Otro arte gitano

Si decimos arte gitano probablemente usted piense en el flamenco, en el cante, el toque, en el baile. Y estará usted en lo cierto, los gitanos han sido centrales en estas artes que son, a su vez, parte fundamental de la cultura e idiosincrasia españolas. Pero hay otros artes gitanos, como los que se muestran en la exposición internacional Akathe te beshen sastipen thaj mestepen (Aquí nos quedamos, salud y libertad, en español), promovida por el Instituto de Cultura Gitana con el apoyo del Goethe Institut, que se puede ver en CentroCentro (Plaza de Cibeles, 1) hasta el 9 de abril.

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Se muestra aquí una selección de pintura y escultura gitana contemporánea comisariada por Moritz Pankok, artífice del centro cultural berlinés Kai dikhas, único en el mundo especializado en arte producido por etnias gitanas como la Rom o la Sinti. Entre los artistas reunidos se encuentran nombres como Ceija Stojka, pintora austriaca romaní superviviente de los campos de concentración nazi, Damian Le Bas, Daniel Baker, Robert Gabris, Gérard Gartner o los españoles Lita Cabellut, Manolo Gómez Romero, Gabi Jiménez, Lola Ferreruela o Juan Rafael Ferreruela. En casos como el de David Zafra, el artista no es gitano aunque sí está profundamente inspirado por la cultura gitana (también llamada Romipen).

Las obras por lo general están basadas en la experiencia histórica gitana y transmiten el deseo de esta comunidad de vivir entre las demás manteniendo sus señas de identidad. Se trata de la minoría étnica más grande de Europa que se extiende por todo el continente (entre 10 y 15 millones de europeos son gitanos, y también se instalan por el resto del mundo) y que en España tienen a su comunidad más grande (alrededor de un millón). Como afirma el título de la muestra, están aquí para quedarse. Lo raro es que lo haya que seguir diciendo, aunque llegaran hace seis siglos.