Informática municipal apagó las cámaras de seguridad mientras inventariaba su almacén

Las cuatro cámaras de seguridad presentes en el almacén del organismo municipal de informática del Ayuntamiento (IAM) fueron apagadas durante los seis meses en los que se realizó el inventario del material custodiado, según un informe confidencial al que ha tenido acceso EL PAÍS. Parte de estos valiosos aparatos no estaban registrados en ningún archivo oficial del IAM. El subdirector fue cesado después de que un particular presentara una denuncia al Ayuntamiento, en la que señaló la utilización de “bolsas” de dinero B (unos dos millones de euros) para adquirir material destinado al almacén.

Desde noviembre de 2015 y abril de 2016, el subdirector del IAM, Francisco López, acompañado por otros cinco empleados, decidió reordenar el material informático custodiado de forma caótica en el almacén del ente municipal. Durante las tareas de reorganización, los empleados descubrieron "por lo menos siete cajas" que contenían antenas y dispositivos electrónicos que "estaban sin inventariar", según revela el informe interno elaborado durante la investigación sobre la existencia de una contabilidad B en el IAM.

Durante la reorganización, el subdirector detectó la existencia de cuatro cámaras de captación de imágenes en el techo. Al solicitar información sobre los aparatos, López descubrió que las cámaras “no habían sido declaradas a la Agencia Española de Protección de Datos”, y ordenó que “se paralizara dicho sistema, por ser ilegal”, reza el informe.

Algunos funcionarios y empleados del IAM manifestaron su oposición. Consideraron poco adecuado que “se desconecten las cámaras sine die” y en plena fase de reorganización del almacén, según revelan fuentes internas del IAM. Pidieron a Fernando Pérez, al mando del organismo desde que Ahora Madrid llegó al gobierno de la ciudad, que reactivara las cámaras, pero la respuesta del gerente fue negativa. Calificó el apagón de estos instrumentos de grabación de “incidencias puntuales”. Este periódico no ha podido ponerse en contacto con el gerente del IAM.

Las cámaras quedaron apagadas así durante meses y se reactivaron solo cuando López averiguó que las imágenes almacenadas eran administradas por el personal de la empresa SICE, y se cumplía la legalidad. Durante la pesquisa, el subdirector y sus asistentes registraron más de 1.000 equipos, como portátiles, móviles, tabletas, servidores, antenas, entre otros. Para reordenar los “cientos de componentes tirados por el suelo del almacén”, López encargó la compra de estanterías y taburetes, recurriendo a cuentas paralelas del IAM.

Se trata de “bolsas” generadas tras la emisión de facturas falsas establecidas para trabajos no realizados. Según el informe del Consistorio, dichas facturas estaban vinculadas a tres contratos de 2016. El importe de dichas adjudicaciones era de más de dos millones de euros.

En noviembre del año pasado, Luis Cueto, mano derecha de la alcaldesa Manuela Carmena, recibió una denuncia sobre la existencia de estas cuentas paralelas en el IAM. Cueto remitió la denuncia a Carmen Román, gerente de la ciudad y responsable última del organismo. Acto seguido, Román comenzó la investigación y ordenó la destitución del subdirector, “de forma preventiva”. Su nombre aparecía en los contratos, explicaron desde el Ayuntamiento.

Sin embargo, Román no actuó igual con el gerente del IAM, quien había sido nombrado por ella misma: Pérez fue designado en julio de 2015; los contratos investigados son de 2016. Al finalizar la inspección, el caso de la contabilidad B en el IAM pasó en las manos de la Fiscalía Provincial.

Mientras, el Consistorio se comprometió a hacer pública las conclusiones del informe de la investigación, que sigue sin publicarse. En la última Comisión de Transparencia el gobierno afirmó que iba a abrir una “auditoría independiente” de las contrataciones realizadas en los cinco últimos años en el IAM, dirigida por la Intervención General, que ya ha empezado su trabajo. Así como la apertura de “expedientes disciplinarios” para averiguar “la responsabilidad de cada actor”.