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Vall d’Hebron especializa a un equipo para tratar hemorragias en el parto

La unidad, única en España, asiste las complicaciones por la invasión de la placenta en la pared del útero

Jessica Mouzo
Intervención a una paciente con placenta accreta en Vall d'Hebron
Intervención a una paciente con placenta accreta en Vall d'HebronVall d'Hebron

El hospital Vall d'Hebron de Barcelona ha puesto en marcha una unidad especializada pionera en España para tratar una de las complicaciones más peligrosas en un parto, la placenta accreta. Desde hace un par de año, el centro sanitario ha ido configurando un equipo multidisciplinar para tratar las peligrosas hemorragias que genera esta patología, que se produce cuando la placenta, en vez de adherirse durante el embarazo al útero y desprenderse fácilmente tras el parto, acaba invadiendo la pared de la matriz.

"En condiciones normales, la placenta se adhiere al útero y lo hace de una forma elegante, sin invadir su pared muscular, de forma que tras el parto la separación entre la placenta y la matriz se produce de forma natural. Sin embargo, a veces la placenta invade la pared muscular del útero y penetra en el interior de un tejido en el que no debería estar". explica el doctor Manel Casellas, responsable de la unidad y médico en el servicio de Obstetricia del hospital. "Cuando el médico intenta extraerla manualmente, se produce una hemorragia muy peligrosa", añade el doctor. Esta dolencia afecta a una de cada 533 mujeres embarazadas y tiene una tasa de mortalidad del 7%.

La unidad arrancó a finales de 2014 y desde entonces ha atendido a 12 pacientes. "Controlamos el embarazo desde la sospecha de placenta accreta hasta seis semanas después del parto. Lo más seguro para la madre es hacerle una cesárea en la semana 34 y una histerectomía", apunta Casellas. Dentro del seguimiento interdisciplinar de las pacientes participan también anestesistas, efectivos del banco de sangre, neonatólogos, urólogos y hasta equipos de radiología intervencionista, "que les colocan catéteres en las arterias ilíacas que actúan como un grifo, cerrando el torrente sanguíneo donde vamos a operar si fuera necesario". 

La literatura científica señala a las cesáreas previas como el elemento de riesgo. "Está vinculado al aumento en la tasa de cesáreas. El riesgo aumenta cuantas más cirugías en el útero haya sufrido la paciente", apostilla Casellas. Aunque hay otras estrategias médicas, el facultativo insiste en que la cesárea e histerectomía en la misma intervención es la más segura para las pacientes. "En principio, no deberían tener secuelas tras la intervención más allá de la infertilidad, pero como son mujeres que ya han sufrido varias cesáreas, ya tienen hijos y el deseo de fertilidad suele estar satisfecho", indica.

Además de centrar la atención a estas pacientes, la unidad prevé abrir líneas de investigación para indagar en una patología con muchos claroscuros.

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Sobre la firma

Jessica Mouzo
Jessica Mouzo es redactora de sanidad en EL PAÍS. Es licenciada en Periodismo por la Universidade de Santiago de Compostela y Máster de Periodismo BCN-NY de la Universitat de Barcelona.

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