“No sé si mi familia podría ahora pagar mi carrera”

Nunca antes se presentaran tantos candidatos —siete, todos hombres— a las elecciones a rector de la Universidad de Barcelona (UB). El catedrático de matemáticas, Joan Elias (Barcelona, 1956) adelantó a sus seis contrincantes en la primera vuelta y se coronó como rector en una disputada segunda vuelta frente a Màrius Rubiralta.

En campaña defendió a ultranza la “transparencia radical” en la gestión y se topó, apenas 24 horas después de ser elegido, con una denuncia de Rubiralta a la Junta Electoral por “prácticas impropias”. Elias es tajante: “Por mi parte no hubo guerra sucia”.

Pregunta. Dijo en el debate electoral que “la UB no sabe adónde va”. ¿Por qué ha perdido el rumbo?

Respuesta. Hay un problema interno de diversidad porque la UB es muy grande y diversa. Y luego están los cambios externos, a propósito de la crisis o los cambios legislativos, porque cada ministro y cada consejero tiene que hacer su norma y esto provoca un desajuste en la casa.

P. ¿A dónde quiere llevarla?

R. Un objetivo razonable es posicionarnos entre las 100 mejores universidades del mundo en 10 o 15 años y eso significa mejorar en todos los aspectos, no solo en investigación. Pero sólo podemos sentar las bases de este cambio si afrontamos el tema del relevo generacional. Si no abordamos este problema, la UB caerá.

P. ¿Por dónde empezará?

R. A corto plazo, tendremos que abordar el tema de la financiación porque la UB está infrafinanciada. Otro problema es estabilizar la reforma de estructuras y la situación del personal de administración y servicios (PAS).

“La universidad era antes un ascensor social y ahora no sé si cumple con eso” 

P. Vamos por partes. La financiación se negocia con la Generalitat. ¿Cuál será su postura ante la Administración?

R. Será una actitud leal pero firme. Defenderemos que estamos mal financiados y esa defensa tenemos que hacerla con universidades que son parecidas a la nuestra, como la Autónoma o la Politécnica. Tenemos que convencer a la Generalitat de que tenemos que estar mejor financiados.

P. Y la otra parte: La reforma de estructuras, que no ha funcionado por igual en todas las áreas. ¿Quiere echarla atrás?

R. No, porque sería peor el remedio que la enfermedad. En Medicina parece que funciona pero en Humanidades está todo pendiente y tenemos que sentarnos con ellos, ver qué quieren hacer y encontrar una solución. Hay que hablar también de los PAS, que tienen una situación de indefinición muy grave. Hay que acabar con la reforma de estructuras lo más rápido posible.

P. En las elecciones recibió el apoyo mayoritario de los estudiantes. ¿Qué habrá para ellos?

R. Tenemos que hacer que participen en cosas que le son propias, abrir canales de comunicación entre ellos y nosotros.

P. Pero su mayor preocupación es la económica: la subida de tasas universitarias, el 3+2…

“Si no afrontamos el tema del relevo generacional, la UB caerá”

R. Sí y hay que tender a una rebaja de las tasas para que puedan acceder a la universidad todas las capas sociales que siempre han accedido. Yo no sé si mi familia podría ahora pagarme la matrícula de la carrera como hizo su momento. Antes la universidad era un ascensor social y ahora no sé si cumple ese cometido.

P. ¿Qué va a hacer con el IL3?

R. No pienso cerrar el IL3 pero hay que entrar allí, mirar los números y ver si el IL3 cumple con lo que debería. No se cerrará pero tal vez se refunde la estructura para ver si lo que están haciendo es lo que nos conviene.

P. EL PAÍS reveló que la UB fulminó un máster del IL3 al detectar irregularidades.

R. Sí, y esas ofertas académicas incorrectas han de acabarse. No podemos vender la marca UB por cuatro chavos. a de ser una marca de reconocido prestigio.