Los comerciantes dejan caer su patronal y actuarán contra Fraile
La Confederación de Comercio tiene deudas por cinco millones de euros
La Confederación de Comercio de Cataluña será liquidada y, de momento, los comerciantes no plantean crear otra entidad que la reemplace. La decisión la tomó ayer la asamblea de la patronal tras el fracaso de otras vías para mantener vivo el organismo que agrupa a unos 90.000 comerciantes catalanes y que se encuentra sumido en una crisis después de que a finales de mayo fuera destituido su secretario general Miquel Àngel Fraile por mala gestión económica. Los socios también aprobaron explorar acciones legales contra el ex directivo.
Los comerciantes rechazaron en la reunión, por unanimidad, un plan de viabilidad presentado por Maria Rosa Eritja, que asumió el control tras la marcha de Fraile, forzada también por la propia junta. La Confederación de Comercio de Cataluña (CCC) presentó un preconcurso de acreedores el pasado 20 de junio e intentó llegar a un acuerdo que evitara la liquidación de un organismo con 31 años de historia. Pero esto no fue posible. La entidad tiene una deuda de cinco millones de euros acumulada en la última década. El 40% de ésta corresponde a obligaciones con entidades bancarias y un 20% con el personal de la patronal, explicó ayer Emiliano Maroto, representante por el Agrupament de Botiguers i Comerciants de Catalunya en la patronal.
El 40% restante de la deuda es con proveedores, agregó Maroto. Los más visibles son el medio centenar de centros de formación con los que trabajaba la Confederación. “Aquí todos se lavan las manos”, criticó ayer Lluís Yubero, portavoz de 15 de esos centros, que calculan que los comerciantes les adeudan 1,5 millones de euros.
De esa cantidad, 1,2 millones provienen de los depósitos de garantía de los centros que retenía la Confederación en una cuenta especial. Era dinero que, una vez se supervisaban satisfactoriamente los cursos, los comerciantes devolvían a los formadores y que ahora no aparece. Otros 32.000 euros son por concepto de sueldos sin pagar a profesores y más de 200.000 euros pendientes de pago a las entidades que impartían los cursos. Rosa María Serrano, la esposa de Fraile y también cesada, era la encargada de los programas de formación de la Confederación.
Eritja ya había puesto en marcha un plan de viabilidad para intentar salvar la patronal. Sin embargo, los once trabajadores que antes del verano aún quedaban en la empresa no se han reincorporado después de las vacaciones y se les adeudan unos seis meses de nóminas.
Maroto explicó que la asamblea dio luz verde a que los abogados para que exploren emprender acciones legales contra Fraile y su mujer. El ex secretario general, que estuvo al frente casi por tres décadas, siempre ha defendido que no hubo mala gestión dentro de la Confederación. Fraile se enfrentará entonces ante las posibles querellas que pueda poner la CCC y a las pesquisas del administrador concursal y del juez que deberá decidir ahora si en la insolvencia es culposa.
Los comerciantes, por lo pronto, descartan crear una nueva patronal. “Ahora queremos liquidar esto y ver como podemos salir de la mejor manera posible. Los diferentes socios seguiremos teniendo relación, pero por lo pronto no habrá una nueva entidad”, explicó Maroto. La CCC se organizaba en seis demarcaciones en toda Cataluña y tenía presencia la Confederación Española de Comercio y EuroCommerce. Además, participaba en los máximos órganos de decisión de Foment del Treball, Fepime (la patronal de la micro, pequeña y mediana empresa de Cataluña) y en la CEOE.
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