_
_
_
_

Un naufragio mortal a tres millas de puerto

Los pescadores de Barcelona no se explican cómo una maniobra de un mercante ruso frente al muelle acabó el lunes con ‘El Fairell’ y la vida de dos de sus tripulantes

Alfonso L. Congostrina
Amigos de los marineros desaparecidos de El Fairell en la Cofradía de Pescadores de Barcelona.
Amigos de los marineros desaparecidos de El Fairell en la Cofradía de Pescadores de Barcelona. CARLES RIBAS

Xavi Huguet subió el pasado lunes a bordo de su pesquero: El Fairell. Lo hizo casi sin pensar. De manera rutinaria, como solo embarcan los pescadores de raza. El patrón no nació en el interior de un barco. Poco le faltó. Pertenece a Els Paus, una saga de históricos pescadores del barrio de la Barceloneta. Su estirpe de obreros del mar cuenta con varios buques en la Cofradía de Pescadores de Barcelona. Xavier se encargaba de El Fairell. Una embarcación de 25 metros dedicada a la pesca de arrastre. La barcaza surcó por primera vez el Mediterráneo en 1999. La última, el pasado lunes.

RODRIGO SILVA / ANTONIO ALONSO

El Fairell naufragó a las 15.21 tras sufrir el abordaje de un pesquero mercante de bandera rusa. Aquella tarde se esfumó muchísimo más que un barco cargado de recuerdos y unos pocos kilos de gambas. La tarde del lunes, Huguet perdió entre las aguas a dos de sus trabajadores: M’Faddal y Checkau. Dos marineros africanos que emigraron a Europa con la esperanza de poder vivir mejor de su oficio: la pesca. El sueño se desvaneció a tres millas del Puerto de Barcelona.

A las seis de la mañana del pasado lunes, Huguet puso en marcha El Fairell. Otro marinero, de los de toda la vida, Ricardo Segura (50 años) ya hacía rato que había abandonado su piso de la Barceloneta y ayudaba al patrón. Junto a ellos se embarcaban M’Faddal Segines y Checkau Mané.

Segines era un marroquí de 34 años que ya había trabajado en su país como marinero. Era fiel a Huguet y a El Fairell. Llevaba más de ocho años en el mismo barco, algo que en la cofradía no es habitual. “Aquí los trabajadores van de un barco a otro, ya sea por desavenencias, sueldos que no suelen superar los 900 euros y otras tiranteces”, asegura uno de los pescadores.

Fianza de 50.000 euros para el primer oficial

Un juez de Barcelona ordenó ayer el ingreso en prisión —eludible con el pago de una fianza— del primer oficial del mercante ruso Mid Volga 2, que el lunes por la tarde embistió al pesquero El Fairell en el puerto de Barcelona. El magistrado ve indicios de que el oficial —que estaba al mando de la embarcación en el momento del accidente— pudo cometer dos delitos de imprudencia grave con resultado de muerte. El hombre dispone de cinco días para abonar los 50.000 euros de fianza. Mientras tanto, el juez le ha privado del pasaporte y le ha prohibido salir de España. El primer oficial declaró como investigado junto al capitán del buque, que quedó en libertad provisional. La abogada de los dos imputados, de nacionalidad rusa, está intentando reunir ahora el dinero. Según fuentes judiciales, los informes de la Guardia Civil apuntan a la responsabilidad del mercante ruso. La investigación no descarta que el pesquero también tenga parte de responsabilidad, y los supervivientes tendrán que declarar con toda probabilidad ante el juez.

La Barcelona turística

El muelle, pegado a la Barcelona más turística pero a años luz del brillo de esta, es un auténtico submundo al que se accede atravesando una verja y con autorización de la Policía Portuaria. Cada madrugada, M’Faddal despedía, en su piso de L’Hospitalet de Llobregat, a su mujer y sus dos hijas. El lunes lo hizo por última vez.

Checkau Mané nació en Senegal hace 37 años. Llevaba muchos años trabajando en la cofradía, donde se había dejado tentar por patrones y embarcaciones. Llevaba varios meses en El Fairell. Cada mañana, mucho antes de que el sol comenzara a calentar, Checkau abandonaba su habitación compartida en La Llagosta, en la periferia de Barcelona. A las seis de la madrugada, los cuatro pescadores ya navegaban y lanzaban una y otra vez redes buscando todo aquello, siempre poco, que poder vender en la subasta de la tarde.

Los cuatro marineros pasaron el día en alta mar. Tras el mediodía, Huguet puso a El Fairell rumbo al muelle. “Llegaban de sobra a la subasta de las 17.00”, informan fuentes de la cofradía.

Mientras el pesquero trabajaba en los caladeros, el Mid Volga 2, un buque de origen ruso dedicado al transporte de químicos, descargaba en el Muelle de la Energía del Puerto de Barcelona un cargamento de melaza, un derivado de la caña de azúcar.

A las 14.30 el mastodonte de 140 metros de eslora zarpaba vacío hacia Alejandría (Egipto). El viaje del barco ruso apenas duró tres millas náuticas.

Huguet dirigía desde el puente de mando el pesquero. Según el trayecto registrado en radares y satélites, las dos embarcaciones avanzaban correctamente, una por su carril de salida del puerto y la otra por el de entrada. A las 15.20, las dos embarcaciones se cruzaron avanzando cada una en una dirección. El patrón de El Fairell dirigía su barca desde el puente. En cubierta, Ricardo, Checkau y M'Faddal seleccionaban las capturas y preparaban las cajas para la subasta. Un minuto más tarde todo se acabó.

El Mid Volga 2 todavía no había sobrepasado el pesquero cuando el oficial que llevaba el timón giró a la izquierda sin que nadie sepa muy bien por qué. Eran las 15.21, el Mid Volga 2 abordó a El Fairell. El pesquero volcó y los cuatro tripulantes cayeron del barco. El mercante dio la voz de alarma. Huguet y Segura fueron rescatados. M’Faddal y Chekau se hundieron con el pesquero.

Helicópteros, barcos de Salvamento Marítimo, la Cruz Roja, los Bomberos, la Guardia Civil y barcas de la cofradía se lanzaron al mar en busca de los dos desaparecidos. De nada sirvió. El mar se los engulló junto a El Fairell. En la cofradía pronto perdieron la esperanza.

La Guardia Civil inmovilizó el mercante en el Dique Sur del Muelle del Prat y tomó declaración a sus tripulantes. El martes, un barco de la Generalitat detectó los restos de El Fairell a 160 metros de profundidad. Salvamento Marítimo trasladó desde Cartagena la nave Clara Campoamor. Un camión trajo de A Coruña un robot submarino, el Rov Comanche.

El aparato localizó el cadáver de M’Faddal la tarde del jueves. La madrugada de ayer encontraron el cuerpo de Checkau. Ambos estaban fuera de El Fairell en un radio de 100 metros. Juan Ortiz, el capitán del Clara Campoamor, aseguró ayer que el pesquero sufrió “un golpe terrible que lo destrozó”. Huguet y Segura declararon el martes ante la Guardia Civil. El juez apunta ahora al oficial que dirigía el Mid Volga 2 como presunto responsable de la muerte de los dos tripulantes del pesquero. El Fairell es historia. La saga de Els Pausno se rendirá. 

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_