Puigdemont anuncia un referéndum para septiembre de 2017
El presidente invita a la CUP a que no le apoye si no desea aprobar los Presupuestos
El presidente catalán, Carles Puigdemont, disipó ayer las dudas y en el marco del debate de la cuestión de confianza celebrado en el Parlament anunció que convocará un referéndum de independencia para la segunda quincena de septiembre de 2017. Trató así de asegurarse el apoyo de la CUP, a la que advirtió, no obstante, que si no garantiza los próximos Presupuestos convocará elecciones anticipadas y quedará abortado el proceso político catalán. Puigdemont tendió la mano al Gobierno central para intentar lograr una consulta acordada, aunque aseguró que ésa es “una propuesta que no caduca, pero que no paraliza”. Es decir, que el Gobierno de Junts pel Sí convocará el referéndum haya acuerdo o no.
“O referéndum o referéndum”, vino a concluir Puigdemont, poco antes de anunciar que encargará esa convocatoria a su vicepresidente económico, Oriol Junqueras, y al consejero de Asuntos Institucionales y Exteriores, Raül Romeva, para que pongan en marcha “la arquitectura” de la consulta. El presidente catalán —que comparecía en el Parlament para someterse a la primera jornada del debate sobre la cuestión de confianza— aseguró que su Ejecutivo tendrá listas en junio de 2017 las “estructuras necesarias para poder actuar como un Estado y podernos integrar en la UE y en la comunidad internacional”; si bien evitó aclarar cómo lograría que un referéndum unilateral, fuera del marco de la Constitución, pudiera ser homologado internacionalmente.
Puigdemont señaló que existe un “enorme consenso” de que “la fórmula ideal es un referéndum acordado con el Estado”, y se negó a descartarlo. De hecho, hizo una llamada a trabajar “lealmente” con el Ejecutivo central para pactar todos los extremos de ese referéndum: la pregunta, la fecha, el mínimo de participación requerido, incluso el lapso de tiempo que debería pasar entre la convocatoria de un referéndum y del siguiente, si venciera el no. Pero Puigdemont recordó la negativa a dialogar del PP y cómo ha recibido una parte del PSOE la posibilidad de que Pedro Sánchez negocie una eventual investidura con partidos independentistas. El president reprochó afeó al PP una mayor resistencia a negociar sobre el proceso catalán que la que mostró con ETA. “El presidente de la Xunta [Alberto Núñez Feijóo] dijo que no negociarían ‘con la pistola del independentismo encima de la mesa’. En realidad lo consideran peor porque con ellos se reunieron dos vecses y con nosotros no se sientan a la mesa”, dijo.
Artur Mas, por delante de Junqueras
Fotógrafos y camarógrafos esperaban ayer expectantes la salida de Carles Puigdemont de su despacho en el Parlament para trasladarse al hemiciclo, después de que se reuniera con el grupo de Junts pel Sí para avanzarles cuál iba a ser su propuesta en la primera jornada de la cuestión de confianza. Finalmente salió acompañado por su esposa, Marcela Topor, y el presidente del Partit Demòcrata Català, Artur Mas. Fue la fórmula escogida para escenificar que Mas, que hasta ahora se ha situado contrario a la convocatoria de un referéndum unilateral, está al lado de Puigdemont. El que quedó apartado fue Oriol Junqueras, vicepresidente de la Generalitat y cabeza visible de ERC, la otra pata del Gobierno catalán.
La comparecencia parlamentaria de ayer supone un cambio sustancial de “la hoja de ruta” del Gobierno de Junts pel Sí. El anuncio del referéndum supone acabar con el plan dibujado inicialmente en el programa de Gobierno que llevó a Puigdemont a la presidencia: la celebración de unas elecciones constituyentes y una posterior convocatoria para refrendar ese texto.
La inclusión de un referéndum agradó a la CUP, que, por boca de la potavoz respondió que “estaba en plena sintonía” con la idea de “o referéndum o referéndum”. Consciente de que la cuestión de confianza no es más que la consecuencia del veto de la CUP a los cuentas de este año, el primer gran mensaje que quiso transmitir el president es que “o se aprueban los Presupuestos o haré uso de mis facultades para convocar elecciones”. Incluso invitó a la CUP a negarle hoy su apoyo si no tiene intención de votar después a favor de las cuentas y enumeró una serie de políticas que no se han ejecutado por falta de partidas presupuestarias.
Pese al cambio del programa de Gobierno, el Ejecutivo se encuentra actualmente en la misma situación que en junio: sin garantías de sacar adelante los Presupuestos. Puigdemont aprovechó para intentar aproximarse a otras fuerzas del arco parlamentario para advertir que no actualizarlas “perjudica a todos los catalanes, piensen lo que piensen”.
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