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La Generalitat reduce en un 40% el cálculo de pobres energéticos

Los expertos cifran en 325.021 los hogares afectados

Camilo S. Baquero
Una mujer en la cocina de su vivienda afectada por los cortes de luz y agua.
Una mujer en la cocina de su vivienda afectada por los cortes de luz y agua.PACO PUENTES

Más de cuatro años ha tardado la Generalitat en realizar un cálculo de cuántos pobres energéticos hay en Cataluña, un dato básico para luchar contra ese drama social. El año pasado, el Departamento de Vicepresidencia, que lidera Oriol Junqueras, encargó al Instituto Catalán de Evaluación de Políticas Públicas (Ivàlua) una estimación sobre el problema. Los expertos han creado una fórmula que refleje la realidad catalana y que cifra en 325.021 los hogares afectados, un 40% menos que el cálculo tradicional.

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La literatura sobre la pobreza energética siempre ha considerado como afectados a aquellos hogares que dedican más del 10% de sus ingresos a pagar las facturas de los suministros básicos. Esta definición es demasiado simple y puede dar cabida a situaciones en las que, por ejemplo, una familia exceda ese tope por gastar grandes sumas de dinero en bienes de lujo, como llenar una piscina de agua caliente. Al otro lado de la escala están los hogares con problemas económicos que restringen su consumo bajo el límite de lo confortable para así ahorrar.

Para realizar los cálculos, los expertos utilizan la Encuesta de Presupuestos Familiares que realiza el Instituto Nacional de Estadística. De acuerdo a la definición tradicional, unos 551.550 hogares catalanes (el 18,7% del total) sufrirían de pobreza energética. Un quinta parte de los afectados serían mayores de 65 años y el 17,5%, menores de 14.

Un 100% de renovables en 2050

El Ejecutivo catalán aprobó ayer una nueva versión del libro blanco de la energía para Cataluña, el Pacto Nacional para la Transición Energética. El documento, que se debatirá en el Parlament, presenta las bases del modelo energético con miras al año 2050. Para ese año se espera que el 100% de la energía que se use provenga de fuentes renovables. Actualemente es el 6%. También abre la puerta al autoconsumo, en contra de lo establecido en la actual norma estatal.

Los expertos de Ivàlua han hecho una adaptación para Cataluña del indicador que se usa en el Reino Unido para hacer el cálculo. Los británicos tienen en cuenta el gasto energético normativo, es decir lo que debería dedicar económicamente de acuerdo a las características estructurales y no el gasto efectivo. Uno de los investigadores, Ramon Sabes-Figuera, aclaró que el cálculo catalán tiene en cuenta el gasto anual, lo cual deja por fuera el efecto en la subida del consumo en los meses de invierno y otoño.

El indicador propio reduce en un 40% la previsión inicial y cifra en 325.021 los hogares afectados por la pobreza energética, el 11% del total en Cataluña. Asimismo, disminuye en casi 8 puntos porcentuales la población de mayores de 64 años que gastan más de un décima parte de sus ingresos en los suministros básicos. Sabes-Figuera explicó que actualmente Ivàlua trabaja en territorializar la información para mostrar qué zonas tienen una población más afectada.

El estudio, que describe los tres escenarios, también calcula el llamado gap eléctrico, es decir, la sumatoria del dinero que le faltaría a cada hogar para salir de la pobreza energética en términos de renta y consumo. En el caso del indicador de Ivàlua, esta cantidad llega a los 16,3 millones de euros. Si se tiene en cuenta la fórmula tradicional, la cifra se eleva hasta los 29,9 millones de euros.

El investigador advirtió de que esta cantidad no se debe equiparar con el coste de las facturas que soporta cada familia. “No se puede dar ese salto en la interpretación”, explicó. La política de la Generalitat y de las entidades sociales hasta ahora ha sido asumir el coste de las facturas de las familias que son consideradas vulnerables. La fotografía de Ivàlua, que llega cuatro años tarde, abre una nueva veta en cómo abordar el problema de la pobreza energética.

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Sobre la firma

Camilo S. Baquero
Reportero de la sección de Nacional, con la política catalana en el punto de mira. Antes de aterrizar en Barcelona había trabajado en diario El Tiempo (Bogotá). Estudió Comunicación Social - Periodismo en la Universidad de Antioquia y es exalumno de la Escuela UAM-EL PAÍS.

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