El sector editorial catalán crece gracias a los libros de texto

El cambio curricular en el último curso en las materias que se imparten en los centros catalanes tuvo como efecto inmediato que los padres no pudieron usar en 2015 los libros de texto del año anterior. También, que el sector editorial tuvo que producir nuevos volúmenes adaptados a los nuevos contenidos. Esto representó que el año pasado de los 11.348 títulos editados en catalán, 3.524, el mayor porcentaje, correspondan a libros de texto, un sector que creció un 4,15% con respecto al año anterior. Son algunos de los datos facilitados ayer, víspera de la inauguración de la Setmana del Llibre en Català (que abre mañana en la plaza de la Catedral de Barcelona hasta el 11 de septiembre), por Montse Ayats, presidenta de la Associació d’Editors en Llengua Catalana.

Los datos globales facilitados, avance del estudio Comercio Interior del Libro en España 2015 que se conocerá este otoño, también son positivos, ya que la facturación creció, por segundo año consecutivo, un 3,2%, alcanzando los 230 millones de euros. En Cataluña se editaron el 90% de los libros en catalán; pero también el 43% de los libros en castellano (25.876 títulos de los casi 60.000 totales), lo que demuestra “que Cataluña es un gran polo de la industria”, según Ayats. También crecieron los libros editados en catalán de no ficción (un 11,45%) y la literatura en general (un 3,5%). En España se editaron el año pasado 80.000 libros (2.257 millones de euros de facturación), por lo que la edición en catalán representa un 14% del total.

Pero no todo son cifras positivas, tal y como destacó Ayats. La literatura infantil y juvenil descendió el año pasado (por segunda vez) un 2,98%, por lo que el sector tiene como uno de sus retos conseguir acabar con el hecho de que los jóvenes cuando llegan a los 15 años, tal y como demuestran las estadísticas y encuestas, dejan de leer. También se mantiene estancado las ventas del libro electrónico, que representa solo el 5% de la facturación, explicó Ayats.

Otros de los frentes abiertos, explicó la presidenta, es conseguir que los tirajes medios de 1.698 ejemplares en catalán acaben equiparado a la media en castellano que es de 3.037. “Saldríamos en igualdad de condiciones y se conseguiría abaratar costes”. Para conseguirlo, reclamó mejores políticas del departamento de Cultura y Educación, como la campaña de fomento de la lectura en transporte público Devora'ls a TMB que ha comenzado a verse en el transporte público de la ciudad coincidiendo con la celebración de la 34 Setmana del Llibre.

Ayer, los operarios daban los últimos retoques a las nuevas casetas situadas, como en los últimos años en la plaza de la Catedral, en la que será la oferta de libros y publicaciones en catalán más grande de la historia: 150 casetas (un 28% más) donde exhibirán sus productos 133 editoriales, 15 librerías y dos instituciones. Todas ocuparán 1.550 metros cuadrados y podrán verse, nada más y nada menos que cuatro kilómetros de títulos en las estanterías. Este año sorprenderá también la estética, más moderna, con toldos de colores que recuerdan al vecino mercado de Santa Caterina, que dará más sensación de recorrido. Según su director, Joan Sala, el reto es crecer, pero no en espacio sino implicar más en el sector editorial, llegando a ser “un salón literario” programando más actividades para profesionales, como conferencias de editores. Un viejo anhelo que se repite desde el año pasado. Para conseguirlo la Setmana tendrá que descentralizarse, “pero es pronto para saber si será el año que viene o el siguiente”.

Feria (venta de libros), y festival (tardes temáticas, itinerarios y firmas de autores locales) cuentan con 415.000 euros de presupuesto. En 2015 la Setmana facturó 304.000 euros, un 26% más que la edición anterior, y asistieron a los actos organizados un 25% más de público que en 2014. Este año de récord cifras también se esperan superar estas.