‘Okupas’ y ‘antiokupas’ bajo el mismo techo
'La Benaventurada' de Les Corts ha sido desalojada tras horas de pulso entre partidarios y contrarios a la ocupación
Nuevo capítulo de la breve historia de ‘La Benaventurada’, el edificio de dos plantas del barrio de Les Corts de Barcelona que fue ocupado por un grupo de jóvenes hace dos semanas. Si el viernes pasado una empresa de seguridad tapió las puertas, ayer los okupas volvieron a entrar en el edificio y se instalaron en el segundo piso. Lo curioso es que el primer piso fue ocupado también por un par de vecinos del barrio, que accedieron al inmueble con permiso del propietario para tapiar las ventanas. Horas más tarde, un dispositivo de los Mossos d’Esquadra procedió al desalojo sin grandes incidentes.
Faltaban pocos minutos para las cinco de la tarde cuando los mossos desalojaron a los cuatro okupas que a primera hora de la mañana habían vuelto a entrar en La Benaventurada, el edificio de la calle de Benavent número 25, en el distrito de Les Corts, cerca del Camp Nou y del recinto de La Maternitat. Un rato después sacaban del edificio a los dos vecinos contrarios a los okupas que también habían entrado por la mañana.
“Teníamos permiso del propietario para entrar a tapiar las ventanas”. “Cuando entramos, nos encontramos con cuatro okupas y decidimos quedarnos en el primer piso hasta que los Mossos los desalojaran”, explica Elizabeth Cañadas, vecina de Les Corts y representante del sector de pisos turísticos.
Los dos vecinos antiokupas colgaron carteles contra los ocupantes del segundo piso: “No queremos Can Vies II en nuestro barrio”. En el segundo piso, los okupas colgaron un cartel que decía: “Démosle caña la especulación”. La imagen insólita fue que durante toda la mañana en los dos pisos del edificio convivieron partidarios y contrarios a la okupación.
“Hoy por la mañana hemos visto que habían vuelto a okupar el inmueble, creemos que lo han hecho por la puerta posterior del edificio”, explicaba una vecina y miembro del colectivo #StopOkupesLesCorts. En la calle se desplazaron varias dotaciones de los Mossos d'Esquadra y tres trabajadores de la empresa de seguridad Élite Control, quienes hacen guardia 24 horas al día en el portal desde el viernes por la mañana, momento en que la empresa tapió las puertas del inmueble aprovechando un olvido de los antisistema.
“Es el primer servicio de estas características que hacemos”, explicó Guillermo Cortizo, propietario de la empresa de seguridad de discotecas. La empresa de seguridad fue contratada por la propietaria del inmueble, Especialistes del Subsol S.L.
“No permitiremos que especulen con el barrio, queremos emprender un centro social por los vecinos”, explicó una portavoz del movimiento okupa. El edificio de dos plantas está en malas condiciones y la parte del patio corre peligro de derrumbamiento, aseguraron los activistas. El colectivo Benaventurada afirma que ha interpuesto una denuncia por “allanamiento de morada” del inmueble. “Tapiaron la puerta con gente que llevaba semanas viviendo dentro”, explicaron. La empresa de seguridad, sin embargo, afirma que cuando tapiaron el edificio el pasado viernes este estaba vacío.
La okupación provocó que durante toda la jornada se concentrara un grupo de apoyo a los okupas en la calle, en el que participó la concejal de la CUP en el Ayuntamiento de Barcelona, Maria José Lecha. “Vengo en solidaridad con el proyecto de La Benaventurada y contra la especulación en nuestros barrios”, dijo la concejal, que defendió la convivencia entre okupas, vecinos y turistas. “Quien dice que no es posible la convivencia no tiene ni idea; un ejemplo perfecto de ello es Berlín”, añadió la edil.
Tensión en el desalojo
La concejal de Ciudadanos, Carina Mejías, se concentró con los vecinos contrarios a la okupación durante el mediodía. “Desde el primer día los vecinos se han quejado del ruido”. “Se trata de defender la propiedad privada y la convivencia”, explicó Mejías.
Durante horas, en la estrecha calle de Benavent se formaron dos concentraciones: la de los partidarios de la okupación y los vecinos contrarios. Ana Marcos, presidente de la Asociación de vecinos Camp Nou, explicó que hace dos semanas expresaron al consistorio su preocupación por la okupación del edificio. “Nos dijeron que no nos preocupásemos, que mediarían con ellos su salida”, explica Marcos. Para Marcos, los jóvenes okupas “son buenos chicos”, pero se opone a que el edificio pueda convertirse en un “Can Vies II”. Muchos vecinos colgaron desde sus carteles pancartas en contra de la ocupación. Otros, lanzaron comida a los okupas desde sus balcones.
Antes de proceder al desalojo, los Mossos d'Esquadra dispersaron la concentración de la calle. Se vivieron momentos de tensión con empujones y gritos, aunque no se produjeron incidentes importantes. Salvo una manifestante de 30 años que fue atendida en un centro médico por un golpe en el brazo. Tras el desalojo, el colectivo lanzó pintura a los empleados de seguridad y convocó una manifestación por las calles de Les Corts.
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