A cero pulsaciones por minuto
El corazón mecánico como solución cuando no hay posibilidad de trasplante
Seis hombres, cinco de la Comunidad Valenciana y uno de Murcia, todos con cardiopatías graves, conforman la lista de los pacientes que han recibido ya este órgano artificial a falta de uno biológico procedente de donación. El doctor José Anastasio Montero, director del área de Enfermedades Cardiovasculares del hospital La Fe, único centro en la Comunidad Valenciana donde se realiza esta intervención, asegura que el balance de estos dos años de programa pionero de implante de corazón artificial es satisfactorio. “Salvo en un caso, en el que el paciente no consiguió adaptarse al dispositivo y tuvimos que recurrir al trasplante, el resto hace una vida lo más normal posible”.
“Cuando les tomas el pulso a estos pacientes, lo más sorprende es que no lo encuentras. Su corazón biológico no late, no bombea. La sangre fluye impulsada por el motor electromagnético alimentado con electricidad. Sin hacer ruido”. El doctor Montero explica que el motor se ha de adaptar a cada persona con un flujo de sangre constante para una actividad normal. No se acelera de manera natural cuando el cuerpo hace un esfuerzo. “Hace unos días supimos que un hombre con este dispositivo había corrido en una maratón en Alemania, entendemos que los especialistas lo adaptaron para la prueba”.
A José Sarabia le implantaron el corazón mecánico el 4 de febrero de 2015. “Me quedaban 15 días de vida, eso me lo dijeron luego, porque se me había paralizado medio corazón y tenía problemas en los riñones”. José estuvo previamente durante un año y medio en lista de espera para un corazón de donante que nunca llegó. “Estaba siempre agotado, me ahogaba, del sofá a la cama y de la cama al sofá”.
El mecanismo implantado no solo ha alargado la vida de este vecino de Elda, también la ha mejorado sustancialmente. “Es como llevar una bomba de sacar agua metida ahí dentro. Lo más curioso es que suena como un ventilador”. Cada semana necesita curar la pequeña incisión que conecta el aparato a la batería externa. “Luego voy con la batería a todas partes y cuando llego a casa me enchufo a la red eléctrica”, añade.
El hospital La Fe comunica con la compañía que abastece de electricidad a cada uno de los pacientes que reciben este implante para que nunca se queden sin energía. “En Elda se va la luz, pero en mi casa nunca desde que llevo el corazón. Además, tenemos alternativas. Cuando voy a Valencia, al hospital, me enchufo al encendedor del coche para no gastar las baterías” José Sarabia pasa una revisión al mes. Es el momento en que el equipo de cirujanos y cardiólogos asumen el papel de mecánicos.
Un equipo multidisciplinar revisa la salud del paciente y ajusta el funcionamiento del aparato. Miden las constantes, regulan el flujo sanguíneo y comprueban el cinturón de baterías que le permite la movilidad durante el día. “Es lo que menos me preocupa y cuando hay algún problema tenemos a Patricia siempre al teléfono”. Patricia es la coordinadora de los pacientes desde el hospital. Es el enlace operativo 24 horas al día para resolver dudas.
El corazón mecánico se recomienda en pacientes con cardiopatías graves que requieren una solución urgente en tres casos. Según el doctor Montero, el primer grupo corresponde a los que están en situación de “puente al trasplante de corazón”. El aparato mantiene vivo al paciente mientras llega el órgano biológico. Para el segundo grupo de pacientes es “terapia de destino”, una solución para toda la vida. La tercera alternativa utiliza el mecanismo como un asistente del corazón. Montero lo define como “puente a la recuperación”. Está indicado para pacientes que llevan tratamiento oncológico o que sufren enfermedades autoinmunes que dañan el órgano biológico.
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