La limpieza de grafitis deteriora la plaza Mayor
Un estudio de la Complutense asegura que el soportal norte es el más estropeado
La plaza Mayor de Madrid y sus características columnas de granito se deterioran con el paso del tiempo, el clima y, sobre todo, con su limpieza, porque paradójicamente lo que acaba con la suciedad puede llegar a terminar con ella, según el investigador de la Universidad Complutense Martín Freire-Lista. El experto del Instituto de Geociencias UCM-CSIC, que acaba de firmar como coautor un estudio sobre las causas de ese deterioro, sostiene que la reacción química del proceso de limpieza de la plaza Mayor, en el que se utilizan partículas abrasivas mezcladas con agua para acabar con suciedades persistentes como los grafitis, acaba con lo más singular de las columnas: su abujardado.
Este particular acabado es el resultado de golpear con un martillo —conocido como bujarda y cuyas caras están cubiertas de picos— la superficie del granito repetidamente, dándole la forma deseada. Martín Freire defiende que el deterioro agravado por la limpieza del granito de la plaza Mayor lo producen “las microfisuras de descompresión” propias de la roca, es decir, que cuando se eliminan las capas superiores de la roca, las otras se debilitan.
Todo este procedimiento “genera una zona de debilidad en la superficie del granito”, añade el profesor de la Complutense, que, con el efecto de los agentes meteorológicos —hielo y deshielo, humedad, etcétera— hace que las pilastras de la plaza se “desplaquen”, es decir, se vayan separando.
El soportal norte, el más estropeado
Martín Freire señala que su trabajo, publicado en la revista Environmental Earth Sciences, constata que el soportal norte de la Plaza Mayor tiene mayor deterioro, porque tiene más cambios térmicos —más sol y sombra— y eso hace que vaya fluctuando el nivel del agua. El uso del soportal norte (el de la Casa de la Panadería) ha sido mayor que los demás a lo largo de la historia, porque fue un mercado, una estación de tranvía y de autobuses. “Todas esas partículas de polución también están afectando o afectaron en su día”.
Su estudio, asegura el investigador, puede ser útil a la hora de elegir los tratamientos de conservación. “La intervención debe ser de acuerdo a cada uno de los materiales, a cada una de las piedras, y también de acuerdo a cada deterioro”, opina y advierte: “Hay que tener muy en cuenta que estos sillares son únicos e irrepetibles”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.