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Iberpotash podrá tener hasta tres salineras más en el Bages

Súria acogería dos centros, y si es necesario, Callús un tercero

Camilo S. Baquero
 Un grupo de trabajadores en la mina de potasa de Iberpotash.
Un grupo de trabajadores en la mina de potasa de Iberpotash.albert almenay

El plan director urbanístico con el que la Generalitat quiere ordenar la actividad minera en la comarca del Bages prevé la apertura de hasta tres nuevas plantas de producción de sal vacuum —de gran pureza— por parte de Iberpotash. El documento, aprobado de manera inicial, está ahora en exposición pública. Súria acogería dos centros, que se sumarían al que comenzará a funcionar este otoño. De ser necesario un tercero, se abriría en Callús.

A partir de julio del próximo año, y en cumplimiento de una sentencia judicial, la empresa no podrá continuar tirando los desperdicios que genera su producción de potasa en la montaña de sal del Cogulló. Se calcula que la obtención de una tonelada de potasa, indispensable para la fabricación de fertilizantes o productos industriales, genera unas tres toneladas de residuo salino.

Iberpostash lanzó hace cuatro años el Plan Phoenix, una estrategia para mejorar la capacidad productiva de la mina y para poner en valor los residuos a través de una planta de producción de sal vacuum. El documento de la Generalitat pretende velar por la retirada ordenada de la actividad minera y la progresiva eliminación de los depósitos salinos, con gran impacto ambiental.

La empresa prevé que cuando entren en funcionamiento las dos plantas de sal se procesarán 1,5 millones de toneladas anuales de residuos que ahora terminan amontonados al aire libre, si bien una parte se evacuará a través de un colector. Pero hasta que se llegue a este despliegue industrial, el plan director fija un periodo de transición para una disposición alternativa de los desechos que se producirán en los últimos tres años de actividad de Iberpostash en Sallent y Balsareny entre 2017 y 2020. La empresa, además, prevé reducir los restos salinos de 4,5 millones de toneladas a dos millones.

La alterntaiva que parece más viable es transportarlos por carretera hasta los colectores directos al mar que parten de Abrera o Sant Joan Despí, en el Baix Llobregat. Esto implicaría la circulación adicional de ocho camiones por hora. En todo caso, la Generalitat deja la última decisión en manos de la filial de ICL Ibérica.

El impacto ambiental de la actividad minera siempre ha preocupado mucho a una comarca que al mismo tiempo tiene en las plantas de la empresa israelí una de las principales fuentes de empleo. La Asociación de Fabricantes de Sal (AFASAL) también denunció en su día que el proyecto de Iberpotash vulneraba normativas de competencia, pero la diligencia se archivó.

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Sobre la firma

Camilo S. Baquero
Reportero de la sección de Nacional, con la política catalana en el punto de mira. Antes de aterrizar en Barcelona había trabajado en diario El Tiempo (Bogotá). Estudió Comunicación Social - Periodismo en la Universidad de Antioquia y es exalumno de la Escuela UAM-EL PAÍS.

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