El Museu de Lleida, más allá de Sijena
El enfrentamiento por las 44 piezas que Aragón reclama a Cataluña, denuncia incluida, planea en la inauguración de una exposición sobre Ramon Llull
El enfrentamiento entre Cataluña y Aragón por 97 bienes patrimoniales y unas pinturas murales del monasterio de Sijena conservadas (hasta ahora) en museos catalanes vivió este martes un nuevo episodio: En un pleno extraordinario, el Ayuntamiento de Villanueva de Sijena, anunció que demandará “por declaraciones difamatorias contra los vecinos” a Alberto Velasco, conservador del Museo de Lleida, tras la publicación en EL PAÍS de un artículo en la que aseguraba que las milicias anarquistas llegadas desde Cataluña, algo que se ha explicado siempre en la localidad y se ha argumentado en los diferentes pleitos abiertos, no fueron los que quemaron el monasterio: Fueron los miembros del Comité Local con ayuda de la mayoría de vecinos. Lo afirmaba tras acceder a documentos como la Causa General realizada tras la Guerra Civil. El ayuntamiento acordó pedir 10.000 euros al técnico que se utilizaría para restaurar el cenobio oscense. “Velasco publicó el artículo como conservador del museo, con mi consentimiento. Ahora son los especialistas en Guerra Civil los que han de profundizar”, explicó el director Josep Giralt.
La denuncia se produce coincidiendo en el tiempo con la posibilidad de que la juez de Huesca con la posibilidad de que la juez de Huesca decida enviar a la fuerza pública, con el fin de ejecutar la sentencia, en busca de las 44 piezas que están depositadas en el museo leridano; una obras que forman parte de las 97 que se reclaman desde Aragón y que la Generalitat alega no poder entregar por ser piezas pertenecientes al patrimonio catalán al estar catalogadas.
“No existe un plan ‘b’ preparado por si las piezas se descatalogan y se entregan; habría que cambiar el discurso del centro” prosigue Giralt, que remarca que cualquier decisión que tome la Generalitat y el consejero Santi Vila tendrá que ser respaldada por el consorcio público que dirige el museo leridano, del cual forman parte administraciones como la Diputación, el Obispado y el Ayuntamiento de Lleida y el Consell Comarcal del Segrià, además de la Generalitat. “Solo el acuerdo de todas permitirá la salida de las piezas”, remachó el responsable.
Con todo, el museo sigue funcionando con normalidad más allá del caso Sijena. Este miércoles dio una muestra de ello con la inauguración de una exposición centrada en el pensador mallorquín Ramon Llull a los 700 años de su muerte. La muestra itinerante promovida por el Instituto Europeo del Mediterráneo se ha enriquecido con piezas vinculadas con la vida y la obra del viajero y Lleida, entre ellas el testamento del pensador ilustrado realizado en 26 de abril de 1313 que se custodia en el Archivo de los Marqueses de Barberà en Vilassar de Dalt, que es la primera vez que se ha expuesto en público. “Llevo treinta años investigando a Llull y es la primera vez que lo veo más allá de en fotografía”, aseguró el profesor Albert Solé, uno de los dos comisarios de la muestra que alabó la pericia del museo leridano por conseguirlo. Además de primeras ediciones de algunas de las 260 obras que escribió Llull, sus viajes, y su pensamiento, la exposición muestra algunos objetos contemporáneos al pensador. Algunos tan extraordinarios como el “Sant Drap de Jesús”, ni más ni menos que los restos del pañal que la Virgen puso a su hijo al nacer, según la tradición cristiana. De la reliquia, la más importante que pisó Lleida, que lamentablemente se perdió en la Guerra Civil, solo quedan tres hilos que es lo que puede verse ahora. En un enorme pergamino se explica la rocambolesca historia que llevó estos restos desde a Lleida y cómo se ha conservado.
El 93% del legado, para copiar y traducir libros
Ramon Llull no dejó casas ni propiedades al morir, según desvela su testamento, redactado en 1313, tres años antes de morir. Pero sí 3.000 sueldos, una suma importante si tenemos en cuenta que en el siglo XIV una persona cobraba un sueldo al día. Del total, dejó escrito que sus albaceas repartiran 200 a sus herederos: 20 a cada uno de sus hijos Domingo y Magdalena, 60 a diferentes órdenes religiosas, 10 para la construcción de la catedral de Mallorca y 5 para la obra de cada una de las iglesias parroquiales de la Ciudad de Mallorca. El resto, hasta 2.800, un 93% del total, lo destinó para hacer copias y traducir sus libros “en pergamino y en latín”. Llull estableció también que se realizaran y enviaran copias de sus obras a las diferentes ordenes religiosas “de manera que los pongan en un armario en cada iglesia que los ofrezcan atados con una cadena y así, todos los que quieran leerlos los puedan leer y ver”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
Archivado En
- Tesoro de Sijena
- Ramón Llull
- BIC
- Monasterio Sijena
- Monasterios
- Arte románico
- Villanueva de Sijena
- Bienes culturales
- Protección patrimonio
- Arte medieval
- Patrimonio artístico
- Cataluña
- Patrimonio histórico
- Patrimonio eclesiástico
- Edificios religiosos
- Provincia Huesca
- Patrimonio cultural
- Historia arte
- Conservación arte
- Iglesia católica
- Aragón
- Cristianismo
- Religión
- Arte
- España