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La CUP se tambalea por las cuentas

El sector de Gabriel dice que el partido está “tocado” tras ceder al “chantaje” de JxSí

Anna Gabriel, diputada de la CUP tras su discurso este jueves.
Anna Gabriel, diputada de la CUP tras su discurso este jueves.Albert Garcia

La CUP decidió el sábado dar luz verde a los Presupuestos pero ayer, solo cuatro días después, evidenció de forma clamorosa su profundo desagrado al tener que aprobar las cuentas de Junts pel Sí. Los anticapitalistas permitieron aprobar el proyecto que se elevará al Pleno pero se alinearon con la oposición al apoyar centenares de enmiendas. Junts pel Sí minimizó el gesto porque sostiene que son partidas que no afectan al gasto pero encajó con estupor la decisión de su socio parlamentario. Esa estrategia culminó una jornada en la que el Gobierno abominó la difusión de unos carteles de la CUP convocando una manifestación antirecortes en sanidad en la que una mujer abofetea al consejero de Salud, Toni Comín.

El cartel refleja la contradicción que ha tenido que asumir la CUP al votar unas cuentas que considera que mantiene los recortes en sanidad. No solo eso. Endavant, el sector de Anna Gabriel, difundió un durísimo comunicado en el que sostiene que la CUP ha quedado “tocada” tras haber cedido al “chantaje” de Junts pel Sí al vincular la aprobación de los Presupuestos al referéndum. Pese a asumir la derrota en la asamblea de Vilafranca del Penedès del sábado, Endavant asegura que asociar las dos cosas solo tenía como objetivo “perpetuar el programa económico liberal y los privilegios blindados durante 37 años de autonomía”. Por ello, considera que la CUP, concebida como un instrumento para acelerar la autodeterminación y para denunciar a la “mafia anticapitalista”, ha quedado “tocada”.

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La misma Gabriel afirmó, en una entrevista en Nació Digital, que con el la CUP está asumiendo “una contradicción. No podemos hacer otra cosa que aceptar y encajar las críticas”. El sector de Endavant fue clave hace un año para forzar la marcha de Artur Mas y para vetar las cuentas de junio. Pero esta vez no se ha impuesto (39 votos a favor y 22 en contra, por dos abstenciones), porque fueron las agrupaciones territoriales las que acabaron desnivelando la votación. No todas las facciones de la CUP, que vivía desde julio una suerte de tregua, comparten, sin embargo, el demoledor análisis de Endavant, aunque el grupo parlamentario lo escenificó con centenares de enmiendas a los Presupuestos. Su estrategia estuvo destinada a lanzar un mensaje a sus bases de que han tenido que renunciar forzosamente a una política fiscal más equitativa, como siempre han defendido. Con todo, los anticapitalistas habían decidido mantener enmiendas hasta el día del Pleno. Su posición confirmó los temores de miembros de Junts pel Sí, que no ocultaban ayer mismo que no estarán tranquilos hasta que dos diputados de la CUP —los otros ocho se abstendrán— den su definitivo a las cuentas.

El cartel de la bofetada a Comín en twitter fue otro espejo de las polémicas internas de la CUP y sus desavenencias con Junts pel Sí. “Basta de humillaciones a la sanidad pública. ¡Plantémosles cara!”, decía el pasquín, que ya circulaba, junto a otro muy similar, por las redes sociales antes del Consejo Político del pasado fin de semana. El Ejecutivo catalán, con el presidente Carles Puigdemont a la cabeza, saltó defender a Comín y tildó de “vergüenza” y “ataque inaceptable” la ilustración. Los enfermeros “lamentaron” las imágenes que “incitan a la violencia” y el propio Comín apuntó en RAC1 que el cartel “es un error porque no se puede banalizar la violencia”.

La reacción de Junts pel Sí fue considerada desproporcionada por la CUP que puso el acento en que la vergüenza son los pacientes sin camas en urgencias. Pese a ello, la controversia alcanzó a la CUP. Mientras Gabriel daba su apoyo al retuitear la convocatoria del cartel, la diputada Mireia Boya apuntaba: “Decidme gandhiana si queréis, pero a mí tampoco me gusta ver violencia. Ninguna”. Aunque luego, matizaba: “Que quede claro: recortar en sanidad, no revertir privatizaciones y cerrar puntos de atención a la gente es violencia. Jueves a las 18 horas en el Taulí”.

786 enmiendas perdidas

Las diferencias de la CUP con Junts pel Sí en materia presupuestaria se evidenciaron desde primera hora de la mañana en la Comisión de Economía encargada de aprobar el articulado de la Ley de Presupuestos de 2017. Fue allí donde la CUP sacó los colores de su supuesto aliado parlamentario ante el regocijo de la oposición. Según un recuento del PSC, los anticapitalistas provocaron que Junts pel Sí perdiera 786 votaciones gracias al apoyo o a la abstención de los diputados de la CUP.

La coalición de Gobierno defendió que, pese a la aprobación de las enmiendas de la oposición, no se podrán implementar porque no cuentan con la necesaria consignación presupuestaria. Roger Torrent, portavoz adjunto del grupo mayoritario de la Cámara, consideró que la estrategia de los anticapitalistas es un brindis al sol. Un ejemplo de ellas es la presentada por el PSC que insta que el Ejecutivo, “dentro de sus posibilidades presupuestarias para 2017, debe garantizar las becas comedor como derecho subjetivo para que aquellos niños cuyas familias no pueden hacer frente al pago del comedor escolar la tengan garantizada cubriendo el 100% de su coste en los casos que sea necesario”. Por contra, el proyecto recoge el gasto 45 millones para la Renta Garantizada de Ciudadanía y 140 millones para contratar profesores, partidas que se financiarán con la décima extra de déficit concedida por el Ministerio de Hacienda.

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