El primer rastreo con perros fracasa en la búsqueda de Diana Quer
El padre de la chica insiste en que la Guardia Civil sigue varias líneas de investigación y que su último WhatsApp a una amiga, "me estoy acojonando", no tiene especial relevancia
Ni rastro de Diana Quer. El perro adiestrado para la búsqueda de personas vivas que ha traído esta mañana la Guardia Civil a la localidad coruñesa de A Pobra do Caramiñal no ha dado ninguna señal a su guía. Según ha explicado el propio padre de la joven madrileña de 18 años desaparecida en torno a las tres menos cuarto de la madrugada del pasado lunes al final del paseo marítimo, "después de cuatro días, sigue sin haber pistas" que ayuden a desentrañar la causa de su ausencia. Por no tener, ha dicho, tampoco tiene "especial relevancia" el desasosegante Whatsapp que envió la chica de Pozuelo a una amiga a las 2.40 horas: "Me estoy acojonando un gitano me estaba llamando".
A este mensaje su amiga respondía preguntando: "Y qué te ha dicho?", y a las 2.42, Diana María Quer López-Pinel contestaba: "Morena ven aquí". El doble indicativo con el que este sistema de mensajería notifica que un texto ha sido leído nunca llegó a ponerse en azul, y revela que la muchacha desaparecida no volvió a consultar su móvil. Hacía pocos minutos, según un testigo que prestó declaración, había sido vista en el paseo de la playa de O Areal, a la altura de la pizzería Mi Manda Picone. Después de ese edificio, ya no queda casi ninguno. El final de esta avenida marítima plantada con altas washingtonias siempre está desierto a esas horas, y acaba con una sucesión de naves industriales vacías y una discoteca en ruinas. Desde allí, siempre cuesta arriba, a Diana todavía le restaban 11 o 12 minutos a paso ligero hasta llegar a la urbanización Lugar de Cabío en la que tiene un adosado su familia.
Diana Quer, que lleva 15 años pasando sus vacaciones familiares en A Pobra, desapareció la penúltima noche del Carme dos Pincheiros, las fiestas patronales de esta localidad que multiplica población en verano gracias al turismo, en gran parte procedente de Madrid. Había estado con unas amigas en la verbena en la que actuaban dos orquestas, su madre le preguntó si quería que la fuese a buscar, pero ella se negó. Pensaba recogerse pronto y quería volver sola a su casa, situada a dos kilómetros de la explanada donde se celebraba la romería y a 1.100 metros exactos de la conocida pizzería ante la que llegaron a verla pasar.
La madre, que veranea con Diana y otra hermana más joven en el chalé, fue a despertarla a su cuarto a las 8.30 horas y entonces descubrió que la chica, estudiante del último curso de bachillerato, no había regresado. Inmediatamente la telefoneó y comprobó que su móvil no daba señal. Entonces presentó denuncia en la Policía Local.
Según el alcalde de A Pobra, Xosé Lois Piñeiro, "siguen surgiendo testimonios de vecinos" que creen haberla visto en algún momento. "Algunos pueden tener cierto peso" y "ser de interés", ha advertido, "pero eso deberá determinarlo ahora la Policía Judicial de la Guardia Civil", que dirige la investigación. Aunque, tal y como insiste el padre de Diana, Juan Carlos Quer (que estaba en Madrid y se desplazó tras la desaparición de su hija mayor), se siguen "tres o cuatro" líneas de investigación, tanto él como su exesposa, Diana López-Pinel, aseguran que la de la chica es "una retención ilegal", "contra su voluntad". El progenitor, además, cree que ahora podría encontrarse en cualquier lugar de España, "hasta en Baleares".
Los investigadores están revisando cámaras de seguridad en busca de alguna que dé luz al caso. También estuvieron interrogando a algunos de los feriantes que trabajaban aquellos días en las fiestas de la Virgen, después de tener conocimiento del mensaje de WhatsApp. Al final del paseo, sin embargo, no se ven cámaras. Allí no llega el área videovigilada de control del tráfico urbano y de noche hay grandes zonas de sombra. El trayecto hasta la casa de Diana, pese a que no se extiende más allá del kilómetro, tiene tramos poblados por inmuebles tradicionales y chalés de veraneo (en Cabío, Santa María de Xobre) y otros en los que discurre encajonado entre largos muros de fincas deshabitadas.
Los medios de comunicación hacen guardia frente al chalé pareado de Diana a la espera de alguna noticia durante la larga búsqueda. Los padres, destrozados por la ausencia, responden siempre que se les pregunta, pero solo pueden decir que "no hay ninguna novedad". "Estoy muy agradecida a todo el pueblo, se está volcando de forma incondicional", ha comentado esta mañana la madre, y ha pedido que "no se baje la guardia", porque cualquier testimonio puede ser útil para dar con su paradero.
Diana Quer mide 1,75 metros de estatura y pesa 55 kilos. Tiene los ojos castaño oscuro; el pelo largo, moreno y liso. La noche del domingo acudió a la fiesta con un pantalón corto rosa, una camiseta blanca, una sudadera y unas zapatillas negras de cordones.
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