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Eran cuatro. Tres de ellos hermanos. Vinculados a un conocido y peligroso clan con base en Zaragoza y un amplio historial delictivo en el que figura el homicidio del director de un banco de Valencia en 1982. Cometieron ocho atracos a sucursales bancarias en apenas un año y medio, entre febrero de 2015 y octubre de 2016. Los planificaban con minuciosidad, siempre con el mismo modus operandi y rodeados de medidas de seguridad extremas para evitar su identificación. Su objetivo: sucursales de poblaciones, normalmente pequeñas, bastante distanciadas de su lugar de residencia y cuyo acceso fuera por carreteras secundarias. El pasado 27 de octubre, mediante un operativo conjunto realizado por agentes de la Guardia Civil, de la Policía Nacional y de los Mossos d’Esquadra y cuando ultimaban su próximo golpe en la localidad de Tobarra (Albacete), fueron detenidos.

Dos de los arrestos se han llevado a cabo en la localidad albaceteña de Pozo Cañada, donde se intervinieron dos armas de fuegos reales y durante los actos preparatorios inmediatos previos a la comisión del atraco en Tobarra. De forma simultánea han sido detenidos en Zaragoza los otros dos integrantes de este grupo criminal.

Los tres cuerpos de seguridad han informado este jueves en la Comandancia de la Guardia Civil de Castellón del operativo conjunto Gancho-Manteca que ha dado como resultado la desarticulación, tras quince meses de investigación, de esta organización criminal dedicada a atracar entidades bancarias por toda la geografía española. Dos en la provincia de Castellón (en La Pobla Tornesa y San Mateo), otros dos en Tarragona (Tortosa y Montblanc), en Nágera (La Rioja), Miajadas (Cáceres), Motilla del Palancar (Cuenca), Ujo (Asturias) y Tobarra (Albacete), municipio este último “donde lo tenían todo preparado para dar el palo”, ha explicado Aurelio Abellán, capitán jefe de la UOPJ de la Comandancia de la Guardia Civil de Castellón. De los atracos sustrajeron botines que iban desde los 4.000 o 5.000 euros hasta los 60.000, según han informado los responsables del operativo, aunque no han especificado el montante total de los robos.

Los arrestados son cuatro varones de entre 43 y 62 años, actualmente en prisión preventiva.

Actuaban de una manera “muy profesional”. Una vez fijaban su objetivo, recogían toda la información de la entidad para cometer el robo. Desde accesos a horarios, empleados, posibles fechas para realizar el hecho o vías de huida. “Estudiaban bien el lugar dos o tres días antes”, y una vez tenían los cabos atados, materializaban los asaltos, en los que siempre utilizaban armas de fuego real y ocultaban el rostro para dificultar su identificación. En Asturias accedieron a la entidad disfrazados de pintores, con mascarilla incluida. Los responsables de la macrooperación policial han destacado que en ninguno de los atracos cometidos en estos últimos meses agredieron a empleados o clientes. “Son gente muy especializada, veteranos, actuaban de forma muy rápida y sin necesidad de ejercer violencia, aunque iban armados”, han reseñado.

Una forma de actuar que, según han reconocido desde los tres cuerpos de seguridad, los miembros de la organización criminal han ido variando con el tiempo. Especializados en atracos desde la década de los 80, se habían caracterizado por su violencia y “cuentan con varios homicidios a sus espaldas, cometidos entre los 70 y los 80, y por los que ya han cumplido condena”, han indicado. Delitos a los que se suman “múltiples robos con violencia e intimidación, robos y hurtos de vehículos, falsificación de documentos públicos, delitos contra la salud pública, tenencia ilegal de armas o usurpación de estado civil”.

Además de estas detenciones, se han practicado tres registros domiciliarios en la capital zaragozana y se han intervenido dos vehículos que estaban siendo utilizados para la comisión de los atracos, así como numerosas prendas de ropa y accesorios que eran utilizados para la caracterización de los autores y cuyo objeto era dificultar su posterior identificación.