Los 42 segundos de Kamal en la comisaría de la Rambla
Un bangladeshí explica en el juicio contra un guardia urbano cómo el agente le rompió la mandíbula de un puñetazo
42 segundos. Es el tiempo que Kamal, un abogado bangladeshí, permaneció en la comisaría de la Guardia Urbana de Barcelona. Las cámaras de vigilancia son la única prueba de que Kamal estuvo allí. Las imágenes muestran cómo se toca la mandíbula y la cabeza cuando, solo 42 segundos de haber entrado acompañado por un coche patrulla, sale caminando hacia la Rambla. Kamal sostiene que, durante esa breve estancia, un agente de la policía local, Daniel B. O., le pegó un puñetazo que le rompió la mandíbula y le propinó varias atadas en el suelo. El agente, que ayer se sentó en el banquillo de los acusados, afirmó que no recordaba a Kamal pero negó, en cualquier caso, haber cometido agresión alguna.
La Fiscalía mantuvo, tras escuchar todos los puntos de vista, su petición inicial: cinco años de cárcel por los delitos de lesiones y contra la integridad moral. También lo hizo el abogado de Kamal, de SOS Racismo, que le pide seis años. En su declaración, Kamal afirmó que el 9 de julio de 2011 se encontraba en la Rambla, a la altura del metro de Liceu, esperando a un amigo para comer. Según su relato, una patrulla le preguntó: “¿Por qué estás aquí?” Kamal enseñó una hoja de empadronamiento —aún no había regularizado su situación en España— y fue trasladado a comisaría para ser identificado.
Según su versión, el policía acusado le preguntó por qué no le respetaba y, al entrar a comisaría, le pegó. “Sin decirme nada más, me pegó un puñetazo en la cara”, dijo. Kamal cayó al suelo, donde recibió “dos o tres patadas”, dijo durante el juicio, que fue gravemente perturbado por los problemas con la traducción jurada. El primer intérprete que asistió a Kamal hablaba su lengua (el bengalí) pero no castellano con fluidez, de modo que se limitó a resumir sus declaraciones. La situación enervó al presidente del tribunal, que mandó traer a un segundo intérprete. El magistrado lamentó la falta de medios de los tribunales.
El agente acusado detalló que no recuerda exactamente lo que pasó que el día porque realiza a diario numerosas actuaciones con vendedores ambulantes como Kamal, a quien conocía, dijo, de haberle visto por allí. La presunta víctima, en cambio, negó ser un vendedor. Daniel B. O. explicó que le llevó a comisaría para identificarle y para cachearle por si tenía productos para vender. El agente agregó que no hizo constar esa diligencia porque no la consideró relevante, pero que no tenía intención de ocultar nada. La defensa se escudó, además, en que los 42 segundos transcurridos en comisaría son insuficientes para cometer la agresión, en que las cámaras no recogen los golpes y en la posibilidad de que Kamal sufriera las heridas por otro motivo.
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