Aena gastó 4,2 millones en un museo que abre siete horas a la semana
El ente ha cedido el edificio, en desuso, a una fundación que expone piezas históricas
En el Centro Cultural Aeronáutico de El Prat (Barcelona) hay una docena de piezas célebres de la historia de la aviación en España. En 2007, Aena invirtió 4,2 millones de euros en un edificio que, según se dijo entonces, se destinaba “al fomento y difusión” de la cultura vinculada al transporte aéreo. Se inauguró dos años después. Pese a su atractivo, el edificio estuvo durante siete años desocupado. Ahora, solo abre sus puertas siete horas a la semana. Aena lo ha cedido a una fundación integrada por jubilados que atiende al público los sábados y domingos por la mañana.
El edificio se halla próximo a la terminal corporativa del aeropuerto y es propiedad de Aena. Lució tan bonito que los arquitectos que lo diseñaron —Sergi Godia, Berta Barrio y Eloi Juvillà— lograron el primer premio en la Muestra de Arquitectura Catalana de 2014. Pero ha estado en desuso.
“Aquí la mayoría somos jubilados y hacemos cuanto podemos”, explica Jordi Rull, patrono de la Fundació Parc Aeronàutic de Catalunya. Aena tiene cedido el edificio a esta fundación privada, con sedes en Sabadell y El Prat, y los socios se encargan de dar un poco de vida al museo que en su día proyectó Aena. “Esto estuvo vacío mucho tiempo y el año pasado le propusimos a Aena hacer una exposición para conmemorar el centenario del primer vuelo en El Prat”, cuenta Rull.
Lo que tenía que ser una exposición de dos meses se ha ido prorrogando. “Nos costó que nos atendieran, pero ahora Aena nos dice que ya la parece bien que expongamos aquí nuestros aviones”, relatan miembros de la fundación mientras faenan entre motores viejos. Tienen un taller en la parte posterior de la nave. Todo el edificio consta de 3.200 metros cuadrados. El bloque de cemento y cristal es voluminoso pero no resulta fácil dar con él. Ni en la fachada ni en las inmediaciones hay algún cartel que informe de que allí hay un museo. La entrada es gratis pero el horario de apertura es caprichoso. Sábados y domingos de 10 a 13.30.
Los socios de la fundación hacen turnos para atender, con una amabilidad exquisita y un conocimiento prolijo, a quien se acerque a curiosear. El centro acoge, entre otras piezas, una réplica del Blériot XI, el aparato con el que el piloto francés Julien Mamet sobrevoló Barcelona hace 101 años. Fue el primer vuelo a motor que se completó con éxito en España. El Blériot XI posa junto al Monocoque que, en 1916, empleó Salvador Hedilla para realizar el primer vuelo entre El Prat y Mallorca. El aventurero se embolsó por ello 5.000 pesetas y empleó el dinero para regresar a la península en barco.
“El centro cultural es nuestro”, insiste un portavoz de Aena. Si lo explota una fundación privada, agrega, es porque hay una “cesión” del espacio. El operador aeroportuario no aporta datos de cuánta gente ha visitado la instalación. Tampoco entra a valorar si el actual museo cumple con las expectativas generadas en 2007, cuando se aprobó la inversión. La Fundació Parc Aeronàutic de Catalunya calcula que han pasado por el museo unas 5.500 personas.
Espacio multiusos
Domingo Jaumandreu es el presidente de la fundación. Explica que, antes de privatizarse, Aena les concedía una subvención anual, pero que ahora tienen que luchar para recaudar fondos. Más allá de las horas que le echan al museo, la pintura, los recambios y las piezas con que restauran los aviones, corren de su parte. “Solo faltaría que nos hicieran pagar alquiler”, dice.
El Centro Cultural Aeronáutico fue el lugar donde reposaron los restos mortales de las víctimas españolas del vuelo de Germanwings entre Barcelona y Düsseldorf que se estrelló en los Alpes en marzo de 2015. El edificio, vacío e inutilizado entonces, dio cabida a los féretros de las víctimas a medida que estas eran repatriadas.
Aena informa de que el Centro Cultural Aeronáutico puede albergar actos relacionados con el sector aeronáutico o con la vida del aeropuerto. En este sentido, las unidades de la Guardia Civil que se encargan de la seguridad en el recinto aeroportuario celebran anualmente en el museo el vermú colectivo en el día de homenaje a su patrona.
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