Un patio particular
La Encarna Bistró Andaluz quiere concentrar los sabores del sur en sus cuidadas raciones y selección de vinos
Encajado entre dos edificios, en una pequeña calle cerca de República Argentina, aparece un soleado patio salpicado de plantas y con una decena de mesas. Tras él, una curiosa casita baja. “Era una antigua cochera, donde aparcaban los vecinos”, cuenta Alexis Navarro, fundador junto a José Hernández de La Encarna Bistró Andaluz (calle de Recaredo, 2; 25 euros por persona). Sin alterar la estructura exterior, han remodelado el interior generando un agradable y original espacio, decorado como un bistró francés, en el que se puede comer en una barra alta, en una mesa baja o directamente en el patio. “Porque esto no es una terraza, es un patio”, apunta Navarro, apelando a sus esencias sevillanas.
La Encarna, que inauguró el pasado 15 de marzo, quiere concentrar los sabores del sur en forma de cuidadas raciones, una selección de vinos con carácter andaluz –“De aperitivo, un fino”- y generar un ambiente muy relajado. Como todos sus platos se pueden pedir enteros o medios, por la mesa pueden desfilar diversas propuestas que van desde una cuidada ensaladilla rusa con gambón; albóndigas de choco (sepia) con alcachofa al Pedro Ximénez o unas aromáticas y suaves carrilleras ibéricas. Además, poseen un apartado dedicado a la fritura que incluye verduras en tempura, puntillitas o boquerones. “La fritura aquí hay que probarla”, anima Agustina Galeano, chef, de origen argentino, del establecimiento.
En tres ideas
Lo mejor... Comer al sol o cenar al fresco en el patio.
Lo peor... Que el patio no sea más grande por lo que se corre el riesgo de que cuando lo descubra el público se llene.
Ideal para llevar a... Casi cualquiera. Desde un grupo de amigos con los que se pueda compartir platos a una cita romántica.
A su carta quieren añadir un brunch en el patio para los fines de semana, espectáculos de flamenco y catas de vinos, incluida una Sherry Night, velada dedicada al Jerez. “Es un vino que triunfa mucho fuera y que aquí no se conoce tanto”, dice Navarro. Como acaba de abrir, La Encarna tampoco se conoce mucho. Pero el boca a boca ha hecho que en el barrio ya lo conozca todo el mundo: “Tenemos ya clientela y algunos han venido cinco o seis veces”, dicen los propietarios. Con las ganas de terraceo que provoca la primavera, este patio tiene visos de convertirse en un lugar muy demandado.
Lo mejor... Comer al sol o cenar al fresco en el patio.
Lo peor... Que el patio no sea más grande por lo que se corre el riesgo de que cuando lo descubra el público se llene.
Ideal para llevar a... Casi cualquiera. Desde un grupo de amigos con los que se pueda compartir platos a una cita romántica.
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