La sanidad pública gana seis hospitales pero pierde camas

El Gobierno regional hizo efectiva el 30 de junio la extinción de las empresas públicas que gestionaban los hospitales Infanta Sofía, Infanta Cristina, Infanta Leonor, Sureste, Henares y Tajo, que pasaron al Sermas. Dos años antes, en 2014, el Tribunal Superior de Justicia ratificó la paralización de la privatización sanitaria en Madrid alegando que más de un millón de personas y 5.000 profesionales podrían sufrir “daños irreparables” fruto de una operación que conllevaba transacciones económicas de 4.680 millones. Para Mónica García (Podemos) la construcción de centros por agentes externos (que como contrapartida se encargan de la gestión no sanitaria) ha costado a los madrileños cuatro veces más que si se hubiesen levantado con un crédito público. “Hace falta menos ladrillo y más camas”, reconoce.

Los últimos datos oficiales, de 2015, sitúan el descenso en 97 camas. ADSPM cifra en 622 las pérdidas. “Se han ido cerrando porque hay menos personal”, sostiene Sánchez Bayle. García, que además de diputada por Podemos mantiene su trabajo de médico en el 12 de Octubre, afirma que en su hospital “hay cerrada una planta llena de camas”. La consejería, que no aporta cifras actualizadas, explica que no son lo mismo las camas instaladas, que constituyen una dotación fija, que las funcionantes, nombre que reciben aquellas camas que están realmente en servicio y que varían mensualmente. En 2015 hubo una media de 12.577 camas funcionantes (15.035 instaladas).

Privatización sanitaria

“El PP se ha visto obligado a aparcar la privatización y carece de política sanitaria”, indica José Manuel Freire, del PSOE. Asegura que en 2016 “persisten todos los problemas de los últimos años”, los mismos que llevaron a diferentes actores, agrupados en la llamada marea blanca, a movilizarse en 51 ocasiones desde 2012, la última vez el 19 de diciembre. Entre esos problemas, el parlamentario socialista destaca la ausencia de planificación; un sistema de información “pobre y agravado por sospechas de falta de fiabilidad” en los datos; la ausencia de inversiones en tecnología; la infrapresupuestación y una contratación deficiente.

Sanidad expone que el Sermas en la actualidad cuenta con 70.000 profesionales, a los que hay que sumar 5.000 residentes en formación (médicos que realizan el MIR). El 15% de los trabajadores, unos 10.000, son eventuales. La mitad pasará próximamente a ser interinos. Ahora, el 33,95% de la plantilla, más de 23.700 plazas, está cubierta por personal no fijo. “No se incrementa la plantilla, son personas que ya estaban en el sistema. Lo único que se mejora son sus condiciones laborales”, sentencia Sánchez Bayle, de ADSPM. El objetivo del Gobierno regional es alcanzar una tasa de eventualidad del 5,4%. En la actualidad supera el 15%.

Estos días, además, se están desarrollando las oposiciones para cubrir las 1.043 plazas de empleo ofertadas por la Comunidad. La cantidad es insuficiente para la oposición, que cifra entre 6.000 y 8.000 (según la fuente) los profesionales sanitarios que perdieron su puesto de trabajo desde 2010. Julián Ezquerra, secretario de Amyts, el sindicato médico de Madrid, argumenta que en ese tiempo se han perdido 1.000 médicos, muchos de ellos porque “se jubilaron y no han sido sustituidos”. En la actualidad la red sanitaria cuenta con 16.000. El consejero del ramo, Jesús Sánchez Martos, es consciente del déficit de personal, por eso ha manifestado en diversas ocasiones la necesidad de que la tasa de reposición (establecida por el Estado) sea eliminada para que su departamento pueda convocar más plazas.

Uno de los logros de la Sanidad madrileña en 2016, según la consejería, ha sido incrementar la eficiencia de los hospitales a través de los pactos de gestión. De esa manera, de las más de 1.000 intervenciones quirúrgicas que se derivaban cada mes a centros concertados en 2015, ahora la cantidad oscila entre 30 y 40. La medida ha sido aplaudida por Daniel Álvarez Cabo, diputado de Ciudadanos. Mónica García, de Podemos, asegura que Madrid sigue siendo la segunda región que más servicios externaliza. En su opinión, el descenso del número de derivaciones ha sido posible a las jornadas extras por la tarde que realiza el personal sanitario, aunque “no las cobra desde mayo”. Y añade: “Sería más eficiente contratar gente”.

Lista de espera

La medida ha servido para algo más. Tras una década expulsada del recuento de listas de espera del Sistema Nacional de Salud, Madrid volvía en 2016 a él. En enero, el consejero de Sanidad anunciaba que 2015 cerraba con 79.444 pacientes esperando una intervención, una cifra cuatro veces superior a la reconocida hasta entonces. En noviembre, 81.121 madrileños esperaban para operarse. La consejería cifra la demora media en 51 días (el protocolo estatal fija en 45 la fecha límite desde 2004), mientras que el indicador nacional supera los 89 días, según el último dato aportado por el Ministerio de Sanidad en diciembre de 2015.

Pero el año que nos ha dejado también revela déficits sanitarios. Álvarez Cabo, de Ciudadanos, denuncia que no se ha empleado “ni un solo euro” del plan de salud bucodental infantil a pesar de los 8,6 millones presupuestados. Además, explica que tampoco se ha ejecutado la partida para construir o reformar centros de Atención Primaria. Sanidad afirma que existen 429 centros y que se está ultimando el de La Marazuela, en Las Rozas, que abrirá sus puertas el 16 de enero. Álvarez Cabo también critica que no se haya aumentado la plantilla de estos centros. “Dan citas con más de una semana de retraso”, se queja el socialista Freire. Para Julián Esquerra, de Amyts, los médicos de Atención Primaria están “sobrecargados”: “Un médico en Madrid ve más de 45 pacientes al día. Hace falta una inversión importante y sin embargo la partida ha descendido”. El presupuesto de Atención Primaria del año pasado fue de 1.855 millones, por debajo aún de los 1.913 de 2011.