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Reportaje:

Despojo en la Casa de la Panadería

El Ayuntamiento se deshace de los adornos del edificio de la plaza Mayor al no ser originales

La Casa de la Panadería, edificio principal de todos los que forman la plaza Mayor, encara hasta finales de año unas obras de reforma y renovación de sus instalaciones. La idea del Ayuntamiento pasa por reforzar la estructura del edificio, renovar las instalaciones de climatización, electricidad y ascensores y adaptar la Casa de la Panadería "a las nuevas tecnologías".

Pero, en el camino, las obras de rehabilitación se han llevado por delante la barandilla de hierro forjado que rodeaba la escalera de seis pisos del edificio; las puertas de madera labrada y el papel de seda que cubría las paredes del Salón Real, la estancia más importante de la Casa de la Panadería. En su lugar, ha aparecido una barandilla de acero convencional y unas puertas de cristal que bien podrían servir para cualquier oficina. La semana pasada, unos obreros se afanaban en terminar de colocar la barandilla de acero, sin ningún adorno.

En la planta baja de la Casa de la Panadería funciona desde el 8 de junio de 2005 la Oficina Municipal de Turismo. Y sus trabajadores han sido testigos de "la mutilación" que ha sufrido la Casa. "Ha sido una pena. La barandilla que había era preciosa; igual que las puertas, de madera labrada. Lo han quitado todo, la barandilla se la llevaron y la dejaron para la chatarra", coinciden distintos empleados de la oficina de turismo. Estos trabajadores, bastante afectados, califican lo ocurrido de "inaudito". "No tenemos palabras", dicen.

Amalia Castro-Rial, directora general de Patrimonio del Ayuntamiento de Madrid, reconoce que las obras se han llevado por delante parte de la decoración del edificio. Y lo justifica en que en la Casa de la Panadería "apenas quedaban ya elementos originales". "En la Casa de la Panadería, originariamente de principios del siglo XVII, no hay elementos originales, salvo el fresco del Salón Real que pintó Claudio Coello y el alicatado también del salón", argumenta Castro-Rial. ¿Y la barandilla? "La hemos quitado porque no es un elemento original. Fue una incorporación posterior; la fecha no se puede concretar porque no está documentada", señala la directora de Patrimonio.

Sobre la desaparición de las puertas de madera, Castro-Rial alega que se han mantenido los cercos de madera, "pero las puertas han sido sustituidas por cristal para dar más iluminación al interior del edificio".

"Hemos informado antes de empezar las obras a la Comisión Institucional de Patrimonio Histórico Artístico y Natural (CIPHAN) [que reúne a representantes del Colegio de Arquitectos, del Ayuntamiento de Madrid y del Gobierno regional y vela por el patrimonio monumental y el arbolado madrileño] y tenemos el visto bueno", asegura Castro-Rial. En una visita a las obras, tampoco están a la vista los tapices y las alfombras, aunque en el Ayuntamiento de Madrid afirman que han sido retirados para ser restaurados y que "en breve" volverán a lucir.

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Un incendio ocurrido en 1672 está en el origen del edificio actual de la Casa de la Panadería. Pero el inmueble original se construyó en 1619 con proyecto de Diego Sillero, y era un almacén de harinas. El fuego que la consumió comenzó en el portal de la panadería y en él murieron 24 personas, todas ellas habitantes de los pisos alquilados del edificio.

En los años ochenta y noventa la Casa fue restaurada también en varias ocasiones. Los murales que adornan la fachada, y que no han sido afectados por la reforma, son obra del pintor Carlos Franco y datan de 1992.

Sede de la corte de los Austrias

La importancia de la Casa de la Panadería, en sus inicios lugar de encuentro del gremio de panaderos, reside en que el edificio fue sede de la corte de los Austrias en el siglo XVII y allí los monarcas de aquella dinastía administraban justicia, recibían al pueblo de Madrid y presenciaban fastos. Durante los siglos XVIII y XIX, la Casa de la Panadería dio cabida a varias Reales Academias y, ya en este siglo, a diversas dependencias municipales.

La Casa es ahora también lugar de celebración de bodas civiles; allí se han celebrado en los últimos meses dos enlaces gays: la boda del concejal socialista Pedro Zerolo y su novio, y la de los militantes del PP Javier Gómez y Manuel Ródenas.

Entre las numerosas reformas, por ejemplo, en marzo de 1998 el Ayuntamiento instaló focos en el exterior para que las pinturas de Carlos Franco (sobre alegorías del zodíaco) que adornan la fachada se vieran mejor por la noche. Ese mismo año, durante otra rehabilitación, fueron descubiertos de forma fortuita los arcos del Salón Real.

En esa misma reforma fueron restauradas las pinturas al temple de los techos, realizadas en 1673 por Claudio Coello y José Ximénez Donoso, y parcialmente repintadas por Arturo Mélida en 1901.

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