“Nadie en Barcelona puede ganar menos de mil euros por su trabajo”

El gobierno de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, retoma una idea que dejó avanzada su antecesor, Xavier Trias, pero que había dejado casi dos años congelada: impulsar un salario mínimo de ciudad. Un sueldo de referencia que el portavoz del actual gobierno, Gerardo Pisarello, ha situado este viernes por encima de los mil euros. "No nos podemos permitir que nadie en Barcelona gane menos de mil euros por su trabajo, no es bueno ni para el mundo laboral ni para la economía en general", ha dicho.

Con todo, en última instancia, dependería de que los empresarios estuvieran dispuestos a pagarlo. Y en ningún caso la administración podría obligar a pagarlo. El Ayuntamiento sí podría introducir cláusulas en su contratación que "primaran" a las empresas que pagaran este salario a sus empleados. Actualmente, el salario mínimo interprofesional que fija el Gobierno español es de 707 euros. En el caso del Ayuntamiento, que Pisarello defiende que debe ser ejemplar, no hay nadie que cobre menos de 1.400 euros mensuales brutos, según estudió el ejecutivo de Trias.

Por ello Pisarello ha explicado también que creará --en realidad, retomará-- la mesa de trabajo para favorecer el diálogo entre patronales y sindicatos. El portavoz de Colau ha intervenido en la apertura de la jornada que se celebra en el Colegio de Economistas que analiza la viabilidad y repercusiones de fijar un salario mínimo de ciudad y donde se presentarán estudios al respecto, encargados por el Ayuntamiento y el Área Metropolitana. De la mesa de trabajo se encargará el CESB, el Consejo Económico y Social de Barcelona.

El pasado martes, la comisión de Economía aprobó a instancias del Grupo Demòcrata (antes CiU), retomar los trabajos en el punto en el que los dejaron en abril de 2015, cuando el Ayuntamiento acordó con sindicatos y patronales darse seis meses para fijar la cuantía del salario.

Pros y contras

Entre los estudios presentados este viernes figura uno sobre el impacto de implantar un salario mínimo, una medida que han adoptado territorios o ciudades de Canadá, Estados Unidos o Japón. Entre las ventajas, apunta a la mejora de la capacidad adquisitiva de los trabajadores con salarios más bajos y por lo tanto su capacidad de consumo, que repercute en la econmía de la ciudad; o la reducción de la brecha social y que puede reducir la necesidad de algunas ayudas sociales. Entre los riesgos, señala que puede aumentar el abandono escolar, traspasar el aumento de los costes laborales a los precios o aumentar la economía sumergida en el mercado de trabajo afectado.