intereses de los vecinos, estaremos aquí.

P. La entrada del PSC en el Gobierno parece un matrimonio de conveniencia donde ellos ganan visibilidad y ustedes van un poco más tranquilos. ¿Lo es?

“Las obras del tranvía no dependen solo de lo que haga el Gobierno”

“En los túneles de Glòries teníamos que hacer limpieza y empezar de cero”

R. Nos ha dado visibilidad, hemos aprendido unos de otros y en términos generales hay una visión común en temas centrales. Somos muy complementarios en políticas económicas de innovación y promoción de la ciudad. Era importante lanzar el mensaje y la coalición ha ayudado.

P. ¿Les preocupa la actitud de ERC de decir 'no' a todo?

R. A veces hay una escenificación exagerada, pero el camino de los acuerdos tiene mucho recorrido. Hemos llegado a acuerdos con consejeros de la Generalitat y en el Ayuntamiento con ellos hemos acordado el PEUAT o modificaciones presupuestarias.

P. ¿Se sienten traicionados por la CUP, que no les votó el PEUAT o la funeraria?

R. Ocurre lo mismo. Allí donde la CUP gobierna en Cataluña hemos llegado a acuerdos, hay distintas culturas políticas.

P. En conflicto de Glòries, si las constructoras les demandan por la rescisión del contrato, el retraso puede ser mayor. ¿Su remedio empeorará la situación?

R. Hemos hecho lo que teníamos que hacer: teníamos retraso y sobrecoste y si no actuábamos podíamos tener un Sagrera 2. Teníamos que hacer limpieza y comenzar de cero y es importante cambiar el modelo de contratación, porque los grandes casos de corrupción en Cataluña están relacionados con la contratación de obra pública. Tenemos que aprovechar para avanzar hacia un modelo más transparente que rompa privilegios y de oportunidades a las empresas más pequeñas.

P. ¿Realmente podrán excluir de la licitación a empresas vinculadas a casos de corrupción?

R. Hay que ir paso a paso. Los técnicos están trabajando.

P. ¿Veremos las obras del tranvía de la Diagonal antes de acabar el mandato?

R. El debate es cada vez más técnico y menos ideológico y estamos convencidos de que es una obra necesaria para conectar las ciudades metropolitanas. Ahora se trata de desarrollar todos los estudios y espacios de diálogo con la oposición. No depende solo de lo que haga el gobierno.

P. ¿Pero se comenzarán las obras o no?

R. Nuestra voluntad es llevar el proyecto hacia adelante pero no depende solo de lo que hagamos nosotros.

P. Llevan 70 reuniones para el convenio del metro y entramos al tercer lunes de huelga. ¿Que esté enconado tiene que ver con los interlocutores?

R. Es un convenio complicado pero la propuesta no recorta, mejora las condiciones, incluye medidas de transparencia. Es complejo y tenemos que ser pacientes. Las negociaciones sindicales siempre tienen complejidad, pero hemos llegado a un acuerdo en el autobus. Es también posible en el metro.